La ciencia desarrolla medicamentos más modernos, más precisos y menos tóxicos, con mejores resultados y más tolerables para los pacientes.
por Leonardo Coscia
La quimioterapia salvó vidas durante los últimos 70 años y lo seguirá haciendo durante más tiempo, aunque la ciencia ha ido obteniendo cada vez más conocimiento de los mecanismos que desencadenan los diversos tipos de cáncer, por lo que se fueron desarrollando medicamentos más modernos, más precisos y menos tóxicos, con mejores resultados y más tolerables para los pacientes.
Esto da la pauta de que el abordaje terapéutico tradicional tiene cada vez más próxima su fecha de vencimiento, según destacó la asociación civil ALMA en el marco del día mundial del cáncer, que se conmemora este 4 de febrero.
“Como pacientes, cada vez más informados e involucrados con los tratamientos que nos indican los profesionales de la salud, nos entusiasma ir viendo cómo la ciencia avanza y mejora las opciones terapéuticas en el manejo del cáncer. Tener hoy una leucemia plantea un escenario completamente diferente de lo que era 20 ó 30 años atrás”, sostuvo Fernando Piotrowski, Director Ejecutivo de la ALMA.
Desde la asociación, que acompaña a personas con distintos tipos de leucemia, quieren destacar primero, y por sobre todas las cosas, que hoy el ‘cáncer’ no es sinónimo de ‘muerte’, sino que, muy por el contrario, cada vez se obtienen tasas de curación y de remisión más elevadas en muchos tipos de cáncer.
Por otro lado, aprovecharon para aclarar que ‘cáncer’ tampoco es sinónimo de ‘quimioterapia’, con todo lo que eso representa, como caída del pelo, cansancio, síntomas gastrointestinales severos y, lo que es más grave, debilitamiento del sistema inmunológico, con el consecuente riesgo aumentado de infecciones que pueden poner en riesgo la vida.
“Hoy muchos tipos de cáncer se tratan en primera instancia con medicaciones modernas, en forma de comprimidos, con las que la persona no necesita acudir a un hospital o quedarse internada como si sucedía con la quimioterapia”, explicó Piotrowski.
Un caso paradigmático es el de la leucemia más frecuente en adultos, la que se conoce como linfocítica crónica.
Hasta hace pocos años, la única herramienta con que contaban los médicos era la quimioterapia, con resultados modestos.
Hoy, en cambio, hay medicamentos orales que demostraron resultados sumamente alentadores y que están disponibles en la Argentina.
Esta es una leucemia en la que no todos los pacientes necesitarán ser tratados y algunos no lo precisarán cuando se los diagnóstica, pero sí una vez que la enfermedad avanza, por eso es importante detectarla (como no da síntomas concretos, en ocasiones de diagnostica de inesperadamente en un chequeo de rutina) y luego realizar un adecuado seguimiento del cuadro para ir monitoreando su evolución.
Lo más importante, destacaron desde ALMA, es que el paciente reciba siempre el tratamiento que mejor resultado le ofrezca para controlar su situación de salud, pero no debe dejarse de lado que el impacto de las medicaciones en su calidad de vida puede ser grande, por eso es una buena noticia que las nuevas medicaciones presenten mejores perfiles de toxicidad y sean orales.
En el caso de la quimioterapia, la duración del tratamiento depende de cada patología y del paciente en particular: puede variar desde aplicaciones ambulatorias hasta internaciones de muchas semanas, lo que además de generar costos en el sistema sanitario expone a las personas a mayores riesgos de infecciones potencialmente difíciles de abordar.
“Cuando los pacientes se acercan a los eventos que organizamos, una de las principales preocupaciones que manifiestan tiene que ver con cómo se sentirán con el tratamiento que inicien, si su cuerpo se verá afectado y si tendrán energía para continuar con su vida lo más normal posible. El impacto del tratamiento es un aspecto que pesa”, reconoció Piotrowski.
Con frecuencia, quienes están recibiendo terapias dirigidas no ven alterada significativamente su rutina.
Seguramente, enfrenten algún efecto adverso, pero nada en comparación con la quimioterapia, por lo que pueden seguir trabajando, alimentarse como venían haciéndolo e, inclusive, realizar actividad física moderada, siempre consensuando todo esto con su médico tratante.
Piotrowski subrayó que “los pacientes cuentan cada vez con más información, se actualizan sobre las novedades terapéuticas que están llegando y las que se vienen a futuro, por lo que van a la consulta médica con inquietudes concretas”.
“Vemos muy positivo que sean protagonistas de su tratamiento, se involucren e intercambien ideas y pareceres con el médico para determinar, juntos, los pasos a seguir”, añadió.
¿Qué son las leucemias?
Las células sanguíneas son producidas por la médula ósea. A medida que se dividen y maduran, van transformándose en células sanguíneas de diferentes tipos.
Cuando una de las células que va a formar glóbulos blancos cambia y se convierte en una célula de leucemia, ya no madura normalmente.
Generalmente, se divide más rápido de lo normal. Las células leucémicas no mueren cuando deberían hacerlo, sino que se acumulan en la médula ósea reemplazando a las normales.
En algún momento, éstas salen de la médula ósea y entran al torrente sanguíneo, causando un aumento en el número de glóbulos blancos en la sangre.
Para más información, seguir a Asociación Leucemia Mieloide Argentina en Facebook o escribir a info@asociacionalma.org.ar.
(*): Especial para NA.