El Ejecutivo mandó el proyecto al Concejo Deliberante. Incluye a las de Constitución, el Museo, Beltrán Norte y Sur, Bristol Popular y Los Acantilados. Buscarán la incorporación de servicios básicos y actividades recreativas.
Deportes y recreación. Baños gratuitos. Sectores gastronómicos y de esparcimiento. Y la posibilidad de alquilar una sombrilla para pasar el día. Todo eso está previsto en la licitación que impulsa el municipio para otorgar en concesión seis playas: las de Constitución, el Museo, Beltrán Norte y Sur, Bristol Popular y Los Acantilados.
El proyecto de ordenanza fue enviado la semana pasada al Concejo Deliberante. El objetivo es que respeten el concepto de playas públicas equipadas que el verano pasado promovió el gobierno bonaerense en la zona de Constitución y el Museo Mar.
Según la definición oficial, una playa pública equipada es “aquella extensión de costa de fácil acceso, que presente una superficie de playa de libre uso, continuas o no interrumpidas por el propietario del terreno, acantilado, o por obras físicas o espigones, con comunicación entre ellas”.
Estas unidades “serán equipadas con una batería sanitaria de uso público y bar, de dimensiones proporcionales a la cantidad de usuarios y equivalente a la exigencia que para ese servicio rige en balnearios de categoría”, agrega.
Concretamente, el concepto se aplica a aquellas playas que mantienen su condición de públicas pero con la prestación de servicios básicos –sanitarios y gastronómicos– y que resultan accesibles a través de bajadas y accesos transitables.
“En Mar del Plata, la actividad turística se encuentra en un permanente desafío frente a nuevas tendencias, modalidades y cambios por parte de la demanda, motivo por el cual se considera primordial el desarrollo de propuestas innovadoras –basadas en la calidad, la sustentabilidad y la accesibilidad– que contribuyan con la jerarquización de la ciudad como destino turístico, mejorando a la vez la calidad de vida de los residentes”, señala el municipio en el pliego tipo que anexó al proyecto.
“Todos los usos previstos deberán apuntar a la jerarquización del sector, evitando el desarrollo de actividades que actúen en desmedro del objetivo de puesta en valor prefijado. A tal fin, el concesionario garantizará que las instalaciones y equipamiento necesario para su funcionamiento sean con materiales de primera calidad, evitando todo tipo de precariedad que permita inferir un uso impropio y la consecuente imagen desagradable”, agrega.
Aclara además que “serán valoradas favorablemente aquellas propuestas que se ajusten a políticas turísticas de desestacionalización y diversificación de la oferta, promoviendo el uso anual del sector”.
En esa línea, en temporada alta “se deberán prestar todos los servicios inherentes a las actividades comprometidas y deberán estar habilitadas todas las instalaciones correspondientes”, mientras que para el resto del año “el concesionario deberá presentar un programa de acciones a seguir que involucre actividades y servicios a prestar”.
Apunta que “será de obligatorio cumplimiento mantener durante todo el año la totalidad de las instalaciones y equipamiento”.
Los concesionarios podrán desarrollar actividades gastronómicas (restaurante, bar, cafetería, snack bar, comidas rápidas o venta de productos envasados, entre otros), deberán tener sanitarios accesibles y podrán aceptar venta ambulante. También contar con estacionamiento descubierto, depósito y lockers para alquilar.
La licitación aceptará un máximo de 50 sombrillas para alquilar por día. El servicio comprenderá la provisión de sombra y hasta tres sillas o reposeras plegables cada una.
“Todos los espacios deberán evidenciarse como seguros, de calidad e integradores, asegurando a los usuarios la posibilidad de realizar actividades de esparcimiento, recreativas, deportivas, contemplativas y sociales”, señala el pliego, que permitirá guarderías náuticas, escuelas deportivas y alquiler de kayaks, motos de agua o vehículos acuáticos en aquellas unidades con bajada náutica autorizada.