Provincia

Preocupa el estado de abandono del edificio de la Gobernación

El edificio muestra serios problemas de conservación no solamente en su fachada, sino en su interior, en donde no ha recibido el mantenimiento apropiado durante las últimas gestiones de gobierno.

LA PLATA (Corresponsalía)

El 10 de diciembre de 2007, amaneció en su residencia de calle 5, el último gobernador que  vivió de manera permanente en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Fueron 2167 días en los que Felipe Solá vivió en la Residencia del Gobernador, que luego fue ‘visitada’ ocasionalmente por Daniel Scioli en sus 8 años de gestión (ya que vivía en Villa La Ñata, Tigre) y María Eugenia Vidal  (que reside en la Base Aérea de Morón).

Si es que el gobernador electo Axel Kicillof decide mudarse, algo que no está muy claro ya que en su primer contacto con los medios en la ciudad de La Plata dejó entrever que era una decisión de familia, amén de que la residencia hace mucho que no se utiliza, serán 4383 días en los que  el lugar designado para que vivan quienes dirigen los destinos de la provincia no tiene un habitante de manera permanente.

Durante el tiempo que Felipe Solá fue gobernador, el patio que separa la sede administrativa de la residencia del gobernador, que había suido reformado bajo el mandato de Eduardo Duhalde, tenía sus fuentes funcionando y las paredes interiores se mostraban en un mejor estado que en el que hoy se encuentran.

Hoy, el estado de abandono en el que se encuentra este histórico lugar de la ciudad de La Plata, no solamente puede registrarse en su fachada sobre calle 6, en donde las manchas de pintura afean la entrada principal del edificio, sino en los patios interiores, en donde helechos brotas desde el interior de sus paredes, y los revoques caen a causa de las heces de las palomas que deterioran la integridad estructural de los muros, dejando entrar humedad dentro de las oficinas.

Las centenarias puertas y ventanas que pueden verse desde el lugar en el que los funcionarios dejan normalmente sus coches en el interior de la gobernación, difícilmente cierren de manera eficiente. Muchas de ellas fueron  aserradas para albergar grandes aparatos de aire acondicionado que hoy brillan por su ausencia, y cartones ocupan su lugar para evitar que el frío entre en las oficinas de quienes allí trabajan.

Los baños de la sede administrativa tampoco están en las mejores condiciones, fruto de la falta de mantenimiento, la no reposición de algunos sanitarios o vidrios rotos y la falta de algunos azulejos en su interior, así como el grueso de las oficinas en donde el estado no es el mejor.

A todo ello se suma el magro estado de la pintura tanto dentro como fuera del edificio, que no tiene mantenimiento desde hace años y que se puede ver descascarada en el mejor de los casos, y con ladrillos a la vista por la caída del revoque en muchos otros.

Este edificio neo renacentista de influencia flamenca, que es parte del eje fundacional de la ciudad de La Plata, fue comenzado a construir en 1883 bajo las órdenes del arquitecto belga Jules Dormal, y terminado en 1892, para reemplazar la primera residencia del gobernador, un palacete de madera importado desde los Estados Unidos, ante la falta de ladrillos que provocó la construcción de la capital provincial.

Tras 126 años de uso y mucho tiempo de abuso y abandono, a Kicillof no lo espera un lugar para desarrollar  sus funciones en el mejor de los estados, y si su intención es jerarquizar la ciudad de La Plata como declaró el 28 de octubre, deberá darle a la Gobernación el mantenimiento que sus antecesores no le dieron, al elegir dirigir los destinos de los bonaerenses desde el otro lado de la avenida General Paz. Y si para muestra basta un botón, la primera reunión de transición entre gestiones se realizó en el Museo Nacional Ferroviario, en el barrio de Retiro, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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