Le ganó a Al Ver Verás por 1 a 0 con un tempranero gol de José Ferrás Díaz.
Por Leonardo Rodríguez
Algunos dirán que el resultado es lo más importante. Muchos otros pensarán que esa teoría se refuerza si el partido es una final que deja a un equipo en competencia y al otro afuera. Y aquellos que van un poco más allá se detendrán en el rendimiento futbolístico y en la propuesta pensando en el arco de enfrente. Dentro de todos estos conceptos que envuelven el mundo de la pelota, River se abrazó al resultado, defendió con criterio y se aprovechó de un Al Ver Verás sin ideas para ganar por 1 a 0 y avanzar al segundo play-offs de la LMF 2018.
No fue bueno el primer tiempo. Ninguno de los dos pudo ejercer una superioridad. Copiaron esquemas tácticos y se neutralizaron por completo. River dejó muy solo a Facundo De Martis y Al Ver Verás hizo lo propio con Matías Cáceres.
Y cuando eso sucede pasan a tener vital importancia las pelotas paradas. Así River se puso en ventaja, a los 10’ un tiro libre ejecutado por Jonatan Chávez al segundo palo fue bajado por Presentado y José Ferrás Díaz, muy solo, apenas tuvo que empujar al gol.
Con la ventaja el local se tranquilizó. Nunca terminó de desplegar un buen juego pero la diferencia lo hizo retroceder y cerrar bien los espacios.
Al Ver Verás tampoco tuvo claro cómo utilizar la pelota cuando la tuvo y, salvo pelotazos cruzados o alguna pelota quieta, no llegó al arco de Budroni.
Salvo en los minutos finales, cuando Matías Cáceres desparramó por el piso a los centrales a puro enganche pero en el mano a mano perdió con el arquero de River.
En el complemento no pasó demasiado. La visita tuvo una intención más ofensiva, todas las líneas se adelantaron varios metros y Cáceres tuvo más compañía. Pero la falla estuvo en la gestación, entonces todo ese empuje, ganas y coraje chocaba con la realidad de la falta de ideas. La más clara fue un “blooper” cuando Chávez quiso rechazar y forzó una buena estirada de Budroni para sacar al córner.
River defendió. Gopar quedó como el volante tapón y por delante Eugenio Ramajo puso cuatro volantes. De Martis fue un espectador de lujo y pocas veces entró en juego. Pero con ese esquema, y las buenas intervenciones de Budroni las pocas veces que entró en acción, le alcanzó para pasar a los octavos de final.
También es cierto que deberá mejorar esta producción de cara al choque con San Isidro si quiere seguir avanzando en el torneo.