El equipo marplatense busca torcer frente a Lanús la tendencia que lo llevó a perder en cuatro de sus cinco partidos como visitante en lo que va de 2023.
Quilmes, que cayó en cuatro de sus cinco presentaciones en calidad de visitante en lo que va del año, intentará cortar esa racha este lunes cuando visite a Lanús desde las 20 por la Liga Argentina de Básquetbol.
Más allá de que el elenco “granate” cedió en su última presentación (lo hizo como local, 67-73, ante Zárate Básquet), el compromiso es de sumo riesgo para el equipo marplatense. Lanús, dirigido por un buen entrenador como Sebastián Saborido y con un ex Peñarol como Lucas Gorosterrazu como una de sus referencias, marcha en el sexto lugar de la Conferencia y está involucrado en la pelea de arriba.
Quilmes, en tanto, no puede despegar de la zona media de la tabla. Es que aún no puede hacerlo como equipo. No logra dejar atrás su irregularidad porque depende demasiado de sus individualidades. Cuando Cequeira y Dupuy están en buen nivel y alguno sorprende y se suma con una producción por encima del promedio, puede pelearle de igual a igual a cualquiera, como hizo en la casa de Racing de Chivilcoy.
Por el contrario, sufre una enormidad si esas condiciones no se cumplen. El sábado, en La Plata, para no ir muy lejos, Cequeira fue superado por Gianella y Nally, habitualmente un buen complemento, no pudo mantener pareja la pelea interior ante Barroso y Helman. Y así hubo pocas chances de ganar. El equipo, todavía, no está lo suficientemente maduro como para maquillar partidos “normalitos” de sus referentes, siempre obligados a no fallar.
Luis Fernández y los hinchas, entonces, se encomiendan a una noche iluminada de sus mejores cartas. Y la luz deberá ser muy fuerte para opacar a un equipo con oficio en la categoría.