Miles de turistas arribaron a la ciudad para disfrutar del fin de semana extralargo. Si bien aún no hay cifras oficiales, el balance de visitantes es bueno. La prioridad: cuidar el bolsillo.
Con más de 21° y cielo despejado, el Viernes Santo le regaló a la ciudad una jornada ideal para disfrutar de la generosa geografía marplatense, de las playas y de las distintas especialidades gastronómicas, haciendo hincapié en la materia prima prevista por el mar: pescados y mariscos.
Mientras se dividía entre las mesas y, sin equivocarse, depositaba los platos con calamaretis y paella en los lugares correspondientes, Oscar, un mozo que trabaja desde hace años en uno de los locales tradicionales del centro comercial del puerto, destacó: “Trabajamos bien, palo y palo, pero se cuida mucho el mango y se comparte bastante”, describió el mozo que trabaja desde hace años en uno de los locales tradicionales del centro comercial del puerto.
“Hay que esperar a que termine la Semana Santa para poder hacer el balance -dijo Pablo, encargado de otro de los locales del sector- pero estamos trabajando bien aunque la mayoría de los clientes apelan a las promociones con las tarjetas”.
En ese sentido coincidió Clara, cajera en uno de los autoservicios: “De 10 clientes, 7 pagan con tarjeta, ya sea de crédito o débito dependiendo de las promociones ofrecidas por los bancos”. “Venimos bien, vamos a ver cómo sigue”, dijo en referencia a la recepción de clientes durante las minivacaciones.
Del otro lado de la escollera Norte, en el sector Biología de Playa Grande y en el marco del campeonato internacional de surf, se armó la feria gastronómica “Comer y surfear” con propuestas para todos los paladares.
Satisfacción
“Trabajamos tan bien que tuvimos que improvisar otra paella, porque la que habíamos preparado se acabó, contó Vicente Martínez que cocinó junto a su padre Alejo y vendieron las porciones a $200. La oferta la completaron con “brusquetas con tinta de calamar y cazuela de mariscos o la opción vegetariana con cherry, muzzarella y crema de albahaca a $150 cada una”.
Cerca de ese stand, el cocinero Rodo Puente mostró diferentes opciones de pescados preparados en sus míticos fuegos, además de distintos acompañamientos para “saciar todas las necesidades. Vino mucha gente, estamos contentos”, señaló.
En los locales gastronómicos con mesas en el exterior, durante el mediodía, las mismas fueron las más demandadas para conjugar el disfrute del mastique con la exposición al sol. Y, en muchos de ellos, durante el mediodía hubo que hacer cola para conseguir una mesa, como en el ubicado en Buenos Aires y Moreno.
“Estamos trabajando bien, hay mucha demanda, pero para hacer el balance hay que esperar al domingo”, señaló uno de los encargados de una famosa cadena marplatense con sucursales en distintos puntos de la ciudad.
En el mismo sentido se manifestaron los hoteleros, mientras que desde el sector inmobiliario no dudaron en expresar su conformidad con la cantidad de visitantes que eligió la ciudad para pasar las minivacaciones.
“Estamos muy conformes y más aún los turistas porque el buen clima acompaña”, señaló el presidente del Colegio de Martilleros local, Miguel Donsini.
Las buenas condiciones climáticas, con una máxima que superó los 21°, permitieron las estadías playeras y sectores como Varese mostraron una postal similar a la veraniega aunque muchos debieron portar buzo o rompevientos.
En el país
Los principales destinos turísticos de la Argentina recibieron buenas cantidades de visitantes en este feriado de Semana Santa, aseguró ayer el secretario de Turismo, Gustavo Santos, quien sostuvo que esta actividad será un factor del desarrollo económico de Argentina.
El funcionario confirmó datos suministrados por la secretaría a su cargo, sobre un movimiento de 1,5 millón de turistas y un impacto económico de 6.130 millones de pesos, con un promedio de ocupación hotelera que en algunos casos supera el 90%.
En este sentido, en declaraciones radiales, Santos señaló que hubo “picos muy interesantes, como la ciudad de Mendoza o (Puerto) Iguazú, que están en el 95%”, aunque también se registraban “toda la Quebrada de Humahuaca, Salta, los destinos termales de Entre Ríos y una serie de destinos con promedios muy altos”.
“Esta semana Santa ha vuelto a ser, como tradicionalmente lo ha sido, uno de los grandes fines de semana largos que tiene la gente para poder desahogarse y salir y ahí darse una escapadita”.
En otro momento, afirmó que “los fines de semana largo están funcionando muy bien; los tres de este año: Año Nuevo, Carnavales y este, han generado y acumulado unos 22.500 millones de pesos de movimiento”.
En base a este balance, el secretario aseguró que “la actividad turística se presenta desde el punto de vista productivo como una muy buena distribución de recursos de los sectores urbanos y, sobre todo, de los sectores rurales”.
“El turismo -enfatizó- va a ser uno de los grandes segmentos que va a permitir el desarrollo económico de Argentina, una de las líneas del desarrollo de la Argentina del futuro”.
Sobre el movimiento de la actividad durante su gestión como ministro y secretario de Turismo, puntualizó que en 2017 llegaron a Argentina 6,6 millones de turistas extranjeros y el país pasó a ocupar el primer lugar en América del Sur “aún con un dólar retrasado”, pero gracias a la apertura de la conectividad aérea y facilitado de visas.
En 2018, ya con la Argentina abierta al mundo, entraron 7 millones de extranjeros y “mantuvimos el primer lugar, con unos cuantos miles por encima de Brasil, lo que es muy importante”, añadió.
Este año -siguió- “arrancamos con cifras impactantes: en enero creció 26% la actividad, febrero 18% y marzo 22%; están ingresando muchas divisas por esto”.
En ese sentido, apuntó que “en 2018 entraron casi 5.900 millones de dólares por gastos turísticos, lo que nos ubica como el cuarto complejo exportador en Argentina”.
Santos reiteró que “el turismo va a ser, sin lugar a dudas, una de las grandes potencialidades de Argentina”, y auguró que junto a la actividad agropecuaria y la energía será parte de los tres grandes núcleos productivos que van a marcar uno de los ejes productivos del desarrollo de Argentina.