Policiales

Robó en una casa, pidió un remís para irse y se olvidó el documento en el lugar

Nicolás Nelson Sosa fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 a 5 años y 8 meses de prisión por un violento robo cometido en enero de 2021. Además, fue considerado reincidente, ya que contaba con otras penas por delitos similares.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 condenó a un hombre de 44 años a la pena de 5 años y 8 meses de prisión por haber participado de un violento asalto en una casa del barrio Estrada en enero de 2021.

En la madrugada del 23 de enero de 2021 Nicolás Nelson Sosa, un ladrón recurrente que ya había sido detenido en varias ocasiones y tenía en su espalda una serie de condenas por diferentes asaltos, se había preparado por salir a robar: en plena pandemia tenía la cara tapada con el barbijo para no ser reconocido, un gorro, ropa oscura y guantes para no dejar huellas. Pero un olvido en la escena del delito le costaría su libertad.

Cerca de las 6 de la madrugada de ese 23 de enero de 2021, junto a un cómplice, Sosa escaló la reja perimetral de una casa ubicada en Mugaburu al 5600 y sorprendió a una mujer de 61 años que se había levantado para darle de comer a unos pájaros.

La mujer quedó rodeada por los delincuentes que, armados de cuchillos, la obligaron a ingresar a la vivienda y la llevaron junto a su padre, un hombre de 91 años a quien despertaron para exigirle dinero. Las víctimas fueron maniatadas con unas prendas de vestir, les introdujeron medias en las bocas para que no gritaran y las encerraron en un cuarto.

Sosa y su cómplice revisaron la casa durante unos 20 minutos y hallaron 600 dólares, 105.000 pesos y otros elementos de valor que les llamaron la atención: un estuche de cuero con unos binoculares, una campera de cuero negra, un celular y bijouterie.

Luego de hacerse del botín, los delincuentes llamaron a la empresa Remicop y pidieron un auto. Un Chevrolet Corsa gris de la firma fue hasta el lugar y espero unos 10 minutos, hasta que los dos hombres salieron de la casa de Mugaburu al 5600. Al subir al vehículo, pidieron ir hasta Mariani y avenida Della Paolera.

Durante el viaje, uno de los delincuentes le preguntó al remisero cuánto cotizaba el dólar ese día a lo que el chofer contestó que unos 150 pesos. Al remisero le pareció extraña esa pregunta a las 6 de la mañana, sin saber el contexto, que los hombres acaban de robar 600 dólares y que habían dejado a dos víctimas atadas en esa casa.

Al llegar a Mariani y avenida Della Paolera los pasajeros le pidieron al remisero que avanzara unas cuadras más. Finalmente pagaron el viaje, de 180 pesos, con 200 pesos y le dejaron el vuelto al conductor.

Paralelamente, la mujer de 61 años consiguió desatarse, liberar a su padre y llamar al 911. Personal de la comisaría séptima fue hasta el lugar y asistió a las víctimas, que aseguraron que no necesitaban personal médico ya que no habían sido golpeados.

El hecho comenzó a ser investigado por el fiscal Mariano Moyano, quien ordenó a Policía Científica que hiciera las pericias de rigor en el lugar en busca de pruebas. En ese momento las víctimas consideraron que no estaban en condiciones de reconocer a los delincuentes, ya que habían actuado con la cara tapada y todo se había dado muy rápido.

Al día siguiente, el 24 de enero, la mujer mientras ordenaba la casa tras el robo y las pericias hechas por la policía, vio en su cocina un morral que no reconoció como propio y al observar vio que en su interior había un paquete de cigarrillos. Ante la duda de que pudiera ser de los delincuentes, llamó a la policía inmediatamente.

Personal policial fue hasta la casa y, con la presencia de un testigo, revisaron el morral y, para la sorpresa, encontraron en su interior un documento nacional de identidad, perteneciente a Nicolás Nelson Sosa.

El fiscal Moyano ordenó investigar a Sosa, único sospechoso del robo, y la policía pudo verificar que se trataba de un delincuente recurrente con una pena de siete años y seis meses de prisión por un robo calificado por el uso de arma y cohecho y otra de seis años por robo calificado por su comisión en poblado y en banda, y robo triplemente agravado por su comisión en poblado y en banda, con efracción de lugar habitado y por el uso de arma impropia.

Además de la prueba del documento, desde la firma Remicop confirmaron que llevaron un viaje desde la casa y la descripción que aportó el chofer de uno de los pasajeros coincidía con la de Sosa.

El fiscal Moyano solicitó a la Justicia de Garantías la detención de Sosa y el allanamiento en la vivienda que figuraba en su documento: Pelayo al 2000. El operativo se realizó el 29 de enero de 2021 y se detuvo a Sosa en ese lugar, además se secuestraron diferentes elementos de interés para la causa.

Desde ese 29 de enero en el que la policía pudo detener a Sosa gracias a que se olvidó su documento de identidad en una casa que acaba de robar permanece alojado en la Unidad XV de Batán.

La sentencia

Antes de acordar la pena, el fiscal Mariano Moyano planteó que el robo de Sosa debía contar con agravantes, como la avanzada edad de la víctimas (de 91 y 61 años de edad) y la logística empleada para perpetrar el robo por denotar un grado de preparación específico (lo que incluyó el empleo de un vehículo, de equipos de comunicación, utilización de prendas y guantes para cubrir sus rostros y manos, entre otras maniobras), siendo todas estas circunstancias determinantes de un mayor grado de indefensión para con los damnificados.

De esta manera, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 condenó a Sosa a la pena de cinco años y ocho meses de prisión que deberá cumplir en la Unidad Penal XV de Batán, donde ya se encuentra detenido. Además, por sus antecedentes penales con condenas en otros robos, lo consideraron reincidente.

 

 

 

 

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