Las consecuencias de la final de la Liga de Campeones debería hacer replantear los calendarios
por Vito Amalfitano
@vitomundial
Las consecuencias de la final de la Liga de Campeones debería hacer replantear los calendarios. Un partido con tanta carga, con tanto en juego, no tendría que jugarse a 15 o 20 días de la Copa del Mundo. El negocio, está claro, y mal que nos pese, siempre está primero, pero el jugador es la medida de todas las cosas, y si no se preserva a los futbolistas, también corre peligro el propio negocio.
Una de las figuras esperadas de Rusia 2018, Mohamed Salah, quedó al borde de quedarse afuera. Carvajal sufrió una lesión muscular y su participación la Copa del Mundo corre peligro. La final de la Champions se jugó con el ardor lógico para la competencia, los futbolistas no midieron consecuencias. Y si bien es cierto que también se pueden lesionar en un entrenamiento,-como le ocurrió a Sebastián Romero en la Selección Argentina-, la tensión y el “stress” de una final como la de Kiev es incomparable y puede provocar bajas en cadena.
¿Se imaginan con los nervios que hubieramos vivido los argentinos futboleros esta final de Kiev si le tocaba jugarla a Messi y Barcelona?
El Mundial de Qatar ya puede empezar a aportar la solución. Todo parece indicar que será la primera Copa del Mundo que se dispute en noviembre,-por las muy altas temperaturas del país anfitrión en junio/julio-, con lo cuál la final de la Champions quedará muy lejos. Para el 2022, de hecho, habrá que replantear todos los calendarios.
Si ese cambio se hace en el 22 bien se podría repetir en las próximas competencias ecuménicas.
Real Madrid acrecentó su leyenda. Pero no solo es una máquina de ganar. Zidane hizo historia como técnico, como también lo había hecho como jugador, no solo por el resultado. También por las formas. Y por la inteligencia. En un fútbol demasiado inclinado a las excentricidades tácticas, su Real Madrid no solo es práctico. También es clásico. Y el 4 3 1 2, que es mucho más que un número telefónico, se reinvindica en su triple corona. Con Isco como enganche, con Kross también libre como abastecedor, con Cristiano libre para desnivelar. Así tuvo atesoró mucho tenencia de pelota desde la media hora del primer tiempo. Después Zizou tomó la decisión de la entrada de Bale que le dio el revulsivo final.
No fueron los desafortunados errores de Karius los que le dieron el título a Real Madrid. Ya fue más que Liverpool antes de ello en el partido. Y, más allá de las circunstancias, venía de eliminar a los campeones de Francia, Alemania e Italia. Y el gol que desnivelóla final, al cabo, fue inmenso, y el único que no fue de la responsabilidad del arquero.
Cristiano Ronaldo no brilló en la final. Pero es hoy el indudable Rey del fútbol, en este momento. Figura principal del triple campeón de Europa y campeón del mundo de clubes, y de la selección actual campeona de Europa. La corona le dura hasta Rusia. Después, desde que comience a rodar la pelota en el Luzhniki, muy diferente puede ser la historia.