Las hermanas de Gabriel Aramayo, el repartidor asesinado por delincuentes que querían robarle su motocicleta en Polonia y Hernandarias durante un asalto, hablaron con LA CAPITAL en la jornada inicial del debate en el que hay tres imputados por el crimen. "Era muy buen chico, laburador... Quería salir adelante", recordaron Ruth y Patricia.
El Tribunal Oral Nº 4 comenzó a juzgar este miércoles a los tres imputados por el crimen de Gabriel Aramayo (29), ocurrido en junio de 2020.
Se trata de Sergio Urbistondo (37), Franco Altamiranda (25) y su primo, Claudio “Pirulo” Altamiranda (22), quienes habrían sido parte de la pandilla que atacó y mató a golpes a la víctima para robarle su motocicleta en Polonia y Hernandarias, cuando hacía su trabajo como delivery.
En este marco, las hermanas de Aramayo, Ruth y Patricia, dialogaron con LA CAPITAL y manifestaron su reclamo de justicia. “Gabriel era muy buen chico, laburador, siempre sonriendo, nunca triste… Quería salir adelante, a pesar de tener sus dificultades”, lo recordaron.
La primera de las mujeres describió al hombre asesinado como “una persona maravillosa”. “Era una persona maravillosa, nuestro único hermano varón, que hoy no lo tenemos… Pero sabemos que está en el mejor lugar, con Dios, y que desde arriba nos da fuerzas”, expresó entre lágrimas.
Respecto del juicio oral que se inició este miércoles, las hermanas de Aramayo manifestaron que esperan “buenas noticias”. “Por ahora va todo bien, solamente pedimos justicia por lo sucedido porque somos gente laburante, nunca hicimos nada, nunca molestamos a nadie, y uno tiene derecho de estar en la calle, salir y no con temor de no llegar a tu hogar como le pasó a mi hermano”, señaló Ruth.
Gabriel Aramayo fue asesinado en junio de 2020.
Y concluyó: “Creemos en la Justicia. Sabemos que ellos (los jueces y el fiscal) hacen su mejor trabajo y que Dios nos va a estar ayudando en todo momento”.
Luego del reportaje, ambas mujeres fueron convocadas al interior de la sala para declarar como testigos en el debate. También lo hicieron otros dos jóvenes que se encontraban en una vivienda ubicada en la zona donde ocurrió el ataque y que, esa noche, escucharon los ruidos provenientes de la calle, a la que salieron para intentar evitar el robo de la motocicleta.
En la audiencia estuvieron presentes los tres imputados, aunque Franco Altamiranda pidió abandonar el recinto en determinado momento y fue retirado. Según manifestaron las fuentes consultadas por este medio, el propio acusado decidió no presenciar el juicio en su contra.
La hipótesis del fiscal
El fiscal Leandro Arévalo consideró, tras la instrucción penal preparatoria, que Aramayo había sido asaltado bajo la modalidad de “robo piraña” por una pandilla de jóvenes residentes de un asentamiento ubicado entre los barrios San Antonio y Santa Mónica.
El objetivo de los agresores era, según sostiene el investigador, robarle la motocicleta a la víctima para luego venderla completa o desguazarla y hacerlo en partes. Además, considera que “Pirulo” estaba vinculado a dicha maniobra, aunque deberá probarlo ante los jueces Gustavo Fissore, Alfredo Deleonardis y Juan Galarreta.
Conforme la reconstrucción del caso, cerca de las 23 del martes 9 de junio de 2020 la víctima conducía su motocicleta marca Honda XR de 150 cilindradas de colores rojo y blanco, con la que trabajaba como delivery de comida. El repartidor circulaba por la avenida Polonia y, al llegar a la altura de Hernandarias, un grupo de entre cuatro y seis jóvenes atacaron a golpes de puño y palazos.
Los vecinos de la zona escucharon los ruidos desde sus casas y salieron en auxilio del motociclista, lo que permitió que los ladrones intentaran escapar y abandonaran allí el botín: el vehículo, un bolso y una zapatilla. Para que la fuga se consumara un miembro de la pandilla que no se hallaba en el lugar apareció sorpresivamente y efectuó disparos al aire con un arma de fuego, lo que amedrentó a los testigos.
Aramayo, a pesar de los golpes, logró recomponerse parcialmente y en el mismo rodado que habían intentado robarle se dirigió por sus propios medios al HIGA. Allí, los médicos constataron que presentaba graves lesiones: entre ellas, padecía un severo traumatismo de cráneo, que motivó su internación inmediata.
inco días después, el 14 de junio, el repartidor murió en el nosocomio local y la investigación del hecho pasó a ser caratulada “Homicidio en ocasión de robo”. A través de ello, Arévalo logró identificar al sospechoso de haber efectuado los disparos como Claudio “Pirulo” Altamiranda y ordenó su detención.
Homicidio
El 15 de junio se consumó dicho procedimiento y Altamiranda quedó alojado en la Alcaidía Penitenciaria Nº 44 de Batán. Al comparecer ante el instructor judicial, el sospechoso se declaró inocente e incluso hubo una protesta en la puerta del edificio de Tribunales en reclamo de su excarcelación.
En simultáneo, tomó parte de la investigación el fiscal del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Marcelo Yanez Urrutia. Es que el esclarecimiento del hecho indicaba que en la pandilla había menores.
Finalmente, se acreditó con pruebas preliminares que el grupo que había atacado a Aramayo estaba compuesto por Sergio “Peluchín” Urbistondo, Franco “Curly” Altamiranda y al menos dos adolescentes a los que se logró identificar y que, por su edad, resultaban no punibles.
De esa forma, los menores quedaron desvinculados de la causa y los otros dos acusados fueron detenidos. Como contraparte, la Justicia de Garantías aceptó el pedido de excarcelación de “Pirulo” Altamiranda aunque permaneció procesado en el expediente. Tiempo después, fue detenido nuevamente en el marco de la comisión de un asalto a mano armada tipo “entradera” en una vivienda.