El secretario de Economía dijo que la TSU y Seguridad e Higiene tuvieron caída de alrededor del 15%. Relacionó el fenómeno con el impacto del tarifazo y los niveles de actividad económica.
El secretario de Economía y Hacienda de la comuna, Gustavo Schroeder, reconoció que durante el actual ejercicio, la cobrabilidad de las tasas registró una “baja general del 10%” y tuvo caídas de alrededor del 15% en los casos de la Tasa de Servicios Urbanos y de Seguridad e Higiene.
Si bien no brindó otras cifras más precisas, Schroeder admitió que este fenómeno está generando nuevas tensiones en la economía y en las finanzas de un municipio que, según dijo, todavía está lejos de resolver sus problemas.
Reconociendo la existencia de dificultades surgidas durante este año, el secretario no dejó de cuestionar a la anterior administración municipal.
“Hay decisiones del pasado que están impactando de lleno en las posibilidades actuales de la gestión”, sostuvo.
En diálogo con LU9 Schroeder brindó ayer algunas pistas sobre los resultados obtenidos por la administración del intendente Carlos Arroyo durante el primer semestre de este año, dentro del cual, él ocupó el área de Economía sólo durante el último mes y medio.
Según explicó, en comparación con el año 2015, en lo que va de 2016 la “cobrabilidad” de las tasas “bajó un 10% en general”.
Ese porcentaje llegó a “alrededor de un 15%” en casos específicos, como el de la Tasa de Servicios Urbanos (TSU) y el de las tasas que están ligadas a la actividad comercial e industrial como Seguridad e Higiene, admitió. Si bien no brindó números más precisos, Schroeder aceptó que por estas razones la recaudación de la Municipalidad durante el actual ejercicio cayó “mucho”.
Sin embargo no culpó por ello a su antecesor, José Cano, quien fue el que siendo el primer secretario de Economía y Hacienda de Arroyo diseñó el aumento de las tasas para este año. De hecho Schroeder explicó que en el caso de la TSU “la mayor incobrabilidad” ocurrió entre “las cuentas que tuvieron subas del 10%”, es decir las de menor magnitud.
“No creo que la gente no pague porque no quiera”, dijo, considerando que lo que pudo haber influido haya sido la incertidumbre asociada al fuerte aumento de las tarifas. “En este contexto la gente toma decisiones”, indicó, sugiriendo que entre ellas pudo haber estado la de postergar el pago de las tasas, en perjuicio de los ingresos comunales.
Asimismo mencionó como otro factor la situación económica en la que se encuentra el país y la consecuente caída de la actividad. A su juicio esto también impactó negativamente en las posibilidades de pago del comercio y la industria.
“En definitiva se ha resentido la cobrabilidad y eso incide en el presupuesto acrecentando las tensiones ya que esto provoca que no contemos con los recursos necesarios”, sostuvo.
El funcionario marcó como un desafío “contener los gastos y mejorar la recaudación” aunque advirtió que esto no se podrá resolver en lo inmediato.
En este sentido reprochó el hecho de que desde el año 2013 en adelante el gasto del municipio se haya expandido de una manera que en su opinión fue “inédita”.
“Hay una estructura de gastos desarrollada en los últimos cuatro años que ha superado los ingresos habituales. Esa es la situación sobre la que se está trabajando para revertirla, con una gran comprensión del gobierno nacional y provincial”, señaló.
Schroeder dijo que durante la anterior gestión “hubo nuevos gastos que seguramente” apuntaron a “atender cuestiones sociales o no” pero que en su opinión fueron creados de una manera que “no fue del todo responsable”.
Explicó que por eso se “ha entregado una ciudad con una deuda generada por un déficit constante de exactamente 950 millones de pesos” de los cuales “450 millones se deben a proveedores y 350 millones a obras sociales, jubilaciones y ART, más el descubierto”.
El funcionario indicó que como producto de esto no será simple volver a una situación de equilibrio.
“Yo constantemente estoy gastando más de lo que recaudo y eso hay que trabajarlo muy fuertemente para que no siga ocurriendo”, señaló.