Por temor a contagiarse, muchos pacientes dejaron de hacerse chequeos y de seguir los tratamientos. Especialistas advierten sobre los riesgo de dejar de ir al médico.
Los datos son contundentes. Las consultas por emergencias bajaron un 74%. Los ingresos a internación, un 48%. Las anginas de pecho y síndromes coronarios agudos ingresados por emergencia, un 62%. Las angioplastías coronarias, un 59%. Las cirugías cardíacas centrales, un 58%. Las intervenciones, un 65%. Las cirugías un 73%. Las endoscopías un 80%. La ocupación de internación general, un 29%.
La comparación es entre abril de 2019 y y abril 2020 y los datos surgen de la Asociación de Clínicas, Sanatorios y Hospitales Privados de la República Argentina (Adecra).
A esta altura de la cuarentena, los datos no hacen más que respaldar lo que casi todos saben o intuyen: muchos pacientes dejaron de concurrir al médico o de hacerse los controles habituales.
Los motivos tienen que ver principalmente con el impacto de la pandemia. El miedo al contagio del virus en un centro de salud provocó que muchos posterguen la visita al médico o el control de rutina. También, sobre todo en el inicio de la pandemia, los efectores de salud focalizaron la atención en el coronavirus y fue escasa la atención de otras patologías.
El Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) alertó que por la cuarentena podría haber un incremento de entre 6 y 9 mil muertes evitables por enfermedad cardíaca entre abril y octubre de este año.
En Mar del Plata también se reflejó la caída en las consultas y diferentes especialistas advirtieron sobre la peligrosidad de no concurrir a hacerse los controles, sobre todo para aquellos pacientes con diabetes, hipertesión arterial o enfermedades cardíacas. “Es preocupante”, coinciden en las clínicas.
“Cuando vos leés publicaciones de Argentina y de todo el mundo, hay un descenso importante del control de estas enfermedades con un hecho muy preocupante que es que han aumentado las complicaciones de estas enfermedades, sobre todo cardiovasculares y cerebrovasculares”, señaló el ex secretario de Salud municipal, Gustavo Blanco.
El especialista graficó el impacto del Covid-19 en las enfermedades crónicas en tres olas. “La primera es que para los pacientes con hipertensión arterial aumenta la mortalidad y la morbilidad”, marcó.
“La segunda ola es que las complicaciones asociadas a la hipertensión, como el infarto o el ACV, están agravadas por la restricciones al acceso a los controles”, agregó. Y por último, señaló que una tercera ola está marcada por el impacto de las complicaciones que generan la falta de control y seguimiento en los tratamientos”.
Por último, Blanco remarcó la recomendación para que “la gente vuelva a hacerse los controles con sus médicos porque están atendiendo”. “Hemos visto pacientes con diabetes que tienen los valores muy por arriba de lo deseable”, cerró.
Efecto colateral
El infectólogo Alejandro Ferro no dudó en afirmar que esta situación es “uno de los efectos colaterales de una pandemia” y señaló que “va a tener un impacto negativo”.
“Los controles de los pacientes sanos están postergados. De estos controles muchas veces surgen patologías” apuntó.
“Después están las personas enfermas. Las que ya tienen un diagnóstico, como hipertensión, enfermedades pulmonares reumáticas, oncológicos que pueden no estar cumpliendo adecuadamente con los esquema propuestos”, alertó.
No obstante, el ex secretario de Salud municipal afirmó que “en general, los tratamientos graves se están haciendo”, pero admitió que “todo se dilata”.
Los cuidados y protocolos que deben seguir tanto médicos como pacientes, dificultan el normal desarrollo de consultas y controles. “Todo se ve alterado”, ya que esta situación “representa uno de los daños colaterales de la pandemia, pero nunca van a ser peores que los efectos de un pico pandémico”.