Luego de dos años de trabajo, finalmente se expusieron, en El Galpón de las Artes, seis videominutos basados en textos del reconocido escritor argentino.
Con equipos diversos, con una dinámica de trabajo de préstamos y empuje conjunto, con Marcelo de la Plaza desde la idea y Gastón Francini, el “letrado experto”, se llevó adelante la última etapa del proyecto “Cortázar en un minuto”, es decir, la proyección de los seis trabajos.
Para satisfacción de los organizadores, cuando El Galpón abrió las puertas, la presencia de espectadores era considerable y al dar sala, se tuvieron que redefinir los asientos, ya que eran muchos más asistentes de los que se habían contemplado en un primer momento.
A sala llena, con amigos y amantes de la obra de Cortázar, con los equipos que realizaron cada uno de los videominutos, Marcelo de la Plaza y Gastón Francini comenzaron la noche con un racconto de las motivaciones y de los criterios que impulsaron y guiaron el proyecto.
Así es como de la Plaza explicó que quería ver a los realizadores de la ciudad dándolo todo en sesenta segundos y en el camino de pensar y repensar cómo hacerlo, potenciar el lenguaje audiovisual.
Tras sus palabras, se proyectaron los seis videominutos y después, presentados por Víctor Conenna, cada uno de los directores recuperó los motivos de sus elecciones. Sebastián González Hansen confesó que hacía más de diez años que la historia de “Amor 77” le venía dando vueltas por la cabeza, recitó de memoria el texto y explicó la multiplicación de pantallas de su videominuto.
Ángeles Tonelli, maquilladora invitada para dirigir en esta oportunidad por Marcelo, contó lo enriquecedor de estar del lado de la dirección y explicó que su adapación de “Circe” se basó más en la generación de atmósferas y la recuperación de momentos destacados, los chismes y la muerte desagradable, que en una reconstrucción del relato.
Jorge Della Chiesa recuperó el proceso para el “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj”, los motivos por los que pasó de un reloj pulsera a uno de péndulo basados en su necesidad de que compitiera la presencia del aparato con la vida del personaje.
Esteban Prado explicó que se quedaron con el último minuto de vida de “Bruja” y con la rememoración del pasado que la unía a su Golem por la importancia del episodio y por la potencia visual que les permitía desplegar.
Mauricio Espil contó que para su adaptación de “Las puertas del cielo” le interesó revisitar la relación de Cortázar con el peronismo y agradeció especialmente a todo el equipo por haberle permitido realizar, para su primer trabajo como director, algo tan ambicioso como una milonga repleta de extras y fantasmas.
Por último, se volvieron a proyectar los videominutos una vez más antes de pasar al meeting, el momento de comer algo de la parrilla y tomar cerveza.
Con la adrenalina de haber presentado un proyecto de largo aliento y el calor de los muchos que acompañaron, los organizadores ya empezaron a proponer nuevas posibilidades, como “Tarantino en un minuto”, “Poe en un minuto”, “Mujica Láinez en un minuto”, los “cuatro elementos (agua, tierra, aire, fuego)”.
Todavía no se sabe con qué motivo se continuará, la única certeza es, precisamente, que continuará.