La especialista considera que es un momento "razonable" para introducir cambios en el sistema de votación, por no ser año electoral. No obstante, alertó que en 2025 podrían presentarse dificultades operativas.
Por Nicolás Poggi
La especialista en temas electorales y directora del Instituto de la Democracia y Elecciones (IDEMOE), Silvana Yazbek, advirtió que se necesitarán votantes “más informados y conscientes” para afrontar el sistema de Boleta Única de Papel (BUP) aprobado recientemente por el Congreso, dada la duplicación de sistemas de sufragio que implicará en las provincias donde haya concurrencia de comicios, entre otros puntos.
Yazbek, que es observadora nacional e internacional de elecciones, sostuvo en una entrevista con la Agencia Noticias Argentinas que es un momento “razonable” para introducir cambios en el sistema de votación, por no ser año electoral, pero alertó que en 2025 podrían presentarse dificultades operativas como la presencia de dos urnas en el cuarto de las provincias que hagan sus comicios alineados con el calendario nacional.
Otra de las dificultades, observó, es que tampoco figurarán las listas legislativas completas en la BUP y que los nombres de todos los precandidatos y candidatos estarán exhibidos en afiches en el cuarto oscuro, lo que requerirá mayor dedicación del elector.
– Desde su óptica, ¿la implementación de la BUP es un avance o un retroceso?
– Es un cambio que brinda la oportunidad a las autoridades electorales nacionales de garantizar la disponibilidad de la boleta y la administración del costo del instrumento de votación, al retirarlo de la gestión de los partidos políticos.
Puede ser un avance si logra convivir y compatibilizar con el sistema electoral argentino en forma integral.
En la BUP toda la oferta electoral nacional estará contenida en una misma papeleta única -ya no será la boleta partidaria-, pero esto no termina con la lista bloqueada y cerrada, conocida erróneamente como lista sábana, dado que en Argentina, para los cargos legislativos, no podemos marcar los candidatos/as individualmente.
– ¿Cómo va a impactar esto en cada provincia, teniendo en cuenta que en los distritos seguirá rigiendo el sistema de boletas de papel?
– La incorporación de la BUP, como instrumento de emisión de sufragio, constituye una novedad diferente a todo lo conocido, incluso en las provincias donde ya existen boletas únicas como Córdoba, Santa Fe y Mendoza -que es el modelo más reciente y el que se tomó para esta ley, aunque en ese caso sí hay casillero para votar lista completa-, o los de Salta y CABA -que son electrónicas con soporte papel-. La BUP puede generar cierta complejidad dado que, de darse lo que denominamos “concurrencia”, esto es, el caso de que las elecciones provinciales se celebren en la misma fecha que las nacionales, el electorado encontrará las boletas tradicionales o sus propios instrumentos de votación para cargos locales (provinciales y municipales) y la BUP para los cargos nacionales.
Será un desafío para la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, dado que ya no existirá la simultaneidad tal como la conocimos, porque se despegan las categorías nacionales de las provinciales.
Las nacionales van a la BUP y las provinciales en la boleta tradicional.
– ¿Qué puede generar eso en el corto plazo?
– En el caso que las provincias vayan separadas o desdobladas, la dispersión no será por el instrumento sino por la cantidad de elecciones que se hagan, sobre todo en los años en que se renuevan cargos ejecutivos, es decir presidente, gobernadores e intendentes, y en las provincias en las que haya PASO. Se necesitará un electorado más informado y consciente, dado que la oferta electoral completa (las listas completas), estará plasmada en afiches en el recinto de votación.
Es importante advertir que la ley recientemente sancionada impide que se adhieran las categorías electivas, por lo tanto habrá una boleta -y urna- para candidaturas nacionales y otra separada para las candidaturas locales, con lo cual se impide el efecto arrastre que se daba cuando las elecciones eran simultáneas.
– Partiendo de la prédica constante de ajuste y austeridad del Gobierno actual, ¿el sistema de la BUP va a ser más caro o más barato?
– Es un tema donde ha habido mucha especulación y poca información precisa, lo cierto es que ambos sistemas tienen costos, del mismo modo que lo tiene realizar muchas elecciones.
Están quienes sostienen que el costo no es una apreciación a considerar cuando se trata de sostener el sistema democrático, sin embargo creo que sí es importante, al menos, cotejarlos con los resultados de nuestra representación, esto es, si la ciudadanía cree que el gasto es necesario y si está justificado. Además, la nueva ley establece un adelantamiento del calendario electoral, por lo que el 15 de mayo ya tienen que estar conformados los frentes y el 25 de ese mismo mes tienen que estar presentados los candidatos, lo que produce un adelantamiento de clima electoral que puede generar que se desatienda la gestión de gobierno y la legislativa.
– Ante el contexto actual de crisis e incertidumbre económica, ¿era este el momento de aplicar un cambio de estas características?
– Si tengo que hacer una valoración estrictamente electoral, diría que es un momento razonable, dado que 2024 no es un año de elecciones, da tiempo para implementar y capacitar, para un estreno que será en las elecciones legislativas de 2025, con mucho menos oferta electoral y menos apasionadas que las presidenciales que tendremos en 2027.
Es importante recordar que en 2025 solo habrá elecciones locales en 13 distritos -veremos si concurren o desdoblan-, que sólo renuevan las categorías legislativas de diputados/as (y en ocho provincias senadores). En ese escenario, inauguramos esta nueva modalidad de ejercicio del sufragio, sobre la marcha se irán viendo los impactos. Sin duda, las reformas electorales atienden más a la agenda de los políticos y clase dirigente que de la ciudadanía en general.
NA.