La historia detrás de un robo en el centro escondió una trama de engaños, encuentros y la necesidad de compañía a pesar del aislamiento obligatorio.
Un joven de 20 años se encuentra detenido en la Unidad Penal 44 de Batán por haberle robado a otro, de 28, en su departamento del centro luego de conocerlo por Facebook, haber mantenido meses de charlas, encuentros ocasionales y haber violado el aislamiento para verlo.
Cuando la policía detuvo al acusado del robo, todo hacía entender que era un asalto más, una entradera a una víctima desafortunada que había sido sorprendida en su departamento y, amenazada con un cuchillo, no había tenido más opción que entregar sus objetos de valor. Sin embargo, cuando el fiscal de flagrancia Gastón De Marco comenzó a indagar, comprendió que víctima y victimario se conocían y que, de hecho, mantenían una relación previa.
La víctima, de 28 años, y el delincuente se habían conocido hacía unos tres meses por Facebook, cuando las noticias del coronavirus eran lejanas, todavía de China y por este lado del mundo no se le prestaba mayor importancia, mientras una temporada récord avanzaba.
Los jóvenes comenzaron una relación virtual, de horas de charlas con algunos encuentros ocasionales, al menos hasta el aislamiento social preventivo y obligatorio, dispuesto por el presidente Alberto Fernández.
Sin embargo el contacto se mantuvo en forma de relación virtual, hasta que el pasado domingo, la víctima invitó al otro joven a que fuera a cenar a su departamento, del primer piso de Bolivar al 2100.
La víctima preparó la comida y, en total violación del aislamiento, el invitado llegó. Comieron la cena, charlaron y, cerca de la medianoche, el invitado mostró sus verdaderas intenciones, tomó una cuchilla de la cocina, sorprendió al anfitrión y le dijo que estaba allí para “llevarse todo”.
El delincuente ató a la víctima y tomó un televisor, su celular, otros objetos de valor que puso en una bolsa y se marchó. El dueño del departamento logró zafarse de las ataduras y, desde su teléfono fijo, llamó al 911 y alertó a la policía.
Un patrullero que recorría las calles del centro llegó en cuestión de segundos hasta la puerta del edificio de Bolivar al 2100 y el delincuente, al notar su presencia, huyó hacia arriba para intentar escapar, sin pensar que no tendría una salida posible.
La policía encontró en el octavo piso una bolsa con algunas de las pertenencias de la víctima y, en el décimo y último piso del edificio halló al delincuente, que tenía el televisor y la cuchilla con la que había amenazado a la víctima.
El aprehendido fue imputado por el fiscal De Marco por “robo agravado por uso de arma blanca en grado de tentativa“, un delito que tiene una pena en expectativa de 2 años y 6 meses a 10 años de prisión. Tras negarse a declarar, el fiscal solicitó a la Justicia de Garantías que transformara su aprehensión en detención y continuara alojado en la Unidad Penal 44 de Batán.