El Siconara y el Centro de Patrones de Pesca repudiaron la decisión de la Armada Argentina y aseguran que se trata de "una privatización encubierta". La Escuela, que en 2023 cumplió 50 años de vida, alberga a unos 180 alumnos y cuenta con más de 90 trabajadores entre docentes y personal no docente.
El anuncio del eventual cierre de la Escuela Nacional de Pesca “Comandante Luis Piedrabuena”, una institución emblemática en el Puerto de Mar del Plata, desató una fuerte reacción entre los gremios del sector. El Sindicato Conductores Navales de la República Argentina (Siconara), el Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) realizaron este lunes una asamblea para expresar su rechazo a esta decisión de la Armada.
La concentración y conferencia de prensa que originalmente iba a realizarse en las instalaciones de la escuela, se trasladó al Club Talleres debido a las condiciones climáticas. Gremios, directivos, docentes y alumnos se manifestaron en estado de “alerta y movilización” tras la decisión de fuerza, de retirar la escuela de la jurisdicción de la Armada.
Los representantes gremiales denunciaron que este movimiento representa una “privatización encubierta” de uno de los tres institutos oficiales de formación de marinos mercantes en el país. Aseguraron que la medida va en contra de las obligaciones establecidas en el artículo 1° de la Ley N° 22.392, que regula la formación de los oficiales de la marina mercante.
Mariano Vilar, secretario general de Siconara, subrayó que el cierre de la escuela ya no es una posibilidad, sino “un hecho”. Al respecto, contó: “Días atrás el Almirante Príncipi vino a decirnos que la escuela se cierra. Estamos convencidos de que esto es, en realidad, una privatización encubierta, sobre todo porque el título de patrón de pesca alguien lo va a tener que dar”.
Además, destacó la importancia de la escuela como una institución pública que ha permitido a los trabajadores formarse y “ejercer soberanía en el mar”. En 2023, la escuela cumplió 50 años de vida.
Mariano Moreno, titular del Centro de Patrones, coincidió con Vilar, afirmando que “la pesca no es una actividad marginal; es la tercera actividad que más ingresos genera al país”. Agregó que la formación de los profesionales del sector ha permitido recuperar especies casi en extinción en menos de 30 años, lo que pone de relieve la necesidad de “mantener la escuela en funcionamiento”.
Ambos dirigentes gremiales rechazaron los argumentos presupuestarios presentados por la Armada, que habría esgrimido que el costo de mantener la escuela asciende a 1,5 millones de dólares anuales. “Esa cifra es solo el 0,26% del presupuesto total de la Armada. Además, ¿qué privado querría hacerse cargo de eso?”, cuestionó Vilar.
A su vez, por otro lado señalaron que “la Armada no ve la necesidad de formar civiles para la pesca”, lo cual consideraron que “es un grave error”.
“Estamos totalmente en contra de esta decisión que está llevando adelante la Armada, la cual cierra las puertas a los trabajadores que ejercemos soberanía en altamar. Nosotros navegamos porque hemos podido estudiar en una escuela pública accesible a las necesidades de los trabajadores”, expresaron.
Actualmente, la Escuela Nacional de Pesca alberga a unos 180 alumnos y cuenta con más de 90 trabajadores entre docentes y personal no docente. Esta comunidad educativa se ve amenazada por las pretensiones de privatización del gobierno nacional, según expresaron los gremios.
Ante esta situación, los sindicatos aseguran que continuarán defendiendo la permanencia de las escuelas de formación y capacitación de oficiales de la marina mercante en el ámbito de la Armada Argentina. “No permitiremos que se cierre una institución que ha sido clave para la formación de los trabajadores del mar”, afirmaron.
Por cierto, el cierre de la Escuela Nacional de Pesca no solo afectaría a los alumnos y docentes, sino que tendría repercusiones en la industria pesquera local y nacional. Mientras tanto, los gremios continúan organizando acciones y reuniones para crear conciencia sobre la importancia de esta institución y la necesidad de garantizar su funcionamiento.
La ESNP abrió sus puertas en Mar del Plata el 26 de marzo de 1973 con el nombre de ‘Centro de Capacitación de Adultos para Patrones de Buques Pesqueros’, pero cuatro años más tarde pasó a estar a cargo de la -por entonces- Dirección de Instrucción Naval, actual DGED, que la nombró: Escuela Nacional de Pesca ‘Comandante Luis Piedra Buena’, siendo su primer Director el Capitán de Corbeta (RE) Alfonso David Giavedoni.
En sus inicios funcionó como un Centro de Formación Profesional, donde se dictaban los cursos de Patrón de Pesca Costera y Patrón de Pesca de Segunda. Hoy en día es la única de su tipo en Latinoamérica.
La ESNP no contó con espacio propio hasta 1983, cuando Argentina le solicitó al Estado de Japón -bajo el convenio de Cooperación Técnica con aquel país- la donación de una edificación, su equipamiento didáctico y un buque de instrucción pesquera.
Dos años después, en mayo de 1985, el entonces Presidente de la Nación Raúl Alfonsín inauguró oficialmente el nuevo edificio tras una visita a las instalaciones ubicadas en el puerto de Mar del Plata.
Su sede cuenta con simuladores de navegación, maniobra y de comunicaciones; aula taller de primeros auxilios; taller de electricidad y máquinas; laboratorio de tecnología pesquera; patio de fuego para ejercicios de lucha contra incendios y control de averías; y taller de artes de pesca. Además, tiene una biblioteca especializada que brinda apoyo a la enseñanza, y una pequeña sala histórica que atesora los orígenes de la institución en relación a la ciudad donde está apostada.
Sumado al equipo didáctico, la ESNP cuenta con el buque de instrucción pesquera ARA “Luisito”, cuyo nombre homenajea a Luis Piedra Buena.
La ESNP se especializa en la formación y capacitación de los tripulantes de buques de pesca marítima. Los cursos iniciales de Patrón de Pesca Costera y Motorista Naval comienzan en marzo y se extienden hasta principios de diciembre, con un receso de dos meses a mitad de año que permite que los alumnos se puedan embarcar.