Uno de los responsables, el capitán de las SS, Erich Priebke, vivió durante muchos años en Argentina.
por Gonzalo Sánchez
ROMA, Italia.- Roma recuerda la matanza perpetrada hace 75 años por los nazis en las Fosas Ardeatinas, un conjunto de cuevas y galerías subterráneas a las afueras de la ciudad, donde fueron fusilados 335 italianos (muchos de ellos judíos), diez por cada uno de los soldados caídos en un atentado cometido antes por los partisanos contra un destacamento alemán.
Aunque la masacre se produjo el 24 de marzo de 1944, será este lunes cuando los principales cargos del Estado italiano recuerden estos hechos, como el primer ministro, Giuseppe Conte, o el presidente de la República, Sergio Mattarella.
El domingo, sin embargo, la clase política se limitó a abordar esta oscura página de la historia italiana mediante comunicados o en las redes sociales, y al lugar, situado junto a la romana vía Appia, se desplazaron algunos ciudadanos para depositar flores en recuerdo de los ejecutados.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, afirmó en Twitter que estos crímenes son aún en la actualidad una “dolorosa herida” y abogó por hacer memoria para “dar testimonio del antifascismo y de toda forma de libertad” pues, apuntó, “la memoria es la base de un futuro consciente y democrático”.
Por su parte, en un comunicado, el presidente de la región del Lazio (cuya capital es Roma), el recientemente elegido secretario del centroizquierdista Partido Demócrata (el primero de la oposición), Nicola Zingaretti, calificó aquellos hechos como “una de las jornadas más oscuras” de la historia del país: “Nunca más”, reivindicó.
Más personal fue el homenaje del vicepresidente de la región del Lazio, Massimiliano Smeriglio, pues su bisabuelo, Enrico Mancini, comerciante romano de 46 años y con seis hijos, fue uno de los fusilados: “No olvidamos”, aseguró en Facebook.
#FosseArdeatine #24marzo 75 anni dopo rimane ancora una ferita dolorosa. Ricordare le 335 vittime della follia nazista è il modo di testimoniare l’antifascismo di @Roma e la difesa di ogni forma di libertà. La memoria è il fondamento di un futuro consapevole e democratico.
— Virginia Raggi (@virginiaraggi) 24 de marzo de 2019
La matanza fue una represalia llevada a cabo por las tropas alemanas de ocupación en Roma, de cuya autoridad se habían apoderado de facto desde que el Gran Consejo Fascista depuso al dictador Benito Mussolini, en julio de 1943.
El 23 de marzo de 1944, un grupo de diecisiete partisanos detonaron una bomba en la romana vía Rasella, en pleno centro de la capital, al paso de destacamento alemán.
En el atentado murieron 33 soldados y al enterarse, el dictador alemán, Adolf Hitler, ordenó a sus mandos en Italia organizar una represalia que “hiciera temblar al mundo”.
Ese mismo día, el teniente coronel de las SS, Herbert Kappler (jefe del aparato de seguridad nazi en Roma y en la práctica la máxima autoridad operativa en la ciudad), dispuso que por cada militar alemán muerto fueran ejecutados diez italianos y se procedió a seleccionarlos entre los ya condenados a muerte en las penitenciarías de la capital.
Sin embargo, los reos que esperaban la pena capital eran pocos y los nazis sumaron a su lista a detenidos por otros motivos, como partisanos, miembros de la Resistencia y cincuenta y siete judíos.
En la tarde del 24 de marzo los seleccionados fueron cargados en camiones y ejecutados en las Fosas Ardeatinas, y después los nazis trataron de ocultarlo minando las cuevas para sellar su entrada.
Precisamente uno de los oficiales nazis que participaron en la matanza fue el capitán de las SS, Erich Priebke, fallecido a los cien años en octubre de 2013 en Roma cuando cumplía cadena perpetua bajo arresto domiciliario por su avanzada edad, tras haber sido extraditado desde Argentina en 1994.
Fue enterrado en un lugar indeterminado y sin funeral público, primero para evitar posibles peregrinaciones a su tumba y, sobre todo, por la negativa de Alemania y Argentina de acoger sus restos y de uno de sus hijos a incinerarlos.
En este lugar, setenta y cinco años después, se ubica un mausoleo en el que se honra la memoria de las víctimas, la más joven de quince años, para no olvidar una de las páginas más trágicas de la historia de Roma.
Precisamente ese es uno de los objetivos de la Asociación Nacional de Partisanos, cuya presidenta, Carla Nespolo, avanzó con este domingo que “no se cansará nunca de fomentar el recuerdo”, especialmente entre los más jóvenes.
Y dedicó a los “mártires” de las Ardeatinas la manifestación antifascista del sábado en la toscana Prato, en respuesta a la conmemoración por parte de grupos de extrema derecha del centenario de la fundación del fascismo, el 23 de marzo de 1919, por Benito Mussolini.
Otro momento conmemorativo de esta tragedia se produjo la pasada noche, cuando los muros de la Pirámide Sestia acogieron una proyección con imágenes de archivo de aquellos convulsos años.
EFE.