La Organización Panamericana de la Salud estableció que la prohibición total de la publicidad es la medida restrictiva más eficaz para combatir y prevenir el alcoholismo.
La venta de cócteles en cápsulas, las campañas publicitarias dirigidas a jóvenes en redes sociales, acompañado del continuo descenso en la edad de inicio en el consumo de bebidas etílicas, generan preocupación en el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
El organismo viene realizando charlas de prevención en escuelas de gestión pública y privada: detectaron casos de niños que comenzaron a tomar bebidas alcohólicas a partir de los 11 años.
Walter Martello, defensor del pueblo adjunto de la provincia y encargado del Observatorio de Adicciones, destacó que “están apareciendo indicios de que la edad de inicio en el consumo de alcohol está bajando peligrosamente y en todos los talleres que hemos realizado surge la asociación del consumo con lo ‘festivo’, algo que es orientado por las publicidades de las empresas en redes sociales”.
“Este panorama torna aún más preocupantes las cifras difundidas por la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), que en un estudio realizado el año pasado dio cuenta que creció la población de adolescentes de entre 12 y 17 años que cometió excesos con estas bebidas. De los niños, niñas y adolescentes (NNyA) que consumieron alcohol, 1 de cada 2 lo hizo de forma abusiva. Esto representa 82.453 NNyA. Asimismo, en solo un año comenzaron a beber alcohol casi 320 mil adolescentes y preadolescentes”, remarcó el funcionario bonaerense.
Asimismo, otro relevamiento realizado en 2017, elaborado por el Observatorio de Adicciones, determinó que el 70% de los adolescentes consume alcohol. A su vez, el 37% de los jóvenes consultados expresó que al menos una vez tomó 5 o más bebidas etílicas en un solo día, mientras un 13% confirmó hacerlo todos los fines de semana.
“Hay una clara estrategia de las empresas para fidelizar a consumidores de bebidas alcohólicas cada vez más jóvenes. La realidad es que alcohol y diversión no van de la mano. Nuestro objetivo no pasa solamente con dar un mensaje de prevención en los talleres, sino que también buscamos que los chicos expresen sus opiniones, puedan ser escuchados y se comuniquen entre sí”, destacó Martello.
Prohibición total de publicidad
Cabe destacar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el documento “Situación regional del consumo de alcohol y la salud en las Américas”, estableció que la prohibición total de la publicidad es la medida restrictiva más eficaz para combatir y prevenir el alcoholismo. Y destacó que el costo de hacer cumplir una medida de este tipo es relativamente bajo. La OPS también recomienda: reducir significativamente la exposición al marketing de alcohol como forma de proteger a los niños, niñas y adolescentes; implementar mecanismos de vigilancia y monitoreo de las políticas que garantice su cumplimiento; y promover la regulación independiente de los códigos voluntarios de la industria.
“Estamos viendo con preocupación la proliferación de nuevas formas de comercialización que no estarían siendo debidamente controladas. Tenemos un marco normativo que ha quedado desactualizado ya que la ley nacional de lucha con el alcoholismo se sancionó en 1997, cuando Internet daba sus primeros sus pasos, y recién fue reglamentada 12 años después. Resulta urgente que se actualice esta norma, en función de los nuevos parámetros de consumo que han dejado un vacío legal”, explicó Martello.
Entre las nuevas modalidades que se han desarrollado en la Argentina, en los últimos dos años, se encuentra la venta de cócteles de alta graduación alcohólica, envasados en cápsulas de tamaño similar a las que se usan en las máquinas de café, que se preparan con un vaso especial, agregando agua o soda. Hay empresas en la Argentina que comercializan este producto de forma on line.
A su vez, en distintos países del mundo, como Estados Unidos y Australia, se establecieron distintas normativas para controlar -y en algunos casos prohibir- la venta de alcohol en polvo. Se trata de un producto denominado “Palcohol”, desarrollado por la empresa Lipsmark, con sede en Arizona. Consiste en alcohol liofilizado destinado a ser mezclado con agua para obtener tragos y distintas bebidas etílicas como ron, vodka, tequila y margaritas.
El “Palcohol” recibió el aval del regulador estadounidense -Alcohol and Tobacco Tax and Trade Bureau- pero en varios Estados de ese país existen leyes que restringen su comercialización. En tanto, en Australia, el gobierno de Queensland la semana pasada se convirtió en la última jurisdicción de ese país en prohibir el alcohol en polvo, siguiendo los pasos de Nueva Gales del Sur, Australia del Sur y Victoria.
La difusión que hizo el gobierno de Queensland no deja lugar a dudas: “Tras haber realizado la consulta requerida, los productos de alcohol cristalino, como Palcohol, pueden ser atractivos para menores o jóvenes debido a la novedad del producto y su capacidad de ocultarse. Por ejemplo, puede ser tomado en eventos o áreas donde el alcohol está prohibido. Además, en vista de las inquietudes planteadas sobre la posibilidad de mal uso o abuso del alcohol en polvo (por ejemplo, mezclas con energizantes u otros tipos de alcohol), el Ministro opina que es de interés público declarar que el licor en forma de polvo o de cristal, como así también el polvo contenido en una cápsula o en forma de tableta, es un licor indeseable”.
El defensor del pueblo adjunto informó que, de acuerdo a las últimas cifras oficiales de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud de la Nación, se registraron en la Argentina unas 160 muertes por Síndrome de Dependencia del Alcohol de personas que tenían entre 15 y 34 años, durante el período 2006-2016, de las cuales unas 85 vivían en territorio bonaerense.