La obra aborda la relación entre dos amantes en la década del cincuenta y cómo los cambios personales afectan a la pareja. Se estrena este viernes en la sala Nachman.
Pula Calleja incursiona por primera vez en la dirección, con la obra de Patricia Suárez “La Libélula”.
Tras un trabajo junto a los actores Florencia Demarchi y Diego Romero y la asistencia de dirección y coaching de Yamila Di Cianni, la puesta se estrenará este viernes 8 de noviembre, a las 21 en la sala Nachman del Teatro Auditorium.
Calleja tomó esta comedia dramática, situada en los años 50 y la llevó al grotesco. “Es una puesta con escenografía minimalista, con tres escenas muy significativas, en las que los personajes mutan mucho” explicaron Calleja, Demarchi y Romero a LA CAPITAL.
Es que la obra cuenta la historia de Fina y Octavio, dos personajes “queribles pero muy particulares” y su devenir, desde amantes a pareja y “cómo cada uno de ellos va cambiando y cómo esos cambios afectan la relación”.
“Fina es una mujer soltera, enfermera, con muchas complicaciones y él un hombre casado, empleado de correo, con una sensibilidad a flor de piel que se va transformando en otra cosa” definió la directora, quien reconoció que se animó a encarar ese rol “para cumplir un objetivo, un sueño”.
Demarchi, en tanto, definió a Fina, su personaje como “una mujer querible por momentos y por otros odiable. Es renga, por causa de la polio, es enfermera y trabaja en el área de paralíticos del hospital. Usa mucho el humor negro, el sarcasmo, la ironía y tiene cierto grado de maldad, pero en el fondo es una pobre mujer que lo único que quiere es que la quieran”.
Romero, por su parte, detalló que “Octavio es muy diferente a mí, por ello es un lindo desafío. Es un hombre muy inocente en principio, que vive con su familia y tiene esta amante, de la que se enamoró en el hospital cuando tuvo un accidente. Tanto la mujer como la amante lo tienen muy cortito y va por la vida sin tomar decisiones, hasta que la vida lo lleva a tomarlas. Su mujer lo echa de la casa y se va a vivir con Fina, donde comienzan los conflictos, porque él cambia”.
Directora y actores aseguraron que “formamos un gran equipo de trabajo, también con Yamila, en el que jugamos, disfrutamos, nos nos enojamos con los personajes y aprendemos a llevarlos”.
Es que el mayor desafío, indicaron, fue “registrar la transformación de esos personajes, que se realiza en 90 minutos de obra y es muy graciosa. Es interesante y posible gracias al gran laburo de la directora y asistente”.
“Es que Octavio, que viene de una vida muy estructurada, en un momento se libera, patea el tablero y cambia mucho. Termina siendo algo que no es, ni cerca, lo que Fina esperaba” relató Romero.
Y Demarchi agregó que “ellos se necesitan para ser quienes son y se potencian, pero llega un momento en el que Fina, que ha transitado mucho en soledad y está acostumbrada a un Octavio de un rato, de repente se encuentra con alguien diferente”.
“Ella busca esa cosa idílica del amor y cuando lo tiene ahí se plantea que en realidad, no sabe si quiere a ese Octavio que se instala en su casa y que tiene una idea delirante, con la que avanza a pesar de que ella no está de acuerdo”.
Para los artistas, esta puesta fue la oportunidad que estaban esperando para trabajar los tres juntos, en un proyecto independiente, que -aseguraron- “cuidamos como un bebé” y que los unió como compañeros.
Además, destacaron el valor del humor “como vía para transitar temas de manera más amable”.
“La vida misma es un drama, por eso siempre tratamos de transitar los temas desde el humor y creo que estamos en un momento en el que la gente necesita reírse, de lo que sea, con respeto, pero reírse” destacaron.
Además de la función de este viernes “La libélula” tiene ya otra fecha confirmada, el 6 de diciembre, en la misma sala, mientras el equipo gestiona un espacio en el que la propuesta pueda ser una de las opciones de la temporada de verano.