Policiales

La aberrante historia de esclavitud, drogas y abusos sufridos por una menor

Tiene 17 años y estuvo cautiva en un edificio de Libertad 4870. Allí fue amenazada, golpeada, abusada sexualmente, vendida a hombres y utilizada como sirvienta. Su familia pudo rescatarla antes de que interviniera la Justicia y el acusado de ser su captor, fue detenido y está con prisión preventiva.

Una historia de marginalidad, abusos y esclavitud moderna en Mar del Plata. Resulta difícil de creer y hasta de escribir, pero es real. Y todo esto en un sitio ubicado a menos de 3 kilómetros de la municipalidad de General Pueyrredon, o de la Plaza San Martín, o de la Catedral, o de la Facultad de Derecho. La víctima resultó ser una adolescente de 17 años, que el último verano pasó 21 días cautiva en un edificio tomado, donde la drogaron a diario y la obligaron a prostituirse. Allí fue amenazada, golpeada, abusada sexualmente, vendida a hombres y utilizada como sirvienta. Su familia pudo rescatarla antes de que interviniera la Justicia y el acusado de ser su captor, identificado como Gabriel Sánchez, fue detenido y procesado por la Justicia Federal.

Tras la denuncia de la víctima, realizada junto a su abuela en la sede de Niñez del Municipio, inició una causa la fiscal Federal Laura Mazzaferri, con intervención del fiscal Santiago Inchausti, en la que imputaron a Sánchez por los delitos de “trata de persona con fines de explotación sexual agravado por mediar violencia, amenaza, abuso de la situación de vulnerabilidad, por haberse consumado su explotación y por la edad de la víctima y suministro de sustancias estupefacientes a título gratuito, ello en concurso real”.

Vulnerabilidad, abandono y abusos

La historia de la víctima -cuya identidad se debe preservar- está marcada por el abandono, la vulnerabilidad y los abusos. Cuando tenía 13 años, la adolescente fue “vendida” por su propia madre, una mujer adicta a la cocaína, quien entregó a su hija por 500 pesos a un hombre, para poder comprar drogas. Tras ese abuso, que nunca fue denunciado, la adolescente pasó a vivir con su abuela.

Según pudo narrar la víctima al hacer la denuncia, en enero de 2024 había contactado a una mujer llamada Agustina a través de Facebook en el grupo “Solo Permutas”, para poder cambiar una remera que tenía por un pantalón que necesitaba.

Esta mujer le escribió desde el perfil Medina Pérez (Aguante Alvarado) y tras una serie de charlas intercambiaron números de Whatsapp y acordaron encontrarse el 22 de enero, a las 19, frente al Carrefour de la avenida Constitución y 180.

Perfil de Facebook que utilizaba la mujer que engañó a la víctima.

La adolescente esperó unos 10 minutos hasta que apareció “Agustina”, a quien reconoció por su foto de perfil. “¿Vos sos la chica del intercambio?”, preguntó la mujer, a lo que la víctima asintió.

Según relató la víctima, mientras hablaba con esta mujer una camioneta negra con vidrios polarizados se acercó y se bajaron dos hombres, uno de ellos con rastas, quienes la sujetaron y le pusieron un algodón con un “perfume” en la boca, para luego subirla al vehículo, que era conducido por otro hombre. Luego, dijo que perdió la conciencia.

La víctima despertó en un departamento, acostada en una cama y sin su celular. Al abrir los ojos vio a “Agustina”, que al ver que había despertado le dijo: “A trabajar” y le dio “un pase” de cocaína para que lo consumiera. Esa fue la primera vez que la adolescente consumiría cocaína y también sería la primera vez que la iban a obligar a prostituirse.

Tres semanas en el infierno de “Libertad”

La adolescente relató que del otro lado de la puerta donde estaba, escuchó voces de hombres y un joven, de unos 20 años, ingresó a su habitación y comenzó a acariciarla, queriendo quitarle el short. “No estoy lista”, dijo ella, por lo que recibió una cachetada de Agustina, quien la obligó por primera vez a prostituirse.

“Lloré, y me dejé porque tenía miedo”, recordó la víctima al hacer la denuncia. Ese miedo sería el arma fundamental de sus captores.

La adolescente despertó en un edificio de Libertad 4870, conocido también como “La villa vertical”, un lugar que ha sido escenario de diferentes hechos policiales sangrientos, como el homicidio de Hernán Lucero en diciembre de 2003, crimen por el cual fue condenado el policía Facundo Roldán. Ese edificio se encuentra sin terminar y está compuesto por 24 departamentos diseminados en 7 pisos, los cuales están todos ocupados: son viviendas marginales, aguantaderos para delincuentes y adictos y, en algunas ocasiones, son también punto de venta de estupefacientes, principalmente cocaína.

