Por Laura Fantelli Pateiro (*)
Existen muchos mitos sobre la alimentación de un individuo antes y después de una cirugía como el bypass gástrico y la manga gástrica, los procedimientos bariátricos que más se realizan en Argentina y el mundo.
Una persona que se va a operar de cirugía de la obesidad tiene que estar completamente informado por parte de su equipo tratante antes de someterse a la misma. Sin embargo muchas dudas comienzan a surgir aún una vez operado.
El 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad.
¿Cuáles son las dudas o miedos más frecuentes en relación a la alimentación después de una cirugía de la obesidad?
Las preguntas más frecuentes que escuchamos a diario en la consulta son: ¿Qué voy a tener que comer después de la cirugía? ¿Pasaré hambre? ¿Debo pasar mucho tiempo tomando líquidos? ¿Voy a vivir a dieta? ¿Podré comer lo mismo que mi familia? ¿Puedo recuperar el peso perdido?
Muchas personas tienen la fantasía de que una persona con cirugía bariátrica vive consumiendo líquidos o papillas, pero no es así. Aproximadamente durante las primeras dos semanas después de la cirugía se debe realizar una dieta completa de consistencia líquida a base de licuados, lácteos, proteínas y otras bebidas de alta calidad nutricional.
Luego continúan con una dieta de consistencia puré por el término de 2 semanas para progresar a una alimentación saludable completa de consistencia normal a partir del 2do o 3er mes, dependiendo cada caso en particular. Estas etapas transcurren rápidamente pero son necesarias para poder tener buena tolerancia dado que los cambios anatómicos requieren consistencias más blandas, buena masticación y porciones pequeñas de alimento. La capacidad del estómago después de una cirugía bariátrica es el equivalente al de un huevo duro aproximadamente.
Comer sano no significa vivir a dieta, comer sano es un estilo de vida que deberíamos llevar todos los individuos. Después de una cirugía bariátrica se puede comer todo tipo de alimentos. ¿Por qué no un asado en familia o la clásica pasta del domingo?. La clave es aprender a comer y hacer elecciones saludables de alimentación como también realizar ejercicio físico supervisado a diario.
La cirugía ofrece saciedad por los cambios hormonales que se producen y por la reducida capacidad del nuevo estómago. Con dos o tres bocados de comida el paciente ya se siente satisfecho durante el primer tiempo. Después de uno o dos años de cirugía la porción recomendada puede ocupar el plato de postre. A largo plazo el paciente debe mantener estos buenos hábitos alimentarios para mantener el peso perdido y un buen estado nutricional. Se aconseja que tenga supervisión psicológica como controles con todo el equipo médico para potenciar los resultados.
Es necesario acompañar esta alimentación con los multivitamínicos y suplementación que el equipo de profesionales sugiera según la necesidad de cada persona.
¿Se puede recuperar peso?
Si, en caso de no llevar una alimentación saludable y acompañar con ejercicio regular, como todo tratamiento para la pérdida de peso se puede aumentar un poco o mucho a mediano o largo plazo. Es fundamental no retomar los malos hábitos previos a la cirugía y estar atentos a nuevos que puedan surgir como el picoteo. Yo les sugiero a mis pacientes tener controles mensuales el primer año y después del año concurrir trimestralmente a control de peso y la alimentación.
La cirugía bariátrica constituye una alternativa terapéutica eficaz en pacientes con obesidad mórbida, ante el fracaso del tratamiento convencional. Pero para que sea exitosa, es fundamental contar con un equipo interdisciplinario entrenado en el manejo bariátrico pre y posquirúrgico, con una propuesta de tratamiento a largo plazo. La evaluación, la preparación y el seguimiento médico-nutricional del paciente son decisivos para el éxito de la cirugía.
(*) Nutricionista, copresidente junto al Dr. Felipe E. Fiolo, del próximo V Congreso SACO IFSO LAC a realizarse en la ciudad de San Miguel de Tucumán entre los días 15 al 18 de marzo y coautora del libro “Cirugía Bariátrica, un cambio de vida”, sobre los miedos de los pacientes y su entorno en relación a la alimentación después de operarse y a largo plazo.