Fueron anunciados el mismo día en el que, tras las negociaciones con Agroindustria, se lograba la reincorporación de parte de los desvinculados en abril. Trabajadores advierten que trabajan en un clima de incertidumbre y con limitaciones de recursos.
El anuncio de nuevos despidos en la regional local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) vuelve a generar incertidumbre en la planta de personal del organismo y el debate acerca de las medidas de fuerza a tomar de ahora en adelante.
Este viernes se conoció un nuevo listado de 85 trabajadores despedidos a nivel nacional, de los cuales seis dependían de la regional Buenos Aires Sur, que abarca Mar del Plata y otras localidades de la zona. Tres de ellos se desempeñan en la oficina que el organismo tiene en la ciudad, en la zona del puerto.
La noticia llega a dos meses de anunciarse los 213 despidos como resultado de un recorte de personal en las 14 regionales que el organismo tiene en el país. Por esa decisión, 7 fueron los trabajadores marplatenses que quedaron sin empleo.
Esto generó múltiples medidas de fuerza por parte de los gremios intervinientes, que desembocaron en una huelga de 11 días que paralizó la producción, el transporte y la exportación de alimentos. Así todo, esas acciones se paralizaron al iniciarse las negociaciones con el Gobierno.
“El viernes pasado, fruto de la negociación con el Ministerio de Agroindustria, el gremio ATE consiguió la reincorporación de 55 de los 213 que hubo en abril. Ese comunicado oficial se comunicó al mismo tiempo que se comunicaba una nueva lista de despedidos, esta vez de más de 85 personas”, señaló a LA CAPITAL Adela Surigaray, integrante del área de Inocuidad Vegetal y delegada del gremio ATE.
“En Mar del Plata venimos desde abril en un estado de asamblea permanente, con la participación también de otros gremios como UPCN. Venimos acompañando lo que son las propuestas de paro y sobre todo con un trabajo interno de fortalecimiento hacia la comunidad con difusión, volanteadas y marchas”, señaló al tiempo que agregó: “Incluso hacia el usuario que llama o se acerca a hacer un trámite y nos encuentra en paro activo le informamos sobre la situación, que no solo es sobre nuestros puestos de trabajo, sino también por el achique que se viene dando desde el Estado a través de las delegaciones de funciones”.
En este sentido, Surigaray advirtió que existe una intención de “tercerizar los servicios que presta Senasa a un privado, y que ese mismo privado se autocontrole”, como así también de “digitalizar” trámites que antes se podían hacer personalmente con la asistencia de un trabajador.
“Además la falta de presupuesto que nos está impidiendo hacer tareas de terminaciones analíticas en los alimentos que todos consumimos. El laboratorio los analiza previo a su salida al mercado para que sean aptos para consumo”, aclaró.
Medidas de fuerza
Si bien existen asambleas permanentes, en Mar del Plata aún faltan incorporar cinco trabajadores despedidos en la tanda de abril, número que aumenta a once con las nuevas desvinculaciones.
Según explicó Manuel Baldo, el delegado de Apumag, otro de los gremios que representa a los trabajadores del ente, ante la falta de notificación oficial -algunos solo fueron informados a través del sistema de gestión documental electrónica al que tienen acceso los trabajadores-, la profundización de las acciones de protesta aún se están analizando.
“Todos los días hacemos asambleas, pero muchos de los chicos no recibieron los telegramas de despidos, por lo que están trabajando. Tienen miedo de que los acusen de abandono de puesto de trabajo en caso de surgir la posibilidad de reincoporación”, explicó Baldo.
Sin embargo aclaró: “La semana que viene nos juntaremos para ver cuál será nuestra postura en relación al paro general anunciado para el próximo 25, pero eso es algo que resolvemos en asamblea”.
Baldo señala que esta sensación de incertidumbre afecta el trabajo que día a día realizan los cerca de 360 trabajadores que se desempeñan en la regional sur. “El tema de los despidos, sumado a los problemas de presupuesto, repercute en el ambiente laboral. Si bien esto ha unido a todas las áreas que tienen lugar en la ciudad, es cierto que existe un desánimo generalizado ante las reiteradas desvinculaciones”, aseguró.