Fiel a su perfil, mesurado y reflexivo, el capitán de la selección argentina de básquet hizo su análisis de la situación actual del equipo tras la caída ante Uruguay y lo que se viene en el camino hacia China 2019.
Por Florencia Cordero
desde Olavarría
Luis Scola tiene en claro que el conjunto nacional tiene una deuda de juego en estos primeros pasos de las Eliminatorias y aspira a que el equipo vaya creciendo para poder lograr volver a jugarbien antes de empezar a pensar en los pasos que hay que dar para lograr la clasificación al Mundial.
-¿Cómo sentís que se procesó en el grupo la derrota ante Uruguay?
-Nos hubiera gustado ganar, pero la verdad que estábamos jugando mal. Con Panamá no jugamos bien, con Paraguay un poquito mejor, pero no estábamos jugando bien y cuando no jugás bien, pasa esto. Tarde o temprano iba a pasar. Podríamos haber ganado el partido, pero a veces es un poquito peor, porque tenés problemas, terminás ganando por un triple o por un arresto individual y eso, oculta, tapa, mete la tierra abajo de la alfombra. Eso acrecienta los problemas y los hace más difícil de solucionar. Nos puede llegar a venir bien, como un golpe de reacción, que Uruguay haya expuesto nuestros defectos. A ver ahora cómo reaccionamos.
– ¿Sos de mirar lo que viene en cuanto a las ventanas o es algo que ahora no te interesa pensando en la clasificación al Mundial?
– La realidad es que ahora mismo estamos jugando mal. El partido en si tiene valor, pero no tanto. Faltan 8 ó 9 partidos más. No tenés que salir invicto, no tenés que ganar todos menos uno. Podés perder tres, cuatro o cinco partidos y clasificarte igual. No es problema perder. Perder vamos a perder, el problema es que estamos jugando mal. Ahora mismo preocupa cómo podemos hacer para jugar bien. Una vez que juguemos bien, podés pensar en qué puede pasar, en qué partido tenés que ganar, qué resultados se van dando. Mientras juegues así, es irrelevante, porque si jugamos así, vamos a perder el próximo, el otro y el otro. Entonces da igual quién gana y quién pierde.
– Sin subestimar a Paraguay, en ese camino de querer jugar mejor, ¿puede ser una ventaja jugar contra un rival de estas características?
– O desventaja. Porque si llegamos al vestuario con el partido empatado, nosotros vamos a estar en un momento horrible. Ellos van a estar crecidos. Ventaja si jugamos bien el próximo. Y hasta por ahí nomás, porque de hecho yo hubiese preferido el calendario al revés. Porque si jugás bien contra Paraguay y te sentís bien, después vas mejor contra Uruguay. Pero ahora jugamos mal contra Uruguay, perdimos e incluso si le ganamos a Paraguay por 30, va a quedar como que es lo que tenía que pasar. ¿Qué más da? Jugando bien y todo, no te va a sacar la sensación de haber jugado mal contra Uruguay. Y si jugás mal y si perdés ni hablar, la sensación negativa de Uruguay se multiplica. A la hora de elegir no es bueno, pero en realidad no es bueno ni malo, es así como están los partidos y no se puede cambiar.