"Este es desafío muy grande", aseguró en diálogo con LA CAPITAL. Después de una amplia experiencia en formativas, conducirá a los mayores de Once Unidos. "Más allá de los géneros, el básquetbol es uno solo", afirma.
Una de las buenas noticias del inicio de la competencia de la Asociación Marplatense de Básquetbol es el regreso de Once Unidos al torneo de primera. Tal vez no hubiera sido posible sin Silvana Messina, la protagonista de esta historia.
“El año pasado el equipo de primera se retiró del torneo. Se daba la situación que si no entrábamos en esa categoría, los chicos que se pasaban de la categoría U19 se quedaban tirados en la calle. A todos los tuve en algún momento en las formativas. Y en el club se generó una movida con una comisión de padres para que esos chicos se queden y me propusieron dirigirlos. Muchos de ellos tienen tatuado el escudo de Once Unidos, tienen un sentido de pertenencia muy grande. Acepté por ellos”, cuenta Messina, quien este martes se convertirá en la primera entrenadora en dirigir un equipo de primera masculino en la órbita de la Asociación Marplatense.
Silvana Messina es una apasionada del básquetbol y, pese a su juventud, tiene una larga historia dentro de este deporte.
“Hace veintitrés años empezó mi relación con el básquetbol. Lo jugué desde los doce hasta hace dos años. Salvo dos años en Quilmes, siempre en Peñarol. El último equipo que integré fue aquel de la Super Liga Femenina que fue reforzado por las españolas Amaya Gastaminza y Vega Gimeno y que terminó tercero en el país. Me recibí de profesora de Educación Física y soy entrenadora desde hace diez años. Y en esta función siempre trabajé en Peñarol y Once Unidos”, resume.
“En Peñarol tuve femenino toda la vida y formativo masculino. Empecé con las escuelas de premini y menores, para alimentar las tiras B y C. En Once Unidos, en cambio, empecé con masculino, también con escuelas, Cebollitas, premini y mini para nutrir las categorías competitivas. Y con el tiempo me hice cargo de la primera de básquetbol femenino”, completa sobre su trayectoria.
“Este es un desafío muy grande. Fui a ver muchos partidos de primera y la competencia es exigente. Ensamblar un equipo nuevo y joven será una tarea dura. A la mayoría de los chicos los conozco desde hace diez años, cuatro o cinco llegaron de otros clubes y algunos volvieron después de un par de años sin jugar. Les tenemos que dar tiempo. Pero empezamos a entrenar en enero. El club solucionó todos los problemas de disponibilidad de canchas y nos asegura una hora de gimnasio y antes nos pone a disposición un profe para que los chicos trabajen otra hora”, apunta.
Sobre la convivencia diaria con su equipo, Messina sostiene: “Los chicos se portan muy bien, los que conocía y también los nuevos. La relación es de igual a igual. Son muy respetuosos y tienen mucho compromiso con el entrenamiento. Estoy más que feliz”.
“Es que, más allá de los géneros, el básquetbol es uno solo. Así como las estrategias, el compromiso, el sacrificio y los entrenamientos. No tiene por qué haber diferencias”, completa.
“Dirigir primera no era mi gran objetivo -se sincera-. Estoy enamorada de la enseñanza a los chicos, de verlos crecer, mejorar y ser felices. Siempre estuve en básquetbol formativo y me apasiona. Pero también tengo mi lado competitivo. Este es un gran desafío y lo abrazo como todos los que tuve”.