Al mediodía, la presidenta convocó a un cuarto intermedio "de cinco minutos", pero se extendió tres horas.
La sesión ordinaria del Concejo Deliberante debió este jueves ser interrumpida por la retención de tareas que llevan adelante los empleados municipales.
La situación fue imprevista y, según dijo la presidenta del cuerpo, Marina Sánchez Herrero, no era “lo que se había acordado” en la reunión de labor parlamentaria.
A las 12, después de que terminaran las cuestiones previas, la radical anunció: “Si nadie más va a hacer uso de la palabra, pasamos a la consideración de los expedientes y notas del día”.
Pero un grupo de empleados empezó a presionar para que la sesión no continuase. “¿Qué pasa? –preguntó con el micrófono abierto Sánchez Herrero–. El lunes hay otra sesión. Sesionar se puede, bueno, fantástico, pero sesionar se puede. Habíamos quedado otra cosa en Labor”,
Luego anunció un cuarto intermedio “de cinco minutos” que terminó siendo de tres horas: la sesión se retomó a las 15, una vez concluida la medida de fuerza.