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Quilmes lo empezó de traje y lo terminó con el mameluco

El "tricolor" dispuso ventajas de hasta 16 puntos pero se complicó y le costó cerrar el partido ante Del Progreso, al que superó por 82 a 77.

Por Marcelo Solari



Tuvo que trabajar hasta los úlitmos instantes del juego Quilmes. Y se llevó una victoria merecida aunque muy trabajada para un estreno feliz en la Liga Argentina de Básquetbol. Anoche, el “tricolor” se impuso como local, en el Polideportivo “Islas Malvinas”, por 82 a 77, a Del Progreso de General Roca, en el marco de la Conferencia Sur del certamen de ascenso. En el local no jugaron Maximiliano Maciel y Agustín Lecona (ambos con lesiones musculares).

La noche había empezado para fiesta, con un primer cuarto muy productivo, y terminó casi con el agua al cuello. La visita, aún con dos extranjeros limitados, planteó serias dificultades con la defensa zonal y su espíritu combativo. Con algo de susto pero en forma justificada, los dirigidos por Manuel Gelpi consiguieron torcerle el brazo a un duro rival.

El local estaleció nítidas diferencias de jerarquía en el inicio y en el cierre del parcial de apertura. Marcó presencia con una defensa que no permitió puntos en los primeros 2m30s y capitalizó todo lo que tuvo del otro lado para un expresivo 10-0. De inmediato llegó el pedido de tiempo muerto del entrenador Daniel Jaule, y aunque Del Progreso amagó con meterse en el juego, Quilmes estaba muy certero desde la larga distancia (4/4 triples en los primeros diez minutos).

Los rionegrinos aparecieron al promediar el segmento. Algunas modificaciones le cayeron bien, y con Manuel Lambrisca y Gustavo Marangüello enseñando el camino con más actitud. Del Progreso se afirmó atrás y se aproximó a 18-13 sembrando algunas dudas. Aunque si éstas existieron, se disiparon rápidamente. Desde allí hasta el epílogo del parcial, todo fue del “tricolor”, y una ráfaga de 11-0 le reportó suculentos dividendos acumulados al llegar al primer descanso largo (la máxima hasta allí alcanzó los 16 puntos).

Aún con apreciables diferencias de velocidad y potencia física en su contra, Del Progreso asumió una postura combativa al regresar a la acción. Y así disimuló algunas carencias. Las acciones se tornaron más trabadas y enredadas, y en ese contexto emergió mejor el visitante.

Quilmes se fue quedando sin gol exterior y no pudo o no supo abastecer a los internos. Superados los 5 minutos del segundo cuarto, apenas había convertido 6 puntos. Y su rival, paulatinamente empezó a arrimar (35-27), amparado en su defensa y en el versátil Marangüello (18 puntos en el primer tiempo) para hacer daño en ataque.

No logró sobreponerse el local en ese tramo. Al contrario. Sus complicaciones ofensivas se agudizaron. No encontró el rumbo adecuado y Del Progreso se convirtió en una amenaza real en el resultado (36-33). La defensa zonal de los sureños complicó más de la cuenta y esa frustración adelante se tradujo en algunas grietas atrás que dejaron todo muy apretado en las cifras de cara al segundo tiempo.

La explosividad de Alvaro Merlo y la inteligencia para circular el balón haciéndose eje de Jeffrey Merchant fueron las llaves que utilizó Quilmes para salir paulatinamente de su encierro. De a poco fue construyendo otra vez una buena renta (53-44), aunque Marangüello hacía todo lo posible para sostener a los suyos con el partido de riendas cortas (53-51).

En ese sube y baja de juego y de cabeza, a través de una réplica rubricada por Kevin Hayes, Del Progreso firmó la igualdad en 53 y Quilmes comenzaba a preocuparse. Un rato después, el intratable Marangüello colocó por primera vez al frente a su equipo con un tiro de tres puntos (56-57), y el escenario había cambiado por completo.

Lejos de poder recobrar la fluidez y la lucidez ofensiva de aquel lejano primer cuarto, los rebotes ofensivos de Alejandro Reinick fueron una buena solución. También algunos rompimientos de Juan Esteban De la Fuente.

Del Progreso insistió con presión 2-2-1 sobre las resposiciones del local, y si bien complicó el traslado, adelante pudo hacer poco, especialmente a partir del buen trabajo de Gregorio Eseverri sobre Marangüello.

Claro que el “tricolor” carecía de claridad y tampoco establecía ventajas sólidas. Entonces, cuando los de Daniel Jaule necesitaban otra alternativa, Rodrigo Lavezzari y Mnauel Olocco se combinaron para ofrecerlas.

Para los 2m30s finales retornó Merlo (tenía 4 faltas), la ofensiva fija recuperó algo de correcta lectura pero no tranquilidad. Esta llegó recién con los últimos dos ataques, cuando la victoria por fin quedó a buen resguardo.

Síntesis

Quilmes (82): A. Merlo 19, R. Pelorosso 19, G. Eseverri 6, J. Merchant 5 y A. Reinick 16 (FI). J.C. Germano 0, D. Skidelsky 2, J.E. De la Fuente 15, E. Martín 0, I. Catani 0. DT: Manuel Gelpi.

Del Progreso (77): F. Grenni 6, R. Lavezzari 12, M. Lambrisca 14, G. Marangüello 26 y M. Olocco 13 (FI). K.Hayes 4, E. Hunt 0, C. Báez 2, M. Mansilla 0. DT: Daniel Jaule.

Estadio: Polideportivo Panamericano “Islas Malvinas”.

Arbitros: Rodrigo Castillo, Silvio Guzmán, y Matías Dell Aquila.

Parciales: 29-15, 41-38 y 60-59.

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