El País

Por qué las petroleras quedaron en off side tras bajar el precio de los combustibles

Bajar precios significa un doble esfuerzo para la industria, pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto a los combustibles y la depreciación del 2% mensual del peso.

Lo que fue una buena noticia para los consumidores se transformó en un dolor de cabeza para los balances de las petroleras que operan en la Argentina.

Es que desde el martes pasado -cuando YPF y el resto de las compañías anunciaron bajas en los precios-, la cotización internacional del barril de petróleo Brent -referencia para la Argentina- se disparó más de 9%, de los US$71 a US$78.

El mismo día que se anunció la rebaja de precios empezaron a llover misiles de Irán sobre Israel.

Antes de que se intensificara el conflicto en Medio Oriente, los principales medios del mundo hablaban de una tendencia hacia la baja de la cotización del Brent, el precio internacional del barril que se toma de referencia en la Argentina, por una desaceleración del crecimiento económico en el mundo y la sobreoferta de petróleo.

El barril de petróleo comenzó 2023 vendiéndose a US$ 76, subió a US$ 91 el 5 de abril pasado y comenzó a caer hasta llegar a un piso de US$ 69 el 10 de septiembre último.

Desde entonces, volvió a subir con el conflicto de Medio Oriente, que podría afectar las exportaciones de petróleo del Golfo, que pasan por el estrecho de Ormuz, que limita con Irán.

Según las petroleras, bajar precios significa un doble esfuerzo para la industria, pues se absorbe también la suba del 1% del impuesto a los combustibles y la depreciación del 2% mensual del peso.

Los valores de YPF en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) son el litro de nafta súper, $1048; la premium, de $1296; gasoil súper, $1062, y la premium, $1307.

En el último año, el precio de los combustibles subió 255%, muy superior a la inflación interanual, en torno a 209%.

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