En los restaurantes aseguran que después de una primera quincena "floja", creció el movimiento en los últimos días. Las mesas al aire libre se extienden hasta el estacionamiento y son la opción más elegida para degustar exquisitas variedades de pescados y mariscos.
Tras permanecer casi nueve meses cerrado y resistir al impacto económico de la pandemia, el Centro Comercial del Puerto de Mar del Plata comenzó recién hace pocas semanas a registrar un leve pero notable incremento en sus ventas después de una primera quincena de enero con “flojo” movimiento.
Es prácticamente un paseo obligado para los turistas. Pasar por el centro comercial y degustar alguna de las tantas variedades de pescado y mariscos que ofrecen los restaurantes es parte inevitable del itinerario a la hora de disfrutar de unos días de descanso en la ciudad.
Los locales gastronómicos ubicados en la medialuna comercial del Puerto viven, al igual que otros tantos sectores, una temporada atípica, con un movimiento incomparable con el registrado veranos anteriores.
En general, en los restaurantes coinciden en que el público no abunda, pero en función del contexto celebran que haya trabajo y una demanda creciente, algunos días más que otros. La mayoría aplica descuentos de entre el 10 y el 15% por pago en efectivo.
“En comparación con otras temporadas se notó menos gente, pero en base a las circunstancias se ha trabajando muy bien. La primera quincena de enero hubo poca actividad, pero desde el último fin de semana repuntó“, indicó Joaquín Sarasqueta, encargado del histórico restaurante Chichilo, en diálogo con LA CAPITAL.
En general, la demanda decae en la semana pero crece los fines de semana. Los días de playa el Centro Comercial trabaja con mayor intensidad por la noche, mientras que en los nublados el público se vuelca al lugar para almorzar. De noche o de día, siempre y cuando no llueva, las mesas al aire libre son las más elegidas este verano.
Al ingresar al Centro Comercial queda en evidencia la diferencia más significativa que ofrece este paseo en relación a otros años: gran parte de las mesas y sillas están ubicadas al aire libre, en espacios que anteriormente eran utilizados para el estacionamiento de vehículos.
“La gente prefiere la vereda. Nosotros tenemos una vereda bastante ancha para 260 cubiertos que el público elige porque no le gusta tanto estar adentro, si bien tanto afuera como en el salón cumplimos a rajatabla con el protocolo”, agregó el encargado.
En Mediterráneo comparten que “se trabaja un poco mejor los fines de semana”, pero advierten que en general “se trabaja al 40% de lo que fue la temporada pasada, que fue muy buena”, refirió Luis Mele, dueño del reconocido restaurante que desde hace 18 años funciona en el centro comercial.
“El año había arrancado bien pero enseguida decayó cuando se hablaba del toque de queda. De a poco empezó a moverse un poco más. El trabajo levanta de jueves a domingo, pero varía mucho día a día e influye mucho el clima”, agregó.
De todos modos, aclaró que “la diferencia con la temporada anterior es abismal”. Pese a eso, “celebro que podamos volver a trabajar después de casi nueve meses que fueron durísimos; y si bien vendiendo poco perdés plata, estando cerrado perdés mucho más, así que menos mal que hay temporada y podemos estar trabajando y recibiendo a la gente“, completó.
Pasión por las rabas
No hay local que no las venda. No hay mesa en donde falten. El paso por el Centro Comercial del Puerto no está completo sin ellas, las más elegidas: las rabas de Mar del Plata.
“Deberíamos ser una rabería”, comenta irónicamente el mozo de uno de los restaurantes donde los populares aros de calamar no dejan de salir desde la cocina hacia las mesas. En pequeñas o grandes porciones, en picadas o platos especiales, las rabas no pueden faltar.
“Casi todas las familias que viene a comer piden al menos una porción de rabas”, comenta la camarera de otro de los restaurantes.
Los precios varían considerablemente de un local al otro, pero también en relación al tamaño de la porción y a la manera de pedirlas: pueden elegirse el plato completo, pero también en picadas de mariscos o dentro del combo de frituras de mar. Como sea, no faltan.
En Chichillo también es “el clásico que más se pide”, seguido por las cazuelas de mariscos y calamar, las paellas, el lenguado al roquefort, los langostinos empanados, los calamaretis y los cornalitos.
Se renovó el Paseo Favaloro
El Paseo Favaloro que rinde homenaje al distinguido cardiocirujano argentino se renovó este verano para ser disfrutado por aquellos turistas y marplatenses que eligen el Centro Comercial del Puerto.
Este rincón ubicado junto al restaurante “Chichilo” une las historias del fundador del emblemático local, Antonio Di Leva, con el icónico profesional de la medicina fallecido en el año 2000.
El paseo fue especialmente acondicionado, con más color, elementos típicos de la industria pesquera y gigantografías que retratan en textos y fotografías la amistad que durante años los unió.
“En 1972 tuve la suerte de conocerte René y desde ese día nos unió un sentimiento profundo. Estuviste, estás y estarás por siempre en el corazón de quién como yo tuvo el placer y el honor de conocerte”, dice uno de los textos firmado por Di Leva, en el paseo que homenajea a Favaloro en el corazón del Puerto de Mar del Plata.