Operaba en los barrios Camet y Libertad, aunque proveían a punteros de toda la ciudad de Mar del Plata y era liderada por dos mujeres.
Doce miembros de una banda de narcotraficantes de esta ciudad fueron procesados con prisión preventiva por el juez federal Santiago Inchausti, quien además ordenó un embargo a cada uno de ellos por 1 millón de pesos.
Se trata de la organización que cayó el 10 de noviembre último en el marco del operativo “Libertad” en el que se logró el secuestro de casi 50 kilogramos de marihuana y más de 1 millón de pesos, tal como lo reflejó el diario LA CAPITAL.
Era una banda formada por tres grupos familiares y conocida, a partir de esa circunstancia, como la banda de “Los Martins”, o “Los Casco” o “Los Rebollo”. Tenían en dos mujeres a sus líderes, según la investigación que llevó adelante primero el fiscal Leandro Favaro y luego ya, por una cuestión de competencia, la Justicia Federal.
Por un lado María Magdalena Rebollo, con base operativa en la zona del Parque Camet, era quien conseguía la droga a gran escala y luego la introducía en el mercado local a través de María de los Angeles Ferreryra, de rol preponderante en el barrio Libertad.
La hipótesis de la causa consistió en investigar a un grupo compuesto por dos familias y por personas organizadas vinculadas o allegadas entre sí, que se dedicaban a la venta de estupefacientes.
La intervención de líneas telefónicas permitió detectar roles y actividades de la organización, cuya metodología consistía en conseguir marihuana y cocaína de grandes distrubuidores y venderla a punteros de la ciudad. En el máximo nivel de la organización estaban “Los Rebollo”, María Magdalena y su hijo Gervasio, por el momento el único prófugo.
Pero además, según el fallo, Santiago Inchausti determinó que la organización recaudaba dinero y se lo entregaba a fuerzas policiales para así obtener una presunta protección.
Gervasio Rebollo se domiciliaba en Los Manzanos al 3600 mientras que su madre lo hacía en Libres del Sud al 1800 y ambos con la utilización del teléfono hacían todas las transacciones. Aunque en el barrio Camet tenían una par de puntos de venta, la mayor circulación de drogas la hacían coordinadamente con el barrio Libertad.
Según el expediente, Ferrerya se encargaba de comprarle la droga a Rebollo, quien no concebía el negocio sin su principal clienta, por lo tanto formaban parte de la misma organización. Los diálogos telefónicos son contundentes:
(MARIA FERREYRA): Escúchame, necesito lechuga, que me bajes diez o quince kilos
(MARIA REBOLLO): A la pelota, aguantá, aguantá, que yo no estoy ahí mamá, aguantá un cachito que estoy, estoy en otro lado. ¿Dónde estás vos?
(MARIA FERREYRA): Escúchame, pero urgente, no tenés algo ahora y yo voy a tu casa
(MARIA REBOLLO): Si, cuanto necesitás, tres, tres te puedo pasar.
Los allanamientos
Tras la profunda investigación, la Justicia provincial ordenó una serie de allanamientos que terminó de manera exitosa.
En Libres del Sud al 1800, en planta baja “B”, domicilio de María Magdalena Rebollo se hallaron marihuana, cocaina y teléfonos celualres.
En Gascón al 8100 se realizó el mayor secuestro con 51 ladrillos de marihuana y 243 envoltorios de la misma sustancia, además de bolsitas con clorhidrato de cocaína, donde cayó Silvia Gómez.
En Bayley al 700 se logró la detanción de Juan Martins Carlos, con dinero en efectivo y dos automóviles de alta gama 0 kilómetro. También fue detenido Héctor Casco en una casa lindante y a una cuadra de allí, en el corazón del barrio Libertad, se secuestró más de medio millón de pesos.
En Chacabuco casi Amaya fueron detenidas María Soledad y Roxana Casco con 77 mil pesos y estupefacientes, mientras que en Heras Comalal y Solis atraparon a Ferreyra y a Juan Regino Casco, su esposo.
Diego Martins Carlos y Estrella Canales fueron detenidos en Nicaragua y Garay. Ambos tenían dos armas de fuego.
En Amaya al 800 Matías Correa fue sorprendido con una balanza digital, una motocicleta computadoras, celulares.
Finalmente en Tres de Febrero al 7700 fueron detenidos Ana Casco y Cristian Frias con 203 mil pesos y un automóvil.
En el barrio Libertad
“El Chapón”, de Bayley al 700, era un punto de venta muy conocido por aquel sector de la ciudad. Estaba administrado por Ferreyra y su esposo Juan Casco, quienes habían ingresado al negocio a sus hijos “Peludo” Casco, Ana, Roxana y Soledad. También se sumaba a la maniobra “Cachete” Correa y Frías, encargados de vender y de ir a buscar la droga a la casa de Silvia Gómez en Gascón al 8100. La casa de Gómez era utilizada para acopiar los estupefacientes y de hecho fue allí donde se logró el secuestro de más kilogramos de marihuana.
Pero sin dudas, la jefa en el barrio Libertad era Ferreyra. “Peludo” controlaba la asistencia de vendedores y satélites contratados. En tanto que el “Polaco” Martins brindaba cobertura de seguridad. Pero además, según el fallo, Santiago Inchausti determinó que la organización recaudaba dinero y se lo entregaba a fuerzas policiales para así obtener una presunta protección.
Los Casco pagaban 30 mil pesos por mes a los Martins por la utilización de El Chapón y por la seguridad dispuesta con satélites.
Con el fallo de estas horas de la Justicia Federal, los 12 miembros de la banda deberán permanecer en prisión preventiva hasta el juicio oral y público por el delito de comercio de estupefacientes agravado por la cantidad de intervinientes, entre otros delitos.