La Justicia local dictó la prisión preventiva contra un hombre que hace un mes mató de una puñalada a su pareja pero que había atribuido el ataque a un accidente.
Pedro Rafael Inglera deberá permanecer en prisión el tiempo que resta del proceso que se le sigue por la muerte de su pareja Nancy Segura (27). Pese a que en la madrugada de los hechos dijo que la puñalada que mató a la mujer había sido producto de un desafortunado accidente, la Justicia local descubrió que, en realidad, se trató de un nuevo femicidio en Mar del Plata.
La jueza de garantías Lucrecia Bustos dictó la prisión preventiva contra Inglera al hallar pruebas suficiente en la investigación del fiscal Fernando Castro que el caso configura un homicidio agravado por el vínculo y por la mediación de la violencia de género.
El 19 de junio pasado, poco después de la medianoche, Segura se encontraba en su casa de Playa Serena junto a Inglera cuando recibió una puñalada que le ocasionó una lesión severa. En la sala de salud del barrio recibió las primeras atenciones pero luego, ante la gravedad del cuadro, se decidió su derivación al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), donde se produjo su fallecimiento.
La primera versión de los hechos, aportada por Inglera, indicó que ambos se hallaban en la casa de 18 entre 443 y 441 cuando un sobrino llegó hasta allí para pedir ayuda. Reclamaba que Segura e Inglera intervinieran en una pelea a pocas cuadras de allí entre su madre -hermana de la víctima- y la pareja.
Entonces en el afán de defender a su cuñada, Inglera tomó un cuchillo y quiso salir disparado pero, en función de su relato, Segura se entrometió. En medio del forcejeo se produjo la puñalada que provocó la muerte de la mujer.
Tanto la comisaría quinta como el fiscal Castro tomaron ese relato inicial como punto de partida para investigar el caso, pero la Policía Científica con su informe forense y el testimonio de algunas personas empezaron a inclinar la balanza en contra de Inglera.
Lo primero que atentó conta la versión del hombre fueron los dichos del joven que presuntamente había llegado a la casa a avisar sobre la pelea de sus madre. Aunque reconoció haber ido con ese objetivo hasta la casa de Inglera y Segura no los encontró. Su madre, hermana de la víctima, agregó además que el mismo día a la tarde ambos habían discutido y que había numerosos antecedentes de maltrato. Incluso aportó una carta en la que Segura narraba una relación “insoportable” con Inglera.
Nancy Anahí Segura.
Otro testimonio relevante fue el del vecino de la pareja Segura-Inglera, quien expuso que se trataba de una relación conflictiva, con peleas permanentes y que tenía la impresión de que el hombre era pegador.
Sin embargo lo más fuerte en términos probatorios es el reporte forense que indica que Segura presentaba lesiones en el cuello producto de “compresión externa”. Que esa presión se había producido momentos antes del apuñalamiento y que encajaba con la idea de que Inglera sostuvo por el cuello a Segura y le asestó el cuchillazo.
Vale decir que la lesión que sufrió la mujer tenía una profundidad de 18 centímetros, sobre el lado izquierdo del tórax. Luego, los forenses dijeron que la presión necesaria para efectuar la lesión a golpe de cuchillo no pudo haberse producido jamás durante un forcejeo, sino que requería de la voluntad direccionada del autor.
Frente a lo avanzado de la investigación y la escasa prueba que resta producirse -el marco indiciario contra Inglera ya es contundente- la jueza Bustos hizo lugar a la prisión preventiva solicitada por Castro. Además porque, sumado a todo lo anterior, la personalidad peligrosa de Inglera y la potencial pena perpetua le confiere un alto porcentaje de fuga.