El gobierno municipal defiende el proyecto para construir dos edificios en el predio de la casa que fue residencia de Dardo Rocha. Pero en el Concejo Deliberante y otros ámbitos la resistencia se hace sentir.
El proyecto de ordenanza enviado por el gobierno local al Concejo Deliberante para autorizar la construcción de dos edificios destinados a locales comerciales, oficinas y vivienda en el predio del chalet Santa Paula, antigua casa de veraneo de Dardo Rocha, renovó el debate por la conservación patrimonial en Mar del Plata.
La iniciativa permitiría a la firma Complejo Rocha Building a adoptar los indicadores urbanísticos para ejecutar la construcción en Garay 1802 y, a la vez, a firmar un convenio de preservación patrimonial.
El proyecto, defendido públicamente por el intendente Carlos Arroyo y el secretario de Obras y Planeamiento, Guillermo de Paz, encontró fuertes resistencias en el cuerpo legislativo. El presidente del Concejo, el oficialista Guillermo Sáenz Saralegui, y la presidenta de la Comisión de Obras, la radical Cristina Coria -una gran defensora de otros proyectos oficiales- ya anticiparon sus reservas.
El gobierno explicó la propuesta privada en el mensaje de elevación del proyecto. “Prevé la preservación del inmueble patrimonial emplazado en la ubicación de esquina, destinándolo al uso originario de vivienda unifamiliar, en tanto que se proyecta en los laterales la implantación de dos volúmenes edilicios independientes adosados a ambos ejes medianeros desde la línea municipal hasta el límite reglamentario determinado por la línea de frente interno”, especificó.
El predio posee una superficie total de 2.216,16 metros cuadrados. Los edificios contarían con dos niveles de subsuelo y seis pisos. El Ejecutivo aclaró que la diferencia entre la norma vigente y lo solicitado “se reduce a solo dos pisos, en los cuales no se generan medianeras expuestas”.
La posibilidad de autorizar la adopción de normas de ocupación y tejido especiales “constituyen opciones válidas en reconocimiento a la preservación del inmueble patrimonial en cuestión”, añadió.
A propósito, en un acuerdo con el municipio, el propietario se comprometería expresamente “a preservar el buen estado de mantenimiento” del chalet. A la vez, según surge del modelo de convenio propuesto por la comuna, no podría “realizar intervenciones exteriores que no se correspondan con el carácter original del edificio o modifiquen las fachadas principales, espacios exteriores, cercos, rejas, ornamentos constructivos, veredas, arbolado”. También debería “solicitar autorización para modificaciones o adiciones que alteren el carácter original del inmueble”.
En la última parte del mensaje al Concejo, el Ejecutivo recordó que tanto la Unidad de Gestión de Preservación Patrimonial como la Comisión Asesora decidieron por unanimidad aconsejar que se autorice el proyecto.
Las dudas
Uno de los primeros en manifestar preocupación por el proyecto fue el defensor del pueblo Fernando Rizzi. “Esto demuestra una vez más la inexistencia de una política permanente y estable de preservación patrimonial, y la evidencia de falta de voluntad política por tenerla”, lanzó tras una reunión con referentes de la Asociación Marplatenses Defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano.
“Se ha hecho una constante que en los lotes declarados de interés patrimonial se puedan asignar indicadores urbanísticos especiales a cambio de la preservación de la construcción histórica. Esto requiere ser analizado con razonabilidad para que el bien protegido no se desnaturalice”, alertó. “Además, el bien se integra por un entorno, que con las edificaciones pierde valor. Nadie habla de que el titular de un bien declarado de interés patrimonial deba padecer un sacrificio especial, pero tampoco es lógico que se vea privilegiado con indicadores especiales mayores a los vigentes en el distrito”, acotó.
La presidenta del bloque radical y de la Comisión de Obras recomendó “escuchar” lo que plantean “instituciones que son muy respetables”, como el Colegio de Arquitectos y la Facultad de Arquitectura. “Están planteando que discutamos estos temas en un marco más amplio. Hay una conflictividad interesante en cada barrio en que se pide un indicador especial, que es una excepción a la norma general”, apuntó Coria.
El momento político
Para la concejal, no era el momento político adecuado para mandar una iniciativa de estas características al Concejo. Sobre todo, después de la fuerte discusión por el chalet Ave María, también conocido como “Mariano Mores”, ubicado en Alem 2499, en cuyo predio el Concejo autorizó por mayoría a la firma Illariy Emprendimientos a construir un edificio.
“Discutimos durante cinco meses ese proyecto. Me parece que podríamos haber aprendido y cambiado de alguna forma el procedimiento para que la discusión sea más plural”, aseguró Coria.
Aquella ordenanza fue aprobada por mayoría el 25 de agosto. “Pero el proyecto no fue aprobado como estaba. Tuvimos muchas idas y vueltas y hubo modificaciones con respecto a lo inicial”, puntualizó.
“En realidad, todos los expedientes que nosotros recibimos por parte del Ejecutivo fueron mejorados y en algún caso muy mejorados, como en el del chalet Plus Ultra. También el de Villa Valentina. Ponemos énfasis en el espacio público que se genera, porque esta es una ciudad con muy poco espacio público, entonces, todo lo que sea una plazoleta, una plaza, un corredor da vida a los lugares y mejora los proyectos”, agregó.
En el Concejo no parecen apurados por aprobar el proyecto. Después de que Sáenz Saralegui se manifestara “sorprendido” por la iniciativa, cerca suyo aseguraron que “no están dadas las condiciones para que empiece a ser tratado”. Coria, por su parte, consideró que antes debe haber una jornada para escuchar todas las voces. Y deslizó que en la comisión que preside tendrán prioridad otros expedientes, como el nuevo Código de Publicidad, la reglamentación para los eventos masivos y el permiso para los food trucks.