Arte y Espectáculos

Soy Sofía: “Es hora de poner la vulnerabilidad sobre la mesa, mi música trata de eso”

La artista marplatense presentó su disco "Canciones y contradicciones". Encontrar paz es una de las motivaciones que la joven, relacionada con la música desde la cuna, busca en el arte. Su primer trabajo tiene "un sonido minimalista".

Un sonido minimalista, la búsqueda de calma a través de la música, compartir sentimientos y que sus canciones sean “semillas” son algunos de los objetivos que se planteó la joven artista marplatense Soy Sofía en su primer disco “Canciones y contradicciones”.

El material, que está disponible en Spotify, consta de once canciones producidas por la artista junto con José Soubirón como coproductor, Ástor Cianciarulo en grabación y mezcla, Ignacio Subiros en grabación y Manuel Bosch en masterización. Además, contó con la participación de Delfina Rodríguez (cantante invitada), María Arnone (pianista) y José Soubirón (multinstrumentista).

“El disco empezó con canciones que me acompañaron en un momento de mucha incertidumbre. Me sentaba a componer todos los días por mucho tiempo. De a poco, las fui compartiendo y decidí que quería explorar más ese lado de la música”, compartió Sofía en una charla con LA CAPITAL. Cuando decidió comenzar su carrera solista, contaba con una buena cantidad de material “en el bolsillo” que fue “un gran motor en la decisión”.

Sofía aprovecha cada oportunidad para presentarse en vivo, sola o en fechas colectivas. Formará parte del PrimaFesti (8 y 9 de octubre) y, luego, tiene planeado viajar para “compartir música con amigos de otras partes del mundo y seguir conectando”, y siempre volviendo a Mar del Plata “con más por decir y más por transformar en música”.

Relacionada con la música desde la cuna, Sofía se embarcó por primera vez en los aspectos técnicos de la realización de las canciones. “Me enamoré completamente de producir, darles forma e ir encontrando la identidad a los temas”, definió la artista. Considera que “toda la búsqueda musical, personal, y luego compartida con José fue un desafío satisfactorio. Es la primera vez que hago algo así, mucha prueba y error, mucho aprendizaje”.

Como consecuencia del proceso, entendió que “quería un sonido minimalista, que con lo menos posible se podía expresar todo lo que sentía”, apuntó.

– ¿Cómo fue en este caso hacerlo con Ástor, José Soubirón, con las personas invitadas en las distintas canciones?

– Compartí la producción con José, aprendí en el camino, después trabajé el sonido con Ástor y Manuel Bosch, que pudieron expandir lo que ya estaba y embellecerlo de un modo acertado. Y, afortunadamente, tuve la oportunidad de compartir una canción con Delfi, una amiga talentosa a la cual admiro mucho. La verdad, me llevo muchos aprendizajes y estoy muy feliz con el resultado, con todo lo que conllevó y lo que trajo.

– Un factor en común de las canciones es que son bastante “chill”. ¿Es ese tu objetivo?

– Siento que en el momento de creación del disco necesitaba paz, calma, un norte. Creo que eso también influyó en el desarrollo de la música, encontrar esa paz, que sentía que me faltaba, en la música. Me gusta poder bajar esa calma por medio de la música. Este disco es para escucharse en cualquier momento que se quiera reconectar, volver, sentir, calmar, etcétera. Son canciones suaves pero pueden también sembrar semillas. Siento que, en estos tiempos, es hora de poner la vulnerabilidad sobre la mesa, mi música se trata un poco de eso.

– El piano y la guitarra parecen ser muy importantes en tus temas. ¿Cómo es tu historia con esos instrumentos?

– Totalmente, nací con un piano y varias guitarras en casa, de la familia. Mi camino por la música fue contagiado por mi papá y empezó a los tres años quizás, cuando por primera vez tomé clases de piano. El piano siempre fue mi medio para conectarme con la música, al cantar en conjunto, un poco amigo, un poco escudo.

– ¿Cómo fue la experiencia de llevar ese trabajo de estudio a presentarlo en vivo?

– Un placer, pura magia, realmente. Me lo propuse y ahí fui. Fui conociendo personas que me acompañaron en el proceso, enseñándome, aprendiendo, compartiendo. Estoy muy agradecida y muy feliz. Aprendí mucho sobre música y también sobre mí. Redescubrí el sonido y me redescubrí, en cada encuentro y en cada canción. Lo que más me llevo, además de la libertad de lanzarse, es el amor de todo aquel que estuvo ahí y que está. Presentarlas en vivo fue muy emocionante, junto a Franco, Juli, Mari, Fausto, José, que me acompañaron en la música. Fue la cúspide de un gran trabajo y de un camino que quiero seguir recorriendo.

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