Lo impulsa la diputada Lucía Iañez, de Unión por la Patria. Asegura que "fue utilizado por la ex Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina durante la última dictadura cívico militar".
A poco del inicio de la sesión del Concejo Deliberante para definir la cesión de un predio lindero al Faro de la Memoria para la instalación de un bar de gin, la diputada bonaerense Lucía Iañez presentó en la Legislatura bonaerense un proyecto de ley para declarar ese terreno “sitio histórico testimonial”.
La legisladora argumenta que el predio “fue utilizado por la ex Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina durante la última dictadura cívico militar”, por lo que la intención es “preservar la memoria ante la inminente presión de querer instalar allí un establecimiento comercial”.
Iañez recuerda que “históricamente el predio –actualmente camping Luis Piedrabuena (un sector de unas dos hectáreas arboladas)–, perteneció y fue parte de la estructura de funcionamiento de la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM), extendiéndose hasta la bajada pública hacia la playa hoy conocida como ‘Horizonte'”.
Apunta que en la década del ochenta se municipalizó por decreto 541/80 conforme a la Ley 9347, desde Punta Mogotes al Arroyo las Brusquitas, como Paseo Costanero Sur, lo que acreditó como titular de dominio a la Municipalidad. “Pero, de hecho, siguió bajo la órbita de la Armada, de la cual la Escuela formaba parte hasta la década de los noventa, en la que la ESIM fue trasladada a Puerto Belgrano, el servicio militar obligatorio fue derogado (1994) y parte del predio, cedido a privados para la construcción del Aquarium”, agrega.
Argumenta además que “la ESIM fue parte de la estructura represiva del Fuerzas de Tareas N° 6 de la Armada, con su comando en la Base Naval, conformando la dirección del Grupo de Tareas 6.2”. Es decir que “el director de la ESIM era, a la vez, el jefe del Grupo de Tareas y, por lo tanto, del Centro Clandestino de Detención (CCD)”.
En ese contexto, “la totalidad del predio fue operativa y materialmente funcional a la operación del plan de desaparición de personas”, tanto que “desde este sector del territorio se realizaba una constante vigilancia armada a la bajada pública hoy conocida como Horizonte”.
Ese sector del predio “servía para mostrar la militarización y poder de fuego hacia la sociedad circundante”, de lo que dan cuenta “múltiples testimonios de conscriptos, marplatenses y turistas”, señala la diputada.
Reseña que “una secuestrada en la Sala de Comunicaciones de la ESIM relató que en una oportunidad la sacaron del edificio, la subieron a un auto que dio muchas vueltas y la bajaron, junto a más personas secuestradas, en un lugar con árboles”. Luego “los ataron a los árboles e hicieron un simulacro de fusilamiento”.
“¿Y si estos árboles, que ahora parecen estar un predio lindante, pero en ese entonces eran parte de la ESIM, son el lugar en el que se desarrolló ese acontecimiento?”, se pregunta la legisladora frente al argumento del oficialismo local de que el predio en que se instalaría el local gastronómico con venta de gin “no tiene nada que ver” con lo que ocurrió durante la dictadura. Y acotó que “en el límite de lo que era la ESIM se conjugaba el accionar represivo en su faz visible y pública con el accionar clandestino e ilegal al interior del CCD”.
Iañez subraya que otros hechos también muestran la articulación de ese sector del predio con el accionar represivo. “Ya habiendo retornado la democracia, durante la madrugada del 27 de octubre de 1984 se produjo el asesinato de Daniel Andrade, un joven de 19 años que salía de una fiesta de cumpleaños en el balneario ‘Horizonte del Sol’, quien fue alcanzado por disparos que provenían de la ESIM, mientras otros jóvenes lograron evadir las balas. Posiblemente, este sea el primer caso de ‘gatillo fácil’ de la democracia”, indica.
“En conclusión, por un lado este sector del predio tiene un valor histórico en sí mismo: no puede desprenderse de la totalidad de lo que fue la ESIM como Centro Clandestino de Detención y jefatura del Grupo de Tareas 6.2. Y, por el otro, como todo espacio que fuera parte del accionar represivo ilegal y clandestino, posee un valor potencial ante la posibilidad de nuevos testimonios que den cuenta en mayor medida de su utilización durante el proceso represivo, tanto el ilegal y secreto como el visible y público”, considera.
Para la diputada, “la memoria se construye todos los días a través de la preservación de aquellos espacios que representan los días más oscuros de nuestro país”.