En el edificio de Libertad 4870 no existen prostíbulos o una red compleja de trata de personas. Pero sí existen delitos vinculados a la marginalidad y al consumo de estupefacientes, que pueden ser tan extremos y horribles como un homicidio o como prostituir a una menor de edad. Una vez, la problemática de la ausencia del Estado en contextos de vulnerabilidad extrema y adicciones muestra su peor cara.

El departamento donde la adolescente estaba era el 6° A, donde “Agustina” vivía sometida por Gabriel Sánchez, un hombre señalado como transa, que la prostituía ante hombres que, principalmente, se acercaban al lugar a comprar droga y a “comprarlas a ellas”. Sánchez era quien manejaba el dinero y llevaba a los abusadores, su objetivo era poder recaudar la suficiente plata para pagar una deuda que tenía con alguien “pesado”. A ese aberrante negocio, sumó a la menor.

En ese departamento del edificio de Libertad 4870, la adolescente era “vendida” a cinco hombres por día, que se la pasaban consumiendo drogas en el living. A la tarde y a la noche, Sánchez y Agustina la obligaban a consumir cocaína, pasta base o marihuana, para que estuviera más sumisa.

A la víctima no solo la prostituían contra su voluntad, sino que además la obligaban a limpiar el departamento, a cuidar a una hija de 3 años de la pareja y también a robar lencería y alimentos, siempre vigilada por Sánchez, Agustina o algún otro hombre.

La menor contó que, en los 21 días que estuvo cautiva,  el único que obtenía rédito económico era Gabriel Sánchez, quien además había abierto perfiles en Only Fans y Cafecito, para vender contenido erótico de ella y Agustina, como fotos y videos entre ellas y así también promocionar sus encuentros sexuales.

La víctima no solo era obligada a prostituirse en el departamento del edificio de Libertad 4870, también fue llevada en una oportunidad al boliche “La Cumbre”, donde Gabriel Sánchez la “vendió” por 15.000 pesos a un hombre de unos 45 años.

Un intento de escape

y la “Joda del viernes 16”

La investigación de la fiscal Mazzaferri avanzó lo suficiente para establecer detalles reveladores de lo vivido por la menor, quien narró que en el tiempo que estuvo privada de su libertad extrañaba mucho a su familia, pero que tenía miedo de volver a su casa porque pensaba que estarían enojada con ella por haber desaparecido, porque ahora el reflejo del espejo le arrojaba otra imagen tras haber sido obligada a consumir cocaína y prostituirse: estaba más flaca, con ojeras, ya no era ella. Eso sí, tuvo una oportunidad de escapar: salió a la calle y si bien pudo irse no se animó y regresó al edificio de Libertad 4870. En esa oportunidad, Agustina la agredió físicamente de manera salvaje. “Me molió a golpes”, recordaría la adolescente. Desde ese momento, tuvo todavía más miedo de sus captores.

Casi a mediados de febrero, los captores de la víctima revisaron el su celular y encontraron el perfil de una conocida de ella que les llamó la atención por las sugerentes fotos que mostraba en redes, por lo que comenzaron a charlar con ella y la invitaron al departamento.

Según contó la adolescente, Agustina le dio drogas a la otra joven, de 15 años, y Gabriel Sánchez luego abusó sexualmente de ella. En un descuido de sus captores, ella se acercó a su amiga y alcanzó a decirle: “La estoy pasando mal acá, ayudame”.

Tras ese encuentro, esta conocida de la menor siguió en contacto con Agustina -porque a ella sí la dejaron irse- y comenzaron a planear un encuentro al que llamaron “Joda del viernes 16”, donde habría alcohol, drogas y prostitutas. Esta juntada se realizaría el 16 de febrero en el edificio de Libertad 4870.

El rescate

Luego de días sin tener noticias de la adolescente, la abuela de la víctima se preocupó por ubicarla y el 13 de febrero buscó a alguien que la ayudara. Quiso el destino que la amiga de su nieta que a la que contactó resultó ser la misma que había ido al departamento de Libertad 4870. La joven se mostró siempre reticente a darle información a la abuela, hasta que finalmente le contó que había un grupo de Whatsapp llamado “Joda viernes 16”, y que sería una juntada en el departamento donde la víctima estaba.

Ante esta situación, la mujer creo el perfil de una joven de unos 20 años y se hizo pasar por una prostituta para saber más de ese evento, de su nieta, de los captores.

