Se caracteriza por la presencia de tics motrices y sonoros involuntarios. Sin embargo, la enfermedad es mucho más compleja. A quiénes afecta, cómo se diagnostica y cuáles son los tratamientos disponibles.
Si bien no existen estadísticas oficiales, se estima que el Síndrome de Tourette en la Argentina afecta entre el 0.3% al 0.9% de los chicos en edad escolar, en especial entre los 6 y 10 años, quienes pueden ver perjudicado su rendimiento escolar y su capacidad de integración social, dependiendo de la severidad del cuadro.
El Tourette (el neurólogo Georges Gilles de la Tourette fue el primero en describirlo) es un trastorno neurológico que se caracteriza por la aparición de tics, movimientos (que ocurren en la cabeza y los miembros superiores) o vocalizaciones involuntarias (sonidos o insultos), que se producen repetidamente de la misma manera.
Si bien el paciente puede, por momentos, controlar algunos síntomas se requiere de mucha voluntad y atención para lograrlo. Los tics o movimientos involuntarios pueden generar dificultades a nivel social y en las relaciones interpersonales a quienes lo padecen.
La enfermedad es generalmente detectada en la infancia y con el tiempo es posible que mejore o desaparezca al llegar a la adultez, aunque los tics pueden persistir o exacerbarse en el 15% al 20% de los casos.
Previo a la aparición del tic, los pacientes suelen experimentar una sensación premonitoria de incomodidad o tensión, muchas veces en el área corporal donde aparece el movimiento, y que es aliviada al efectuar el mismo.
Lo más común es que el primer síntoma sea un tic facial, como parpadeos rápidos o contracciones de la boca. Los sonidos involuntarios tales como carraspeos y aspiraciones, o tics de los miembros, pueden ser también signos iniciales.
Además, casi un 70% de los casos de Tourette se asocia a alguna comorbilidad psiquiátrica, como trastorno obsesivo compulsivo, déficit de atención e hiperactividad, ansiedad o depresión entre otros.
En la nueva comedia de canal trece el personaje que interpretado por Violeta Urtizberea padece este trastorno y hace notorio uno de los síntomas: los tics sonoros, principalmente los que implican groserías e insultos. La polémica estalló luego de que la Asociación Argentina para el Síndrome de Tourette emitió un comunicado en el que, entre otras cosas, destaca que en la serie Las Estrellas, “Además de algunos tics motores se hace hincapié en los insultos y groserías. Eso se denomina coprolalia y lo presenta menos del 15% de la población con Tourette”.
Tratamiento
Ante la presencia de tics simples o complejos, o la sospecha de Síndrome de Tourette, se debe consultar a un médico neurólogo a fin de realizar un diagnóstico y un tratamiento temprano. El tratamiento debe ser multidisciplinario, debe incluir un neurólogo o un neuropediatra con experiencia en trastornos del movimiento, un psiquiatra y un psicólogo dependiendo de las características clínicas de cada paciente. Existen varios fármacos para controlar los tics, así como también las comorbilidades psiquiátricas que existen en estos pacientes.
Existen, asimismo, terapias efectivas como la psicoterapia. Cabe recordar que el tratamiento debe adecuarse a cada paciente.
Además, algunos pacientes con tics focales pueden beneficiarse con la aplicación de toxina botulínica en el área corporal afectada por el tic. En casos seleccionados con síntomas severos y refractarios a la medicación, la cirugía de estimulación profunda cerebral es una opción.
En el caso de los niños, es importante educar al entorno (padres, familiares, docentes) en el manejo diario del síndrome a fin de reducir el nivel de ansiedad del mismo.
¿Cómo se clasifican los tics?
.- Simples
. Motores: movimientos musculares del rostro (cejas, párpados, nariz, cuello, manos, brazos, hombros).
. Fónicos: sonidos como aspiración, carraspeo, gruñido, chirridos, gritos, tos, ladridos, sopladura o de succión.
.- Complejos
. Motores: movimientos involuntarios realizados por grupos musculares más extensos que pueden tener una secuencia o un patrón.
. Fónicos: expresiones lingüísticas significativas y verbalizaciones.
En general, los tics empeoran en situaciones de estrés, cansancio o ansiedad, y varían en cuanto a severidad y frecuencia.
(*): Asesoraron Dr. Ramón Carlos Leiguarda, Director del Instituto de Neurología y Neurocirugía del Sanatorio de Los Arcos; y Dr. Diego Ballesteros, neurólogo especialista en Enfermedad de Parkinson y Movimientos Anormales, del Sanatorio de Los Arcos.