por Cristina Suárez
Muchos se dicen preocupados por el medio ambiente y capaces de comprometerse con el cuidado de su entorno pero no serían tantos aquellos que llegan a cambiar su actitud y sus hábitos, relacionando su ” preocupación ambiental” con una “conducta ecológica responsable”.
El medio ambiente se considera una variable independiente, natural y socioconductual pero también como una variable dependiente de los efectos de la conducta sobre él.
No sólo depende de la propia voluntad que cada uno invierta en el cuidado de su entorno sino también influyen las características sociodemográficas y de situación.
Es necesario resignificar conductas, hábito, apostar a un sentido de pertenencia y de acción sincronizada entre lo individual y lo comunitario asegurando un compromiso voluntario donde el sujeto se sienta identificado con el resto desarrollando una conducta ecológica activa.
El rol de la educación en estos cambios es fundamental. Como todo hábito se debe inculcar, enseñar desde temprana edad para que el cuidado de la naturaleza no represente una conducta forzada sino que se considere acción y compromiso por el bien propio y común. Crear conciencia en los niños de los problemas ambientales. Fomentar el interés en la participación y en el conocimiento del entorno donde desarrolla sus actividades diariamente.
Son necesarios proyectos educativos, campañas informativas orientadas a promover la toma de conciencia y enaltecer el saldo positivo que resulta del cuidado ecológico.
El principal desafío es lograr que este proceso comience en cada casa, gestándose de una manera lúdica para que quede grabado en la conducta siendo necesario afirmar la idea de una resignificacion de materiales presentes en la cotidianeidad.
No solo es reducir, reutilizar, reciclar es darle “un nuevo significado” a aquello que se descarta, ” una nueva utilidad”
La satisfacción personal de saber que se está haciendo bien las cosas motiva la perseverancia en este proceso y asegura que la preocupación ambiental se resuelve con una conducta ecológica responsable.
(*): La Generación Mar del Plata.