Policiales

Se conocieron detalles del ataque a balazos contra el remisero

En el marco de la causa ya declaró el hermano de Brian Albornoz, un bombero al que el detenido le robó el arma. También habló un chofer de Remicoop al que el acusado le pagó un viaje con un teléfono celular en consignación.

A pocas horas de ocurrido el hecho, la causa que investiga el extraño ataque a balazos contra un remisero en el barrio Las Lilas avanza con el análisis de la prueba recolectada y la realización de la ronda de declaraciones testimoniales.

Entre otros testigos del caso, el fiscal Leandro Arévalo ya interrogó al hermano de Brian Albornoz, un bombero al que éste le robó el arma de fuego con la que luego le dispararía a Luis Miguel Angel (29); a un amigo del propio detenido; y a otro chofer, trabajador de la empresa Remicoop, que momentos antes había trasladado al acusado en su automóvil presuntamente a comprar cocaína a la “Zona roja”.

Según los datos que pudo recabar LA CAPITAL tras consultar el estado del expediente, los investigadores aún no dilucidaron el motivo por el que Albornoz le disparó a Angel. Sin embargo, hasta ahora lograron reconstruir gran parte de la secuencia ocurrida previamente que, de todas formas, deberán acreditar con pruebas fehacientes en las próximas semanas.

Conforme explicaron fuentes del caso, y como ya se sabía, el ataque al remisero Angel se registró cerca de las 5 de la madrugada del lunes. Antes de eso, y de acuerdo al testimonio de su propio amigo, Albornoz había consumido cocaína en una vivienda de Bahía Blanca al 2700. En rigor de verdad, confesó que ambos lo habían hecho hasta que la droga se terminó.

Acto seguido, el testigo mencionó que el detenido quiso conseguir más de la mencionada sustancia, a pesar de que él le recomendó que se fuera a su casa. En ese momento, según la hipótesis de los investigadores, Albornoz pidió un coche a la firma Remicoop y un chofer lo pasó a buscar poco después.

De las pistas que analizan los investigadores hasta ahora se desprende que ese automóvil trasladó al acusado desde la propiedad de Bahía Blanca al 2700 hacia su vivienda familiar, ubicada en Gascón al 5000, y luego a un sector de la “Zona roja”. En ese lapso, durante el retorno a su casa, se presume que le robó el arma reglamentaria a su hermano bombero.

Después de finalizado el periplo, y aunque se desconoce todavía si Albornoz logró comprar o no la droga que buscaba, el mismo remís lo depositó nuevamente en Bahía Blanca al 2700. Y fue entonces que, conforme declaró el chofer de Remicoop, no tenía dinero para pagar el viaje. Por eso, le ofreció al trabajador su celular en consignación hasta tanto pudiera abonarle su deuda, lo que el testigo aceptó.

Esa versión aportada por el remisero estaría corroborada debido a que el propio testigo entregó en la fiscalía de Arévalo el teléfono de Albornoz, que quedó en su poder esa madrugada. Ahora, el artefacto será analizado por peritos especistas para determinar si en él existen indicios que sirvan al esclarecimiento del caso.

El segundo viaje

Lo que deben determinar ahora los investigadores es por qué Albornoz volvió a abordar un remís, esta vez de la empresa Paso Cars y conducido por Angel, momentos más tarde desde la misma vivienda de Bahía Blanca al 2700.

El desenlace ya se conoce: mientras el acusado viajaba en el vehículo marca Chevrolet Corsa, se produjo un forcejeo con el conductor y luego efectuó los disparos -entre cuatro y siete según dijeron vecinos que escucharon las detonaciones y llamaron al 911- que acabaron por herir de gravedad a la víctima.

La información que obtuvo LA CAPITAL indica que el fiscal Arévalo no descarta ninguna hipótesis. Y claro: sería prematuro hacerlo. Entre las sospechas de los pesquisas cabe la posibilidad de que Albornoz haya extraído la pistola de su hermano e intentado robarle dinero a Angel para poder comprar más droga o con el objetivo de pagar su deuda con el anterior remisero y recuperar su teléfono celular. Sin embargo, tampoco desechan otras líneas de trabajo, como por ejemplo que la víctima se haya negado a trasladar al agresor a determinada dirección (podría ser la “Zona roja”). En estas horas, se centran en conocer más información sobre el propio trabajador.

Si bien transcurrió muy poco tiempo desde que se produjo el hecho, los familiares del chofer herido aún no han aportado sus testimonios a la causa y es imperioso recabar más información sobre su vida y su personalidad.

Inclusive, el estado de salud de la víctima no permitió que la policía pudiera tomarle declaración, ya que se encuentra internado con pronóstico grave en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA).

A ese nosocomio llegó el chofer después de sufrir cuatro disparos y algunos cortes, y de que el automóvil que conducía chocara contra un árbol en Bahía Blanca y Rawson. Tras atacar a Angel, Albornoz descendió del rodado y corrió por la primera de las calles mencionadas.

Paralelamente, los operadores del Centro de Monitoreo revisaron las cámaras y vieron que huía por Bahía Blanca. También observaron que minutos después llegaba a República del Líbano al 3000. De inmediato, dieron aviso a la policía y finalmente en esa cuadra lo detuvieron.

Por su parte, y herido de gravedad, Angel se arrastró hasta una garita de seguridad a pocos metros del vehículo y pidió ayuda. Luego, una ambulancia lo trasladó de urgencia al HIGA, donde, como se explicó antes, quedó internado en terapia intensiva.

Personal de Policía Científica fue hasta el lugar del hecho y en el interior del remís secuestró una pistola Bersa Mini Thunder calibre 9 milímetros, provista al hermano de Albornoz. La Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad tomó conocimiento del caso y solicitó la desafectación del bombero mientras avanza la investigación.

El móvil aún es

una incógnita

En mismo sitio donde fue hallado el automóvil también trabajaron el fiscal Leandro Arévalo y el secretario de Seguridad, Darío Oroquieta. Si bien en un principio el investigador casi que descartó la hipótesis del intento de robo, porque en el interior del vehículo había dinero y objetos de valor de la víctima, con el paso del tiempo y la obtención de más testimonios reabrió todas las líneas de trabajo posibles y el móvil del ataque sigue siendo una incógnita.

Es que, a pesar del hallazgo de esos elementos, puede haber ocurrido que Angel se haya resistido a un posible asalto y que entonces Albornoz le disparara. Si se comprueba, a través de exámenes químicos, que el acusado se hallaba bajo los efectos de la droga, puede haber escapado del lugar sin llevarse nada y la hipótesis no sería de todas formas descabellada.

Como el propio detenido, asistido por la Defensoría Oficial, se negó a declarar ante el fiscal Arévalo, el caso caratulado “Tentativa de homicidio” todavía no fue esclarecido. Conforme trascendió, el imputado habría reconocido ante la policía, cuando fue detenido, que sufre una adicción a la cocaína. Luego de su captura, fue trasladado a la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán, donde permanecerá alojado mientras se desarrolla el proceso judicial en su contra.

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