Gastronomía

Refugiados que trabajan cocinando y sueñan con la estrella Michelin

por Luís Lima

MADRID, España.- El venezolano José Valentín Ariza, la siria Hala Dondieh y la sudanesa Ahmed Mohamed son tres refugiados que llegaron a España con orígenes y trayectorias muy distintas, pero con un objetivo común: ser emprendedores de éxito en el país que les ofreció refugio.

Los tres trabajan en el primer negocio de comida a domicilio de España en el que los protagonistas son las personas refugiadas, “Refusion Delivery”, en funcionamiento desde abril pasado en el barrio de Valdeacederas, al noroeste de Madrid.

El objetivo de esta iniciativa social es impulsar el “espíritu emprendedor” de chefs refugiados utilizando la gastronomía como lenguaje universal.

Ambiciones de ampliación

“La intención inicial es tener comida de tres de los países que más demandas de asilo tienen en España. La idea futura, todavía, es poner más, como una cadena. Y si es preciso una estrella Michelin, vamos en busca”, explica con entusiasmo José Valentín Ariza, de 35 años, opositor del régimen de Nicolás Maduro.

Antes de llegar a España hace tres años, Ariza pasó por Colombia, Panamá, Ecuador, Chile y Argentina. En Latinoamérica trabajó en el área de hostelería y con la venta de comidas típicas de su país, como arepas, patacones y hallacas.

“En Venezuela no tuve la oportunidad de emprender, o de tener un futuro, por mi activismo político. Ahí no hay espacio para la oposición: te fichan y cierran puertas por todos los lados”, cuenta Ariza.

Hala Dondieh, de 28 años, vino con su familia hace seis a España por razones parecidas. Su madre, crítica del presidente Bashar al-Asad, trabajaba en la empresa nacional de petróleo y pasó a ser perseguida. Tras una visita a España para la boda de una de sus hijas, decidió quedarse.

Dondieh comenta que el objetivo inicial del proyecto es hacer comidas para llevar a casa o a la oficina, pero que sueñan más alto para el futuro. “Podemos ser una cadena, o un restaurante con comida de Siria, Venezuela y Sudán, o incluso otros países”, agrega.

Vegetariana, detalla que entre sus platos estrella están el humus, las ensaladas y la musaka, y que, aunque sepa cocinar carne, su enfoque es hacer menús sin proteína animal, para “facilitar la vida” de quien asume esa opción en su dieta.

“Como soy vegetariana y sufro cuando salgo a comer fuera, opté por esa línea. En Venezuela hay mucha carne, y yo traigo las verduras. Así hacemos un equilibrio entre los países”, bromea.

La sudanesa Ahmed Mohamed ofrece el toque árabe a la carta del emprendimiento, con platos de Sudán y Egipto, como el falafel y salsas picantes. Mujer transexual, esta cocinera huyó de su país por la represión hacia la comunidad LGTBI.

“En mi país no puedo vivir, ni estar bien. Las mujeres transexuales no existen para el Estado, están muertas. Va contra la ley”, rememora. “Sudán es muy difícil” para los LGTBI, resalta.

Con ganas de crecer profesionalmente, Mohamed, de 23 años, tiene experiencia como peluquera, maquilladora y camarera. Para sobrevivir ya vendió empanadas en la calle. Hoy día, está muy contenta por la oportunidad de trabajar en un restaurante, pero al mismo tiempo sueña con estudiar para auxiliar de enfermaría.

“Es mi gran objetivo. Pero es muy complicado en España ser refugiada, sobre todo por el tema de las ayudas. No te dan buenas ayudas para poder estudiar y sacar el título que quieres sacar. Espero que, si el restaurante va bien, pueda ahorrar dinero y estudiar lo que quiero hacer”, dice.

Iniciativa internacional

Según datos de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (Cear), España fue en 2018 el cuatro país de Europa más solicitudes de asilo (54.065), un 74 % más que el año anterior y 8 % del total de las presentadas en la Unión Europea.

Hasta el día 31 de marzo, había en España 102.890 solicitudes de asilo pendientes, número que creció desde el comienzo del año. El país tenía oficialmente 20.457 refugiados, según cifras de 2018.

Para capacitar los refugiados que están en Madrid, la Cear trabaja con un grupo de jóvenes en Leganés, al sur de Madrid, para ayudarles a emprender por medio de un programa llevado a cabo en el espacio de trabajo compartido Impact Hub.

La iniciativa, llamada “Beyond Divides”, se desarrolla junto a la fundación Robert Bosch Stiftung, y también se ha puesto en marcha en Alemania, Turquía y Rumania.

Cecilia Serravalle, responsable de Proyectos de Impact Hub Madrid, explicó a EFE que el objetivo es crear una cohesión entre grupos de personas, en este caso jóvenes refugiados y jóvenes que viven en la ciudad de Madrid, “que se han conectado bajo un contexto, en el que de ninguna otra forma se hubieran conectado o se hubieran integrado”.

“Se trata de poner en valor las capacidades, las habilidades y los valores culturales y sociales que traen otras personas y que aportan también por la diversidad y por la creación de comunidad”, agrega Serravalle.

EFE

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