Opinión

Saga del encierro de un sexagenario en riesgo

Por MiTre
Asomó la cabeza, luego miró para cada lado de la cuadra  saludó a un vecino que pasaba, apoyó un pie, después el otro y salió. Así el sexagenario encerrado desde marzo, por la pandemia provocada por el corona virus, se hizo a la calle con otro objetivo muy diferente a las salidas anteriores. En realidad avanzó solo unos metros porque enseguida subió al auto, se acomodó el barbijo y arrancó rumbo a la costa.
Se sorprendió cuando llegó. Porque notó cierto relajo en la actitud de la gente que andaba o estaba en el sector. Ni hablar de loa adolescentes o jóvenes. En grupo (casi todos) sin ningún tipo de respeto por la distancia social, el tapa boca y el compartir elementos (como el mate). Claro que también muchos adultos, buscando disfrutar del buen clima utilizaron espacios comunes o públicos sin el más mínimo respeto por las recomendaciones sanitarias.
Deberíamos recordar que situaciones como esa ya nos hicieron descender de categoría y que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
La responsabilidad empieza por casa. Está en cada uno respetar el distanciamiento social y el uso de barbijo o tapa boca. Sobre todo si utilizamos espacios públicos por más que estemos al aire libre.
Bueno, en definitiva el sexagenario salió del encierro y casi 9 meses después llegó a la costa. De a poco irá marcando su camino al aire libre por lugares que había dejado de frecuentar para, en algún momento, intentar volver a la normalidad.

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