Opinión

Reflexiones de una cuarentena que va mutando

la salida a la cuarentena es una construcción de avances y retrocesos colectivos. Es tan importante avanzar como no echar a perder lo conseguido, gracias al esfuerzo de toda la sociedad.

Por Federico J. Cermelo *

Han sido días distintos en nuestra ciudad, país y el mundo. Animales salvajes que ganaron las calles, misa del Papa Francisco sin gente y paisajes urbanos libres de contaminación alguna. Todo por un virus invisible que cambió la vida de la gente, exhibiendo la vulnerabilidad de la humanidad ante circunstancias que no puede dominar, prever o controlar como quisiera.

Europa y Estados Unidos, los llamados países desarrollados, con millares de muertes y con sistemas de salud colapsados para atender una pandemia, han puesto sobre la mesa las fragilidades de las potencias ante un enemigo al que no se lo vence con armas ni poderío militar.

En Argentina, por supuesto, tuvimos y seguimos teniendo dificultades porque la lucha con el virus es desigual, pero al menos, nos preparamos de antemano y nos esforzamos para que la vida de la gente sea la principal prioridad.

No fue fácil, ni lo es ni lo será. Hubo que cambiar hábitos, costumbres, rutinas. El trabajo, la escuela, la consulta médica, el ocio, todo cambió básicamente porque la gran mayoría de estas cosas las tuvimos que empezar hacer desde casa.

Inevitablemente durante este tiempo, la pandemia nos obligó a reinventarnos laboralmente, a adaptarnos con la tecnología lo más rápido posible porque sin ella, en muchos casos, no se podía trabajar, continuar estudiando o hasta saludar a la propia familia.

A su vez, esta pandemia también nos motivó a reencontrarnos con nosotros mismos durante el tiempo libre, con los quehaceres hogareños, los libros que alguna vez leímos y la música o el cine que queríamos volver a escuchar y ver porque veníamos postergándolo por la falta de tiempo.

Han pasado más de dos meses del decreto que dictara el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio y claramente, la cuarentena de hoy no es la misma de aquella que anunció por primera vez el Presidente Alberto Fernández el pasado 19 de marzo, ya que hemos entrado en una etapa más flexible. De hecho, algunas  provincias han retomado gran parte de sus actividades productivas y otras van intentando aperturas de este estilo. En nuestra ciudad, por ejemplo, se ensayó con una prueba piloto días atrás, la cual no se continuó pero desde esta semana, los comercios minoristas podrán abrir sus puertas con limitaciones horarias y nuevas actividades han sido habilitadas. Eso significa un alivio para mucha gente que puede volver a trabajar y un desafío para cada marplatense, ya que la apertura debe ser responsable para no exponerse a un retroceso del que, como sociedad, nos podamos arrepentir.

Por eso, sí no es esencial o urgente, sigue siendo importante que nos quedemos en casa, todo lo que se pueda. Las salidas deben ser responsables cumpliendo las medidas de prevención y con el permiso pertinente para la actividad que se desarrolla o para una compra en la cercanía.

No caben dudas, que la salida a la cuarentena es una construcción de avances y retrocesos colectivos. Es tan importante avanzar como no echar a perder lo conseguido, gracias al esfuerzo de toda la sociedad.

El camino es largo, hemos logrado afrontar muchas dificultades gracias al sacrificio de todos y todas, pero todavía falta un buen tramo: a no desesperarse, lo vamos a lograr y pronto nos volveremos a encontrar seguramente, con más de una enseñanza bajo el brazo y para celebrar lo que colectivamente pudimos superar.

*El autor es abogado y Director del Observatorio de la Juventud de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.

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