Un hombre que padecía problemas psiquiátricos y un amigo al que habría tomado como rehén murieron hoy, mientras que tres policías resultaron heridos, durante un sangriento incidente que se prolongó por durante más de diez horas, en un vivienda de la localidad bonaerense de Caseros.
Un hombre con antecedentes penales permaneció cerca de 10 horas atrincherado en su casa de la localidad bonaerense de Caseros, en la que mantuvo cautivo a un amigo y efectuó unos 300 disparos, hasta que finalmente murió baleado por la policía que irrumpió en la vivienda y halló muerto al rehén.
Desde las inmediaciones del domicilio donde transcurrió la toma de rehenes, el ministro de Seguridad provincial, Sergio Berni, dijo a la prensa que, en base a la evaluación realizada por una psicóloga que tomó contacto con el agresor, éste estaba bajo un “delirio místico descontrolado”, que cada vez que intentaban hablar con él “respondía con disparos” y que estaba parapetado de tal forma que mantenía una posición “prácticamente infranqueable”.
Sobre el otro fallecido que aparentemente recibió un balazo, el ministro dijo que hay que evaluar en qué situación se hallaba en la casa y que, de acuerdo a lo establecido por el médico policial, “por la temperatura y la rigidez del cuerpo llevaba de seis a siete horas de fallecido”, es decir que estaba muerto cuando irrumpió la policía en el PH situado en Tres de Febrero al 3900, de Caseros, luego de romper una pared.
Durante el operativo también resultaron heridos cuatro policías bonaerenses, dos con heridas leves de esquirla, otro en el tórax con una bala que no llegó a ingresar al pulmón y el tercero y más grave, en la arteria femoral, por lo que fueron llevados al hospital Ramón Carrillo, adonde se dirigió Berni tras hablar con la prensa.
Esta tarde, Gabriela Winogora, directora del hospital Ramón Carrillo, aseguró que el efectivo que recibió la herida de mayor gravedad, permanecía internado en terapia intensiva tras haber sido sometido a una operación que se extendió más de seis horas y que le realizaron un “bypass venoso”.
La situación comenzó anoche, pasadas las 23.30, en la vivienda tipo PH que pertenecía a Alejandro Maldonado (42), quien se hallaba con su esposa, una empleada de la Fiscalía General de San Martín; un amigo, identificado como José Cáceres (47) y la mujer y el hijo de éste.
De acuerdo con los datos preliminares aportados por el propio Berni en base a testimonios recabados hasta el momento, se produjo una situación en medio de la cual Maldonado habría intentado ahorcar a su esposa, tras lo cual le realizó maniobras de RCP para reanimarla.
En medio de ese cuadro crítico, los presentes -entre ellos la mujer de Maldonado- se retiraron del domicilio, donde el dueño de casa se atrincheró con su amigo aparentemente como rehén.
Tras la denuncia realizada tanto por los allegados como por los vecinos que comenzaron a escuchar disparos, la policía rodeó la casa y fue convocado el Grupo Halcón.
Según Berni, durante toda la noche se intentó negociar con el atrincherado, quien efectuó alrededor de 300 disparos hacia el exterior aparentemente con una escopeta calibre 12/70 tipo Ithaca y con una pistola calibre 9 milímetros, y no formuló ninguna exigencia durante la negociación.
“La situación es una persona con alteraciones mentales bastante importantes, totalmente atrincherada y en su delirio decía que se ha preparado para la tercera guerra mundial. Los que lo conocen dicen que tiene máscara antigás, chaleco antibalas. Desde la madrugada hasta ahora lleva por lo menos efectuados 300 disparos, todos dirigidos al personal policial”, dijo Berni esta mañana, antes de la irrupción policial y la muerte del tirador.
El ministro había anticipado que la persona que estaba con Maldonado podía no estar en buen estado, ya que habían arrojado hacia la propiedad un gas que produce tos y solo se escuchó la voz de una persona.
Tras su llegada al lugar, tanto el fiscal de la causa, Carlos Insaurralde, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 de San Martín, como el propio Berni trataron de entablar juntos un diálogo con Maldonado, pero éste no depuso su actitud.
“Cada vez que hablábamos respondía con tiros”, contó el ministro.
Ante esa situación y la sospecha de que el rehén podía estar herido, el fiscal ordenó el ingreso a la vivienda y los integrantes de grupos tácticos de la policía bonaerense irrumpieron la propiedad alrededor de las 9.30 de esta mañana luego de romper una pared y atravesar las llamas de un incendio generado por el propio Maldonado.
En esas circunstancias, el agresor fue abatido y el amigo hallado muerto, explicó el ministro.
Ambos cadáveres fueron trasladados esta tarde a la Morgue Judicial de Lomas de Zamora para ser sometidos a una autopsia, pero fuentes policiales y judiciales adelantaron que, de acuerdo a lo que vieron los médicos forenses que llegaron al lugar, el rehén Cáceres tenía al menos un orificio de bala.
“Era un experto tirador”, agregó Berni y reveló más tarde en la puerta del Hospital Carrillo, donde fue a ver a los policías heridos, que el efectivo baleado en el tórax fue el que se enfrentó “cara a cara” con el agresor y que éste le contó que Maldonado les disparaba “con dos pistolas”.
Fuentes judiciales indicaron que en la casa se hallaron explosivos y al menos dos armas de fuego: una escopeta tipo Ithaca y una pistola calibre 9 milímetros.
Por orden judicial, peritos de Gendarmería Nacional trabajaron durante la tarde en la recolección de huellas y en los trabajos de peritajes para poder establecer la mecánica de lo ocurrido.
En las inmediaciones el lugar se hallaban familiares tanto del agresor como del amigo, quienes lloraban juntos y se abrazaban.
De acuerdo a las fuentes policiales, Maldonado tenía antecedentes por drogas, mientras que voceros judiciales añadieron que había sido denunciado por conflictos previos con dos hermanos -un hombre y una mujer- por una herencia.
Su hermano Alberto dijo a la prensa que “estaba enfermo por el consumo de drogas” y dos amigos le dijeron que era un hombre “violento, que le gustaban las armas y que tenía problemas de adicción”.