Fue así como el 16 de febrero, la mujer y otro nieto fueron en su auto hasta el edificio de Libertad 4870, junto a un patrullero que tenía a dos policías. Mientras los uniformados golpeaban la puerta, el nieto de la mujer vio en la calle a la adolescente: estaba en una esquina donde la obligaban a prostituirse por 20.000 pesos. Llevaba puesta un corpiño, una calza y estaba tan drogada que no llegó a darse cuenta que era un familiar de ella quien la sujetaba de los hombros y la llevaba de allí. No entendía que en ese momento la alejaban del infierno de Libertad 4870.

Según narró la mujer a la Justicia, su nieta estaba muerta de hambre cuando la rescataron. Estaba flaca, con la boca hinchada y con las manos “más chicas”. 

Tras entrevistar a la víctima, los profesionales dieron cuenta que el relato de la adolescente fue confuso por la situación traumática que sufrió, sumado al efecto de las drogas que habría sido obligada a consumir; también mencionaron que se la percibió angustiada al narrar las vivencias de abandono y maltrato durante su primera infancia, que la ubicarían en un lugar de absoluto desvalimiento, así como al narrar la situación de abuso sexual y violencia física a la que fue sometida estando en situación de prostitución.

“Es viable pensar que en dicho contexto de extremo desvalimiento y vulnerabilidad previa, terceras personas al conocer su situación se hayan aprovechado de ella para obtener beneficios propios no solo económicos, sino ejerciendo sobre la adolescente violencias de todo tipo tales como violencia sexual, psicológica, física incluyendo su explotación sexual”, concluyeron.

Por otra parte, el informe médico confirmó que la víctima sufrió violencia física y violencia psíquica y evidenciaron diferentes lesiones por golpes y por haber sido obligada a prostituirse.

Finalmente, tras un allanamiento en el 6° A del edificio de Libertad 4870, Gabriel Sánchez fue detenido. En el lugar secuestraron unos 60 gramos de marihuana. También secuestraron seis preservativos, ropas y sábanas con manchas  hemáticas y de fluidos, todos elementos que podrían confirmar lo narrado por la víctima, el padecimiento que vivió los 21 días que estuvo en el infierno del edificio de Libertad. 

Para la fiscal, Sánchez es culpable de haber captado, trasladado y acogido en su departamento a la adolescente para explotarla sexualmente, una situación agravada por haber ejercido violencia, amenazas y haberse aprovechado de la situación de vulnerabilidad de la víctima.  Además, también se le inició a Sánchez una causa por “abuso sexual agravado”, ya que está acusado de haber violado a la adolescente en reiteradas oportunidades. Por estos delitos, que prevén penas de hasta 15 años de prisión, es que el juez Inchausti consideró que existe riesgo procesal si recuperara la libertad y ordenó la prisión preventiva del imputado, además de imponer un embargo preventivo de 25.000.000 de pesos. 

En Mar del Plata se denuncian dos casos de trata de persona por mes

Tal como lo desarrolló LA CAPITAL, en Mar del Plata se denuncian dos casos de trata de persona al mes a la línea 145, que pueden tratarse de delitos referidos a la explotación sexual y laboral o a la desaparición forzada de personas.

La cifra surge del informe de 2023 de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas del Ministerio Público Fiscal de la Nación (Protex), en el que dan cuenta que en Argentina el año pasado la línea 145 recibió 1941 denuncias, con Ciudad Autónoma de Buenos Aires como el distrito con más casos (219).

C.A.B.A., entonces, representa el 28,4 % de los casos, seguido por Córdoba con 76 denuncias (9.9%), San Martín con 73 casos (9.5%) y La Plata, con 67 casos (8.7%). Estas primeras jurisdicciones representan el 56.5% de las denuncias con derivación federal de delitos relacionadas a la trata de personas.

Mar del Plata es la décima jurisdicción con más casos y sus 24 denuncias realizadas en el 2023 representa el 1,2 % de las denuncias que recibe la línea 145 de delitos relacionados a la trata de personas, como puede ser los casos de explotación sexual y laboral o la desaparición forzada de personas.

La línea 145 funciona las 24 horas, es gratuita y recibe llamadas que aportan información, solicitan asistencia y

denunciar casos de trata y explotación de personas. Es cogestionada por la Protex y el Ministerio de Justicia de la Nación, a través del Programa de Rescate y Acompañamiento a las Víctimas de Trata de Personas.

Te puede interesar

Cargando...
Cargando...
Cargando...