La línea del servicio de emergencias recibe más de 800 llamados diarios. “Las obras sociales y las clínicas también orientan a la persona a dónde ir”, indicaron desde el SAME.
Si bien en las primeras semanas de la pandemia se reforzaron las líneas del 107 para poder dar respuesta, el incremento de los casos de coronavirus del último mes y medio en Mar del Plata derivó en una mayor cantidad de llamados -de todo tipo- al teléfono de emergencias.
El problema se presenta cotidianamente: marplatenses y batanenses que por distintos motivos intentan comunicarse con el 107 y encuentran demoras o directamente no consiguen una respuesta rápida.
El 107 es una línea exclusiva para comunicarse en caso de presentar síntomas (fiebre, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar), haber estado en alguno de los países de riesgo o en contacto con personas que hayan estado en esos lugares, o bien tener a alguien cercano que se haya infectado. Una vez establecida la comunicación, el interesado recibe asesoramiento a cargo de especialistas, quienes recomendarán el procedimiento a seguir.
Actualmente la línea recibe más de 800 llamados diarios y, en promedio, cada comunicación dura entre 6 y 8 minutos. Los llamados corresponden en general a personas con síntomas en algunos casos, pero también emergencias en la vía pública y consultas varias, que en muchos casos verdaderamente no tienen que ver con el área.
Frente a este escenario, desde el SAME sugieren tener en cuenta también que aquellas personas que presenten algún síntoma gripal y busquen una respuesta para saber cómo proceder y dónde dirigirse, pueden llamar también a las obras sociales o, en el caso de las personas asociadas a una institución privada de salud, a los teléfonos de la misma.
“Si una persona tiene obra social, ante cualquier síntoma puede llamar a la misma obra social o a la clínica de la que puede ser socio, y va a obtener la misma respuesta que en el 107”, reconoció Juan Di Mateo, titular del SAME en la ciudad.
En ese sentido, señaló que las obras sociales “también deben orientar a quien llaman para explicarles cómo proceder y adonde ir, para no sobrecargar el sistema”.
El llamado, necesariamente, incluye una entrevista epidemiológica en la que se consulta sobre los síntomas, se indaga si la persona estuvo en contacto con algún caso positivo y se realiza una serie de preguntas para evaluar cómo proceder de acuerdo a la situación de quien se comunica.