Cultura

“Si la poesía no sale a la calle y se queda en un ámbito cerrado se termina muriendo”

Rosario Bléfari lleva adelante diversos proyectos: la banda de pop Sué Mon Mont, el grupo Paisaje Escondido y un disco de canciones de amor, así como la escritura de poemas, cuentos y obras de teatro.

La escritora, cantante y actriz Rosario Bléfari, quien ofreció conciertos y lecturas en la séptima edición del Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía Blanca, señaló que “el valor del arte es intangible pero esencial: nos constituye como personas que no sólo trabajan y consumen. Si no hay otra cosa, estamos perdidos”.

Al cierre de cuatro días de intensa actividad poética en esa ciudad bonaerense, Bléfari sostuvo en diálogo con Télam que “estos encuentros no sólo son importantes en la medida que reúnen a los poetas o se le da un lugar de importancia a la poesía durante unos días, sino que es una oportunidad para conocer a esas personas que escriben poesía: nos podemos acercar, preguntarles cosas y establecer una comunicación que permita ver cosas quizás desconocidas”.

La artista marplatense afirmó que “aunque la poesía atraviesa nuestra vida cotidiana, no tiene la valoración que merece, incluso dentro del ámbito cultural. No me refiero a una valoración de entronización, sino a un tipo de valor que tiene que ver más con un arte que se puede hacer de muchas maneras y es importante conocer todas esas formas. Algunas no tienen nada que ver pero todas tiene valor”.

Escritora, cantante, actriz, referente de la música independiente en la Argentina, Bléfari participó del Festival, además, con talleres para niños y una visita a Ferrowhite, el museo taller de Bahía Blanca ubicado en el puerto Ingeniero White, emblemático lugar que aloja las herramientas recuperadas por un grupo de trabajadores luego de la privatización de los ferrocarriles en los 90.

Artista multifacética, Bléfari lleva adelante diversos proyectos: la banda de pop Sué Mon Mont, el grupo Paisaje Escondido y un disco de canciones de amor junto al músico Julián Perla, “Pinturas de guerra”, así como la escritura de poemas, cuentos y obras de teatro, todo esto combinado con una constante actividad como actriz de cine: ha actuado en películas de Martín Rejtman, Albertina Carri o María Luisa Bemberg.

“Cuando alguien dice que no le gusta la poesía, pienso que tal vez no encontró esa voz que le hable. La única manera de encontrar esa voz sin que se te pase la vida, es escuchar y escuchar, y no cerrarse a las miles de posibilidades que tiene la poesía. Un festival es importante en ese sentido. Si la poesía no sale a la calle y se queda en un ámbito cerrado, se termina muriendo”, expresó la ex cantante de la banda Suárez.

Para ella, “lo único que mantiene viva a la poesía es que las personas sepan que existe y que pueda circular, porque sino la gente sigue de largo y se pierde algo que quizás le podía importar de verdad. En este museo donde estamos se conservan imágenes, objetos, memoria de la gente que pasó por acá. Con la palabra pasa lo mismo: es algo que está pero si no se pone en evidencia que hay personas trabajando en eso aparenta no existir”.

“Si algo aparenta no existir -continuó- la percepción de la vida que podemos tener se hace más limitada y, por lo tanto, más triste. La vida es limitada, hay que trabajar o saber si vas a poder trabajar, hay sufrimiento, enfermedades, preocupaciones, un Estado que te ayuda o no, males como la envidia, y todo eso se vuelve más terrible si no sabemos que existe algo como la poesía”.

Para Bléfari, “lo más importante es dar a entender lo que significa la experiencia de atravesar una experiencia artística y no pensar a la cultura como algo entronizado o museístico, porque esas cosas no le interesan a nadie. No sólo a los que no les interesa el arte en general, sino que a los artistas no nos interesa el arte como un lugar que no tiene relación con los demás. Esa barrera tan soberbia no le hace bien a nadie”, señaló la autora de libros como “Antes del río” y “Mis ejemplos”.

“Me atrevo a tomar la voz y decir que a los artistas no nos interesa el arte en esos términos. Yo trabajo todo el tiempo con músicos, directores, escritores, y todos coincidimos en que no queremos tener nada que ver con esa idea sacralizada del arte. Además, eso tampoco le interesa a la gente. A los únicos que le puede interesar es a quien hace de eso una mercancía más o quien lo consume desde el lugar de la pose”, explicó la artista.

Y recordó una discusión con una persona que le decía que “no se podía gastar tanto” en cultura: “yo le decía que si se blanquearan los números reales de lo que se gasta en cultura desde el Estado, sería irrisorio en comparación con lo que se gasta en otras áreas. El valor del arte es intangible pero es esencial: nos constituye como personas que no sólo trabajan y consumen. Si no hay otra cosa, estamos perdidos”.

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