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Atlético Mar del Plata, un campeón con ráfagas de jerarquía y sin discusión

El equipo "decano" liquidó el partido ante Norte en el comienzo del complemento con dos golazos en seis minutos de Batista y Vértiz. El resultado global (3-0) no admite la menor objeción para este nuevo título.

por Sebastián Arana

Atlético Mar del Plata ratificó su dominio en la primera división del fútbol marplatense. Volvió a superar en la final a Deportivo Norte, esta vez 2-0, y aseguró su segunda vuelta olímpica consecutiva en el “José María Minella”.

Mucho había conseguido con el dramático 1-0 de la ida. El gol de Tech de siete días atrás le dio una muy buena ventaja. Y la expulsión de De Hoyos, con partido terminado, redujo las chances de su rival.

La sombra de ambos sucesos se proyectó sobre el segundo duelo. El equipo “decano” jugó tranquilo, tal vez demasiado, en el primer tiempo. Acaso porque pronto se percató de que Deportivo Norte tenía muy poco con qué lastimarlo.

Atlético, con Dimas Morales muy suelto sobre la derecha, impuso condiciones en el primer cuarto de hora y tuvo cuatro llegadas en el primer cuarto de hora.

Sin embargo, con el correr de los minutos perdió precisión y le cedió la iniciativa a Deportivo Norte. Sin De Hoyos, Mauricio Di Martino apostó a dos “livianitos” como Ceratto y Miori con el apoyo de Leonardo Fredes para buscar ese gol que necesitaba para ponerse en carrera en la lucha por el título.

El ADN, no obstante, es el ADN. El equipo “aurinegro” no dejó de buscar largo. Y los defensores de Atlético se impusieron muy claramente en los duelos aéreos sobre delanteros sin oficio ni vocación para aguantar la pelota de espaldas al arco.

Sólo Iriarte intentó otra cosa. El lateral -se mereció dar la vuelta olímpica como cualquier jugador de Atlético- corrió, la pidió, se mostró, gambeteó y se ofreció casi siempre como descarga. Pero tuvo muy poca compañía. De todos modos, intervino en lo poco que generó su equipo en ataque en la primera parte. Envió un buen centro que Leo Fredes cabeceó alto en el arraque del partido, comenzó con criterio una jugada que luego terminó en un remate amortiguado de Rojas desde buena posición y en la última acción de la etapa cabeceó apenas por arriba del travesaño un córner del citado Fredes.

Las esperanzas de Deportivo Norte duraron hasta el entretiempo. Atlético abandonó su postura conformista de la media hora final de la primera parte y salió a buscar el gol. Y lo consiguió, y por duplicado, en una ráfaga furibunda ni bien arrancó el complemento.

En sus últimos triunfos importantes la pelota parada lo había rescatado cuando las combinaciones por el medio no dieron resultados. Esta vez, sin embargo, definió el partido sumando pases por el sector central.

A los 2′ Vértiz tocó hacia Santiago Váldez, quien buscó con un pase fuerte y preciso a Morales, ubicado sobre la medialuna del área. El “10”, rápido de mente, simplificó todo con una descarga brillante a la aparición vacía de Batista, quien controló y sacó un derechazo bajo que se metió en el primer palo de Villalba.

Norte acusó el golpe. Había hecho un buen esfuerzo para estar ahí y su castillo de naipes se desplomó en cuatro pases.

Atlético se percató y se le fue encima. Y seis minutos más tarde descargó su golpe de nocaut. Con otro golazo. Por el “taquito” de Astiz para habilitar a Vértiz y por la definición genial del “Turbo”, quien sobre la izquierda del área se sacó de encima a un rival y abrió el pie para meter un derechazo a media altura que entró por el segundo palo de Villalba.

El derechazo letal de Vértiz.

Deportivo Norte tenía que hacer tres goles para dar vuelta la historia. No tenía con qué. Pese a que le vino bien la expulsión de Emiliano Rodríguez, le costó tanto como en la primera parte. Y las dos veces que hilvanó dos buenas jugadas se encontró con sendas formidables atajadas de Nieto para desviar un cabezazo de Coppens y una volea de Iriarte.

Más allá de esas salvadas de su arquero, Atlético no perdió el control de la situación. Vértiz puso la pelota contra la suela y se la llevó a los laterales para manejar los tiempos. Y sus compañeros bien pudieron convertir una o dos veces más.

La jerarquía del “decano”, aún plasmada de a ratos, marcó la diferencia en esta segunda final. Como en los últimos dos años para dominar el fútbol marplatense de primera.

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