El trío, formado además por Tomás Cutler y Mariana Bustinza, celebra sus quince años de trabajo en las temporadas marplatenses. Además de no marearse por el éxito, confiesan: "Arrancamos una terapia de grupo y fue muy efectiva".
“El balance es muy positivo“, sostiene Gabriel Gávila, uno de los tres actores de Improvisa2, la compañía teatral que cumple quince años de trabajo en los veranos marplatenses y que casi alcanza el rango de fenómeno artístico. Este año, desde la sala Melany del Radio City proponen sus shows de improvisaciones sobre diferentes temas y, además, suben a escena con la obra “Ritmos latinos”, en la que se sumergen siempre con humor en el mundo de los gimnasios.
Gávila junto a Mariana Bustinza y Tomás Cutler (los otros dos integrantes) aseguran que una de las metas del grupo fue “no ser amateurs, ni vocacionales” en la actividad teatral. “Nuestra idea fue poder vivir de lo que nos gusta, profesionalizarnos”, indicó Gabriel a LA CAPITAL, quien tomó la voz cantante.
“Nos formamos en la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD). Tenemos la certeza de haber hecho lo correcto, apostar al trabajo”, agrega y destaca que si bien él éxito de público los viene acompañando desde que arrancaron a trabajar en Mar del Plata, “la fama nunca fue una búsqueda”.
“Tenemos hace tiempo mucho éxito, es cierto, pero hay que estar atentos, porque el éxito está rodeado de luces de gas, de burbujas que no son reales. Uno tiene que tener claro cuál es el verdadero éxito: tratar de reconocerte en lo que hacés”, apunta.
–¿Cómo llegaron a esta ciudad, de quién fue la idea de probar suerte en Mar del Plata?
-Estudiábamos juntos y nos propusimos armar un show para venir a Mardel. La idea era solo un verano, jamás pensamos que nos convertiríamos en “Un clásico de la ciudad” como nos presentaron en la ultima entrega de Premios Estrella de Mar. Somos felices en Mardel, la ciudad nos adoptó y nosotros sentimos que es nuestro segundo hogar. Cultivamos un público local por eso más allá de cómo vaya la temporada a nivel turismo sabemos que nos va a ir bien porque los marplatenses nos acompañan.
–¿Se conocían de antes, eran amigos, cómo se formó el grupo?
-Nos conocíamos del Conservatorio y participamos de otros espectáculos junto a más gente. Pero la amistad nació haciendo “Improvisa2” porque descubrimos que teníamos los mismos códigos y que compartimos objetivos. Para nosotros el teatro es algo muy neurálgico. Lo hacemos desde muy chicos. Es un lugar en el que nos sentimos muy plenos, pasando por los diferentes roles: dramaturgos, autores, actores y directores. De un tiempo a esta parte venimos generando otro tipo de espectáculos, creaciones propias. Prima el deseo de divertirnos, siempre como un buen grupo de amigos.
–¿Dónde fueron las primeras presentaciones?
-Arrancamos con dieciocho, diecinueve y veinte años. Encontramos un espacio, ya desaparecido, que era el Museo del Mar (estaba en la avenida Colón), con un pequeño auditorio de ochenta localidades. Fue nuestro lugar por siete temporadas. El último verano llegamos a hacer dos funciones diarias, sin descanso. En ese momento paramos la pelota y replanteamos cambiar, crecer. Así pasamos por el Auditorium, el provincial, el también desaparecido Teatro Güemes hasta arribar a nuestra nueva casa: el Complejo Radio City Roxy Melany.
–¿Qué fueron aprendiendo artística y personalmente en estos años de trabajo en las temporadas?
-En lo profesional nos dimos cuenta de que no hay más secretos que el trabajo. Somos un tanto obsesivos, así que cuando no sucede lo que queremos nos rompemos las pestañas hasta que lo logramos. Incluso en funciones. Después de estrenar, seguimos haciendo variaciones; cambiamos escenas, textos, posiciones. Muy pocas veces nos pasó que un espectáculo se termine de hacer y no hayamos conseguido que nos agrade. En lo personal, maduramos, crecimos.
-¿Hoy se consideran amigos o compañeros de trabajo, cómo cuidan el vínculo?
-Somos ambas cosas, es difícil convivir tantos años. Arrancamos una terapia de grupo luego de enterarnos que mucho grupos lo hacen y fue muy efectiva, pero sobre todo hay afecto y ganas… muchas ganas de seguir creciendo juntos.
–¿Tienen alguna anécdota vinculada a sus temporadas acá?
-Tenemos miles. La más nueva es de esta temporada. Hace algunas funciones una persona del público sugirió como temática para improvisar “Matar al Tucumano”. Luego, en la siguiente improvisación pidió participar una mujer que manifestó ser tucumana y estar muy disgustada con lo que había sucedido. Le tratamos de explicar que el público es quien pide lo que desea ver y que lo que hacemos es ficción pero sobretodo que es con humor. Se terminó peleando con la persona que dijo la consigna del tucumano, intervino un tercero del fondo de la platea y casi se descontrola todo. Por suerte, gracias a los años que tenemos de escenario improvisado sorteamos con éxito y el show terminó con total normalidad. Pero sin duda es la anécdota de este verano.
–Este año traen un nuevo espectáculo, Ritmos Latinos ¿cómo surgió?
-A partir de enterarnos de una problemática actual que es el reemplazo de las clases de “Ritmos Latinos” por las de “Zumba” y la resistencia de muchas personas (sobre todo mujeres grandes) que no pueden seguir las clases de zumba por lo intensas que son, tomamos la decisión de adentrarnos en ese maravilloso mundo de los gimnasios.
Es el universo femenino reflejado a través de la parodia y el humor negro en tres personalidades en las que el estereotipo de los roles femeninos son presentados en una ácida e irónica crítica a los valores tradicionales de la sociedad argentina.
–¿Cómo renovaron sus clásicas improvisaciones?
-No hay una renovación específica ya que el show se renueva siempre por su estructura. Nuestro espectáculo atrapa al público porque cuenta historias universales, con personajes que cantan, bailan y viven grandes aventuras improvisadas. Además, lo hacemos con una gran producción y puesta en escena impecable. No se ven shows de esta rama teatral con estas características, quizás ahí resida un poco la buena repercusión de Improvisa2.
Básicamente a nosotros nos sostiene el público. Nuestro público está lleno de energía, de sueños, de expectativas, de ganas. En una época donde todo el mundo hace por hacer, nosotros creemos firmemente en nuestro trabajo, eso nos hace no perder vigencia.