Era un ex convicto que intentó, junto al menos dos cómplices, perpetrar un robo en una vivienda de esa ciudad. Lo mató de un escopetazo el dueño de la casa.
VILLA GESELL.- El marplatense de 35 años que murió de una perdigonada en el cuello en Villa Gesell el pasado domingo estaba cometiendo un robo y la Justicia imputó el homicidio al dueño de la vivienda damnificada.
El muerto fue identificado como Diego Marcelo Tapia (35), con domicilio en Mar del Plata y dueño de frondosos antecedentes, informaron las fuentes a las que tuvo acceso LA CAPITAL.
Un detalle de gran relevancia para la investigación es que poco después de constatarse el fallecimiento de Tapia se acercó una mujer a bordo de una camioneta Ford Ecco Sport, el mismo rodado que los testigos habían visto huir del lugar de los hechos.
La policía secuestró el vehículo y lo puso a disposición de Policía Científica para su inspección.
Tal como fue publicado en la edición de ayer, el episodio ocurrió cerca de las 23.30 del domingo en una vivienda de paseo 133 entre avenidas 4 y 5, en la zona sur de esta ciudad. Hasta allí habría llegado Tapia en compañía de al menos dos personas en la Ford Ecco Sport y, bajo circunstancias que ahora se investigan, intentaron cometer un robo en la vivienda del paseo 133.
La fiscal Verónica Zamboni, titular de la fiscalía 6 del departamento judicial Dolores, trata de reconstruir lo sucedido entonces, pero no habría demasiados misterior. El dueño de la finca al verse amenezado por la presencia de los intrusos que mostraban una clara actitud delictiva tomó una escopeta y realizó un disparo. Los proyectiles de ese arma alcanzaron a Tapia en el cuello y le causaron la muerte en segundos.
Sus cómplices intentaron arrastrarlo hasta la camioneta y muestra de ellos fueron las marcas en la vestimenta y en la misma calle. Pero poco después desistieron ante la imposibilidad de conseguir su objetivo. Finalmente escaparon con rumbo desconocido.
Cuando la policía llegó al lugar encontró el cadáver de Tapia, el cual tenía colocado en sus manos un guante de látex. Este no es un dato menor: se cree que utilizaba el guante para no dejar huellas dentro de la casa. Un par de horas más tarde arribó una mujer que dijo ser la esposa. Testigos reconocieron la camioneta y los investigadores decidieron su secuestro.
Fuentes oficiales le confirmaron a LA CAPITAL que se cree que la banda de delincuentes había llegado específicamente a esta ciudad para cometer el robo y que intentan determinar si ya habían utilizado el mismo “modus operandi” para cometer otros asalto en la zona.
Tapia tenía domicilio fijo en Mar del Plata en la calle Puán al 8400, mientras que la camioneta no estaba inhabilitada para circular.