De todos modos, aclaran que no aumentó la delincuencia juvenil.
En Argentina son punibles los adolescentes que al cometer un delito tienen entre 16 y 17 años, en casos de ser más chicos son inimputables y por las acciones que pudieron cometer es el Poder Ejecutivo quien emplea una medida de abrigo, tal como sucedió con los menores -de 13 y 14 años- que estuvieron involucrados en el crimen de Martín Mora Negretti y que despertó el debate en la sociedad si se debe bajar o no la ley de imputabilidad.
El fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Marcelo Yáñez Urrutia, al ser consultado por LA CAPITAL consideró que si bien habían mermado los conflictos con la ley penal de los jóvenes, ahora ha “repuntado”. “No es que aumentó la delincuencia juvenil, pero sí se ven casos graves”, expresó.
Este aumento se ve en causas por abuso sexual y por peleas en las que se registran víctimas con lesiones graves, en las que pueden derivar incluso en algún homicidio.
También hay un marcado aumento en hechos de violencia por relaciones interpersonales, como ajustes de cuenta, peleas, falta de tolerancia. La mayoría en contextos de consumo de alcohol y drogas en los que la violencia escala de manera alarmante.
Mar del Plata cuenta, en Batán, con el Centro Especializado en Aprehensión (CEA), donde los menores que cometen delito son llevados. Allí están 12 horas aprehendidos hasta que un fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil le solicita la detención, que es por cinco días.
Si el fiscal, en esos cinco días, pide la prisión preventiva -solo para casos graves como homicidios, abusos sexuales o robos armados-, el menor es trasladado al Centro de Recepción y Cerrado, donde permanecerá hasta el juicio o una vez sea condenado.
Es decir, los adolescentes que se encuentran detenidos en el Centro de Recepción y Cerrado están acusados, o condenados, por hechos gravísimos y violentos.