“Las políticas públicas deben servir para garantizar los derechos culturales de su comunidad y no para obstaculizarlos”, señalaron varias docentes.
La comunidad de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata expresó su preocupación por el reciente decreto del Ejecutivo Municipal por el cual se degrada la secretaría de Cultura y se unifica con el Ente de Turismo.
Desde la Facultad de Humanidades, distintos referentes y espacios se manifestaron fuertemente en contra de la medida adoptada por el Ejecutivo municipal, considerando que la medida no solo no resuelve ninguno de los problemas originados por el mal manejo de área, sino que, al contrario, los profundiza.
Según la Dra. Silvia Sleimen, ex decana de la Facultad y actual directora del Centro de Estudios en Ciencias de la Información y Documentación (CECID) señaló en un documento que el mencionado decreto “deja en claro el imperativo de ajuste económico que la medida tiene. Asimismo, la falta de consideración de las misiones y funciones esenciales de la Secretaría de Cultura y su especificidad en el contexto del espacio gubernamental del Municipio”.
Asimismo, añadió que “la gestión cultural ha crecido en América Latina, en forma contundente y manifiesta en los últimos veinte años, dando forma a un espacio profundamente rico de interacción entre gobiernos, artistas, gestores culturales de diversos orígenes y perfiles formativos, entre otros actores. Estos han encontrado en la profesionalización una vitamina que fortalece políticas públicas y permite pensar seriamente en el campo cultural como un componente protagónico del desarrollo social, constructor de igualdad de oportunidades y de crecimiento del acceso democrático a todo tipo de producciones”.
“Nuestra ciudad cuenta, en ese sentido, con un importante número de colectivos que se han movilizado no solo en defensa del espacio eliminado sino fundamentalmente de la legitimidad de las prácticas y saberes puestas en juego en cada una de sus propuestas”, señalaron. “A la vez que, han denunciado el estado de abandono y desinterés por parte del gobierno encabezado por el Abog. Guillermo Montenegro en su sostenimiento y financiación”, expresó Sleimen.
Por último, la docente e investigadora resaltó que “la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata se considera parte integrante de dicho colectivo, de hecho, muchos de sus egresados se desempeñan en relación con la cultura local y han venido denunciando el deterioro de sus condiciones de producción laboral desde hace años. Por ello, acompaña los reclamos relacionados con las bibliotecas municipales, la hemeroteca, las salas teatrales del Centro Cultural Soriano y cualquier otro espacio de gestión cultural que se vea afectado por medidas economicistas que desconocen la dimensión democrática e identitaria que pueden construir cotidianamente las políticas culturales en el nivel local”.
Por su parte, la Magister en Arte, Museo y Gestión del Patrimonio Histórico y Directora del Observatorio de Cultura y Patrimonio de la ciudad de Mar del Plata, Marcela Ristol, señaló que “estas decisiones, arbitrarias y coyunturales desjerarquizan al ámbito de la cultura local en todas sus expresiones. No son nuevas ni novedosas, ya han sido planteadas en otras oportunidades con resultados nefastos. Este proceder promueve el vaciamiento de recursos, en un sector muy sensible y castigado de la sociedad”. Y concluyó: “Las políticas públicas deben servir para garantizar los derechos culturales de su comunidad y no para obstaculizarlos”.