Frena el escurrimiento de las aguas provenientes de un millón de hectáreas. En tiempo de inundación, como el actual, su efecto nocivo se potencia.
Ante la situación hídrica complicada que afrontan varios partidos del sudeste bonaerense, los gobiernos municipales de Mar Chiquita y General Madariaga han encarado, entre otras acciones, un nuevo reclamo por la remodelación del puente de acceso a la Estación Celpa de la Fuerza Aérea, situada sobre una isla, frente a la albufera.
El referido puente fue construido hace unos 50 años con una apertura angosta, de manera que de hecho se convirtió en un embudo o directamente en un dique que frena el escurrimiento de las aguas provenientes de varios distritos del sudeste, que en total suman una superficie de nada menos que un millón de hectáreas.
Sedimentos de décadas
En diálogo con LA CAPITAL Campo, el productor, concejal y ex dirigente ruralista de Coronel Vidal Alejandro Arrechea, comentó que el problema del conocido como puente del Celpa se agravó con los años debido a la acumulación de sedimentos nunca despejada.
En tiempos de seca nadie piensa en la estrechez de la obra pero reparan en ella en una situación como la actual cuando una proporción de las tierras productivas de la provincia de hallan bajo agua debido a la intensas y frecuentes lluvias de este año.
Los jefes comunales de Mar Chiquita y General Madariaga concurrieron en los últimos días para plantear, una vez más, la necesidad de que construir otro puente, con mucha más “luz”. El reclamo no es nuevo. Y además existen varios proyectos pensados para optimizar la desembocadura. En otros tiempos se interesó al Ministerio de Defensa de la Nación, que asume dominio patrimonial sobre esta isla, que es parte de un espacio realmente singular: está enfrente la mal llamada laguna (es una albufera) y el conjunto forma parte del un Parque Provincial preservado.
Arrechea, un edil de Cambiemos, reiteró que los anegamientos dificultan las tareas agropecuarias. Informó que en la zona existen entre 7 u 8 mil hectáreas de gruesa por cosechar, que no pueden ser trabajadas por el pésimo estado de los caminos. Como consecuencia, los productores sufren un shock financiero en contra, porque no pueden vender y hacerse de fondos a fin de aprovechar los descuentos que en este tiempo comienzan a ofrecer las semilleras por compras anticipadas. “Y lo mismo –indicó– les está pasando con los fertilizantes y el combustible”.
Emergencia agropecuaria
Recientemente, también informó el concejal vidalense, se terminó de conformar la Comisión de Emergencia Agropecuaria del partido de Mar Chiquita, a fin de que canalice lo más rápido posible los pedidos de ayuda de los productores ante la Comisión Provincial de Emergencia y Desastre Agropecuario.
Puntualizó Arrechea que “los productores pueden acercarse a la sede de la municipalidad, en Coronel Vidal, o a la Sociedad Rural para realizar el trámite que no es lento y que podría ser respondido a la brevedad ya que la citada comisión provincial se reúne una vez a la semana”. “Así se pueden obtener algunos beneficios bancarios respecto a la financiación y/o prórroga en el pago de impuestos”, completó.