Orlando Aníbal Ojeda, nacido en esta ciudad pero radicado desde hace años en Paraná, fue detenido acusado de asesinar a su ex esposa Lidia Miless y su ex novia Miriam Romina Ibarra.
Orlando Aníbal Ojeda (46), efectivo de la Prefectura Naval Argentina (PNA) oriundo de Mar del Plata acusado del doble femicidio de sus ex parejas en la ciudad entrerriana de Paraná y con una de las cuales tenía tres hijos, se negó hoy a declarar ante el fiscal de la causa, informaron fuentes judiciales.
Al prefecto le dictaron la prisión preventiva luego de que se abstuvo de declarar por el “doble homicidio calificado” de su ex esposa Lidia Milessi (45), profesora de inglés, y su ex novia Miriam Romina Ibarra (35), cabo de la Policía provincial.
El fiscal Juan Ramírez Montrull confirmó a Télam que el acusado de asesinar a las mujeres “hizo uso del derecho de abstenerse a declarar” e inmediatamente se le dictó la prisión preventiva hasta el juicio oral.
“Durante la audiencia de hoy se puso en conocimiento a Ojeda de los hechos que se le imputan y se acordó con la defensa la prisión preventiva hasta la realización del juicio”, dijo Ramírez Montrull.
Al respecto, el abogado Jorge Sueldo, defensor del acusado, aseguró a Télam que la causa quedó caratulada como “doble homicidio calificado y doble tentativa de homicidio”, debido a que la fiscalía entendió que intentó asesinar a vecinos que quisieron evitar el asesinato de Ibarra.
El imputado habría reconocido que cometió el doble femicidio porque ambas mujeres lo tenían “cansado” y que estaba arrepentido de haber herido al vecino de su ex novia Guillermo Suárez (27) porque “nada tenía que ver”.
Según las fuentes, en un momento Ojeda admitió ante la Policía (no tiene validez si no lo declara en la Justicia) que pudo haber matado a más personas pero que ese no era su “objetivo”.
“Lo que me propuse, lo concreté”, habría dicho el acusado a los investigadores luego de su detención.
Al parecer, Ojeda estaba cansado de que su ex esposa le pidiera dinero y en los próximos días tenía que comparecer en una audiencia para fijar la cuota alimentaria de sus hijos, aunque no tenía intenciones de concurrir.
En tanto, familiares y allegados despidieron esta tarde los restos de las dos mujeres asesinadas el fin de semana.
En el caso de Ibarra, cabo de la división 911, sus restos fueron depositados en el panteón de esa fuerza en el cementerio municipal de Paraná.
“Es una situación muy fea porque estamos despidiendo a un miembro de nuestra familia policial. Ella era una persona muy querida, muy íntegra en el servicio, ejemplar como madre y como hija”, sostuvo el jefe de la Policía entrerriana, comisario Gustavo Maslein, durante el sepelio.
El jefe policial añadió que “como responsable de las divisiones y de todos los miembros de la policía”, pidió “que se haga justicia por este hecho”.
Ibarra era madre de dos hijos de 11 y 13 años y fue encontrada con un balazo en el pecho y otro en la cabeza, mientras que Milessi, madre de tres chicos, sufrió un disparo en la frente.
Según los primeros datos de las autopsias, en ambos casos el atacante apoyó su arma reglamentaria calibre 9 milímetros sobre las cabezas y les disparó a quemarropa.