Cultura

Sin anestesia

por Pablo Garcilazo

El odontólogo abrió la puerta del consultorio, miró a lo largo cómo estaba el pasillo.

Vio que había cerca de diez pacientes. Cerró la puerta y volvió a entrar. Miró la planilla del día y se quedó mirando los azulejos del consultorio. Se fue por un momento, para luego retomar su trabajo. Se le hizo una laguna. Justo a él que gusta de ir a pescar a las Sierras de los Padres. Otra vez se trata de volver a decir un mensaje negativo, trillado, en donde él siente que no sólo perderá confianza con ese paciente sino con él mismo.

Toma impulso, abre la puerta y mirando a la pared de enfrente del consultorio dice “No hay más anestesia”. Los pacientes se pararon de inmediato y empezaron a caminar para la puerta de entrada, sólo dos optaron por preguntarle si reprogramaría los turnos y si continuaban con la medicación.

Su mirada se dirigió a la puerta unos minutos. Un policía le preguntó si se sentía bien y él le contesto sin parpadear: “No salgo del asombro, esperaba un poco más, un no aunque sea”.

Abrió la puerta del consultorio, cerró con llave, se sentó en su escritorio, fue acomodando el instrumental y luego de unos minutos se durmió. Golpearon la puerta varias veces preguntando: “¿Doctor está bien?”. Hasta que al cuarto o quinto golpe abrió la puerta. La administrativa también sorprendida de que no hubiera quejas, le dijo: “No sé, lo único que nos queda es que hagamos de pacientes para motivar”. El doctor, le dijo: “Yo no sé si esto es un ensayo o el inconsciente pero recién me quedé dormido, el problema no es que no hay anestesia sino que hay anestesiados, se están acostumbrando”.

Sale la administrativa y un chico adolescente le golpea la puerta. Le pide al doctor que lo mire, siente algo de dolor en una de sus muelas. Lo hace pasar aunque no tenga turno, se sienta en la camilla y cuando lo va a mirar se corta la luz. Hoy es un día también de pocas luces, dice el doctor para sus adentros.

* * *

Mirar como si fuera la primera vez lo cotidiano de nuestra ciudad y su gente. Con ese fin nacieron estos escritos, que se desprenden de los micros radiales “Acercando a Mar del Plata”. Son voces barriales desde la salud, la comunicación y la integración comunitaria.

(*): pinceladasmdq@gmail.com

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