Así lo relevó el Isepci, que encuestó a los jefes de 773 hogares, de los cuales casi el 40% vive en condiciones de "hacinamiento crítico". El relevamiento también analizó el acceso a la alimentación, educación, salud y empleo, entre otros ejes.
Un informe del Isepci (Instituto de Investigación Social Económica y Política Ciudadana) alertó sobre las condiciones de indigencia y de “hacinamiento crítico” en las que viven las familias que asisten a comedores de barrios populares de la ciudad.
Entre julio y agosto de 2022, el organismo desplegó un operativo territorial con 40 promotores que permitió implementar un relevamiento local en 28 comedores. Se entrevistó a los referentes familiares de 773 hogares, con el objetivo de analizar el acceso a derechos como la alimentación, infraestructura, educación, salud y empleo.
Según los datos de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), el valor para una familia de cinco miembros era de $46.082 durante el periodo en que se tomó la encuesta. En este sentido, el ingreso declarado por los entrevistados ubicó a más de la mitad (60,7%) de los hogares encuestados en condiciones de indigencia, ya que obtuvieron menos de $45.000 mensuales para su manutención.
En tanto, la Canasta Básica Total en agosto de 2022 era de $103.686, lo que implica que prácticamente el total de los hogares se posicionó por debajo de la línea de pobreza, reveló la presentación del Isepci. En cuanto al trabajo, el 84,6% de los consultados aseguró no tener empleo registrado.
En lo que respecta a la inseguridad alimentaria, entendida como aquello que ocurre “cuando las personas ven disminuida su capacidad de acceso a los alimentos”, 7,5 de 10 de hogares se mostraron en dicha situación (75%); por encima de la media nacional (70%).
Asimismo, en los hogares relevados se registró que el 45,3% de niños, niñas y adolescentes no completan las 4 comidas. En el caso de los adultos, la cifra trepa al 68,3%. Principalmente por una cuestión económica. Las familias entrevistadas manifestaron que el poder adquisitivo disminuyó “ostensiblemente respecto de fines de 2021”: el 92,9% de los consultados aseguró comprar menos alimentos que un año atrás.
Otro eje que pone de relieve el informe es el hacinamiento crítico, el cual ocurre “cuando conviven 3 o más personas por cuarto de uso exclusivo del hogar, sin considerar la cocina o el baño”. El 39,1% de los hogares relevados se encontró viviendo en esta situación.
En tanto, el 89,9% de los encuestados planteó falta de acceso a la red de gas natural en el periodo abordado. En segundo lugar, casi la mitad de los hogares mostró déficit en el sistema de eliminación de excretas (47%) y, en tercer lugar, en poco más de una cuarta parte de las viviendas se registró falta de acceso a agua de red (26,1%).
En lo que respecta a la salud, el 43,3% de los entrevistados señaló que el servicio de ambulancias públicas no ingresa al barrio. Mientras que, respecto al nivel educativo, más de la mitad (67,6%) de referentes del hogar aseguró tener secundario incompleto o menos. En tanto, el 32,3% alcanzó a completar el nivel secundario, un nivel terciario y/o universitario completo/incompleto.
A modo de conclusión, el Isepci mostró su preocupación por la brecha de género a partir del protagonismo de las mujeres en las tareas de cuidados en los hogares y en la comunidad.
“La mayoría de las encuestadas que asisten a comedores a colaborar o a buscar la comida familiar son mujeres que, a la vez, invierten la mayor parte de sus ingresos en la alimentación. Esto continúa mostrando la reproducción de las brechas de género ante la ausencia de políticas que aborden la co-responsabilidad de los cuidados, con un Estado más presente”, finalizó la presentación.